El sector inmobiliario nacional se ha convertido en un importante detonador del desarrollo económico nacional, pues a través de sus inversiones genera miles de empleos e inyecta dinamismo económico al país, repercutiendo positivamente en la calidad de vida de la sociedad en su conjunto.
Además, una industria inmobiliaria activa, fuerte y profesional es fundamental para el desarrollo de ciudades cada vez más modernas, seguras y resilientes, acorde a las nuevas necesidades de espacio, movilidad e interacción que la sociedad actual requiere.
Los empresarios que integran la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI), no solo comparten esta idea, sino que trabajan activamente en la realización de estos objetivos, acompañando y coadyuvando a las autoridades en la responsabilidad de construir centros urbanos más seguros y habitables para los ciudadanos.
Los socios ADI han manifestado en repetidas ocasiones su compromiso para seguir siendo uno de los principales motores y soportes del crecimiento económico nacional.
Sin embargo, para lograrlo, se requieren de condiciones que permitan el sano desarrollo de esta industria, a través de políticas públicas y acciones que den certeza a las inversiones impulsoras del progreso, más ahora cuando las nuevas condiciones políticas, sociales y económicas del país exigen que todos contribuyan para crear el México que deseamos.
Vistas del Bosque.
Mercado inmobiliario y economía
Hoy, más que nunca, es necesario incentivar la llegada de inversiones y crear empleos. Para entender el impacto que esta industria tiene en la economía, tomemos como ejemplo a la Ciudad de México, que representa el 8% de la edificación en todo el país. Aquí la industria inmobiliaria representa casi el 20% de la actividad económica total en la entidad y genera –por lo menos hasta el año pasado– cerca de 100 mil empleos anualmente.
Sin embargo, el impasse que se vive en este sector tras casi un año del cierre de ventanillas en la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi) para trámites y licencias, representa el congelamiento de más de 7 mil 200 millones de dólares en inversiones –considerando tan solo las 88 obras detenidas de los socios ADI–, los cuales generarían alrededor de 30 mil empleos para trabajadores relacionados a la construcción, en su mayoría jóvenes de bajos recursos.
Esta suspensión también ha afectado a las finanzas de la Ciudad, la cual ha dejado de recaudar más de 10 mil millones de pesos (mdp) por concepto de impuestos, equivalente al presupuesto de este año de la Policía Bancaria y la Policía Auxiliar, o el de la Secretaría de Salud, o el presupuesto conjunto de las alcaldías de Gustavo A. Madero e Iztapalapa. A nivel federal, el Gobierno ha perdido una recaudación de más de 9 mil mdp, entre ISR e IVA.
Vista panorámica de la CDMX.
Conjunto Reforma Colón, uno de los megaproyectos en puerta.
El país requiere de decisiones y acciones comprometidas que impulsen el crecimiento económico, la seguridad y el bienestar de la sociedad. Frente a esto, el sector inmobiliario es y seguirá siendo un motor fundamental para el progreso de la Ciudad y del país, trabajando de manera coordinada, profesional y transparente con las autoridades, siempre cumpliendo la normatividad como lo mandata el código de ética que rige a los 82 socios de la ADI.
En ese sentido, la ADI como asociación líder del sector, reitera su disponibilidad y compromiso para mantener el diálogo constructivo con el gobierno de la Ciudad de México y lograr la normalización de los procesos requeridos para continuar atrayendo inversiones, generando empleos y dinamismo económico con beneficios directos para la sociedad capitalina.
Moliere. La ciudad requiere reglas claras.
Texto Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI)
Foto: Grupo CARSO
