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La etapa inicial del gobierno federal ha sido motivo de incertidumbre entre empresarios de diversos sectores productivos, donde el inmobiliario no es la excepción. pero ello no ha cambiado los fundamentales del mercado, por lo que se prevé que el ciclo positivo de largo plazo se sostenga.

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La etapa inicial del gobierno federal ha sido motivo de incertidumbre entre empresarios de diversos sectores productivos, donde el inmobiliario no es la excepción. pero ello no ha cambiado los fundamentales del mercado, por lo que se prevé que el ciclo positivo de largo plazo se sostenga.

México tiene como país muchas cualidades por las que inversionistas nacionales e internacionales deciden apostar sus recursos en proyectos productivos, es decir, invierten, generan empleos, crean valor al país e impulsan la actividad económica.

Sin embargo, algunas de las condiciones fundamentales para tomar decisiones de inversión productiva son la certidumbre económica, financiera y jurídica que goza una nación o un sector productivo. Cuando una de estas variables falta o no es clara, el empresario o el inversionista duda en invertir.

Hoy en día, México transita por la etapa inicial de un nuevo gobierno que ha generado incertidumbre para la inversión, es cierto, principalmente en la Ciudad de México, donde los participantes del sector inmobiliario expresan la urgencia de contar con claridad en las reglas del juego.

Esta etapa política es un reacomodo, porque seguramente dictará nuevas disposiciones para el sector, pero al final deben ser buenas para la actividad inmobiliaria si se lograr transparentar y erradicar la corrupción que la impacta.

 

 

Pese al entorno incierto, las inversiones no se detienen. Ante dicho contexto, los inversionistas recomiendan ser cautelosos en toda operación.

 

No hay crisis

En base a las diversas entrevistas que realizó Real Estate Market & Lifestyle entre desarrolladores, fondos de inversión privados, inversionistas, fibras, constructores, analistas  y consultores especializados de la industria inmobiliaria –que participan tanto en la ciudad de México como en otras entidades del país– podemos concluir que la actividad no vive una crisis y donde únicamente hay incertidumbre por el futuro del sector ante el cambio de reglas que aún no se conocen en la capital del país.

De hecho alguna de las conclusiones que más resaltó, fue: No hay crisis, pero no hay que generarla.

No encontramos un solo desarrollador que nos dijera que canceló un proyecto en marcha; los desarrollos que están en plena construcción, todos siguen adelante, excepto los que han sido detenidos por la autoridad en la Ciudad de México.

Hay desarrolladores que aceptan haber pospuesto el inicio de proyectos en espera de las nuevas reglas en la capital del país e incluso evaluarlos varias veces; otros aceptan que desde el año pasado tomaron decisiones de diversificar su participación en otras entidades fuera de la capital del país o en otros segmentos de mercado.

Sin embargo, a diferencia de lo que vivimos en 2008-2009, nadie ha quebrado, y en su gran mayoría continúan con sus planes de inversión.

 

Solo en la CDMX

Si nos ubicamos geográficamente, todas las opiniones recogidas son en el sentido de que la tendencia del mercado es positiva —con excepción de la Ciudad de México— incluso, las actividades vinculadas al sector turístico, son consideradas muy positivas.

Desarrolladores del Bajío, Occidente y del norte del país expresaron su buen desempeño y las optimistas perspectivas, al igual que los del sureste. En particular, para los destinos turísticos de playa consolidados, todo marcha viento en popa.

Localmente, en la capital del país, sí ha habido detención de obras, pero por decisión de las autoridades, no de los desarrolladores. Aquí muchos otros proyectos han pospuesto su inicio de obra, porque están a la expectativa por la suspensión de nuevos permisos de construcción desde diciembre pasado. Sin embargo, tampoco piensan huir de la CDMX: simplemente buscarán ajustarse o acomodarse a las normas que dicten las nuevas autoridades en cuanto den a conocer las reglas del juego.

Entonces, lejos estamos de vivir una crisis como sucedió en los años 2008 y 2009.

 

Fundamentales sólidos

Para los participantes del mercado, es determinante para el futuro del sector Real Estate en su conjunto, el que las variables fundamentales de la economía sigan sólidas al igual que las del mercado.

Por una parte, consideran que en términos de fuentes de recursos y capital, las tasas de interés no han sido determinantes para alterar la demanda de crédito hipotecario, o bien, tampoco para frenar el otorgamiento de crédito puente.

Incluso, los especialistas en fondos de capital privado afirman que hay mucho dinero disponible en México para colocar en nuevos proyectos.

Por lo que respecta a la demanda, los expertos reiteraron que la situación demográfica del país garantiza por muchos años más la demanda de vivienda, de espacios comerciales, espacios para laborar, etc. Justamente las buenas perspectivas del sector inmobiliario nacional se fundamentan en la demanda que existe.

Los que perciben que se ha hecho lento el desplazamiento de unidades (vivienda), ha sido en buena medida por la disminución en la participación de inversionistas, pero no de los compradores finales.

No debemos olvidar que los desarrolladores siempre consideran que la inversión en bienes raíces es de muy largo plazo y que los ladrillos no tienen partido político, por ello no debe preocuparnos un ciclo sexenal, sino las necesidades que hay que satisfacer en una economía como la mexicana en 10, 20 o 30 años. Desde este punto de vista, hay mucho qué hacer en México.  


Texto Real Estate Market & Lifestyle

Foto: Real Estate Market