Las empresas multinacionales con presencia en México tienen un compromiso con el país a largo plazo. La mayoría tienen interés de mantenerse aquí y continuar creciendo su negocio, sin importar el signo político del próximo Presidente./p>
Las empresas multinacionales visualizamos a México como un destino sumamente atractivo para la inversión. Esto, gracias a la calidad de su mano de obra, acceso preferencial a las principales economías del mundo, privilegiada ubicación estratégica y las reformas estructurales implementadas durante los últimos años.
Solo la Reforma Energética en el sector de hidrocarburos, ha generado compromisos de inversión futuros que superan los 160,000 millones de dólares (mdd). Otras, como la de telecomunicaciones, están rindiendo frutos en términos de mejor calidad y mejores precios para usuarios y consumidores.
El Consejo Ejecutivo de Empresas Globales (CEEG) agrupa a empresas comprometidas desde hace varios años con México, con total independencia ante coyunturas políticas, sociales y económicas.
Nuestras empresas ven al país como un mercado en crecimiento y una plataforma para la exportación de bienes y servicios, aprovechando los acuerdos comerciales que el país ha negociado.
Por su parte, las empresas globales brindan servicios y productos de clase mundial, generan empleos de calidad, aumentan la productividad, transfieren y desarrollan conocimientos especializados y tecnología, que contribuyen al desarrollo económico nacional. Confiamos en el país, en su gente, en sus instituciones; es por ello que seguimos y seguiremos apostándole a México.
Para mantener a las multinacionales en el país y continuar atrayendo nuevas empresas internacionales, México debe fortalecer el imperio de la ley; este es el reto más importante para lograr las condiciones para la inversión a largo plazo y el bienestar de la sociedad. Se debe garantizar la aplicación irrestricta del Estado de derecho para impulsar un crecimiento económico sostenido e inclusivo.
Brechas entre estados
Otro de los principales retos que enfrenta el país son la baja productividad y la enorme brecha de rendimiento entre las entidades del norte y las del sur. En un mundo en el que impera la economía del conocimiento, es indispensable contar con capital humano que tenga habilidades y los conocimientos suficientes para innovar e incrementar el valor agregado con un efecto directo que se refleje en la productividad del país y en los ingresos de las familias.
Sea cual sea el signo político del próximo gobierno, los retos que enfrentará el país son los mismos y las tareas a realizar —con diferentes énfasis y diseño particular—, son de la misma naturaleza: cimientos sólidos, ganancias en productividad y una fuerte inversión en innovación y en políticas públicas, que tomen en cuenta la sostenibilidad en el desarrollo.
Particularmente, como Presidente del CEEG, uno de los principales retos ha sido impulsar una dinámica entre todos los miembros del Consejo para reflexionar y trabajar en una visión de largo plazo del país.
Ahora que se ha logrado este desafío, el siguiente paso es difundirlo y socializarlo, lo cual va por buen camino, pues tenemos el apoyo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), y la hemos presentado a cada uno de los candidatos a la Presidencia y al sector privado; en todos los casos se han encontrado muchas coincidencias con nuestra agenda.
Visión compartida
Dentro de las empresas que conformamos el Consejo, tenemos empresas de Estados Unidos, Europa y Asia, y en general puedo afirmar que la mayoría tienen interés de no únicamente mantenerse en México, sino de hacer crecer su negocio.
Dada la coyuntura electoral, estamos en un momento crucial para reflexionar sobre los avances que se han registrado el país hasta el momento, y sobre lo que hace falta para detonar este potencial.
En este contexto, el CEEG presentó la “Visión México 2030 ante la Cuarta Revolución Industrial”, documento que propone metas para posicionar al país ante la llegada de una nueva era tecnológica, que incluye más de 100 propuestas específicas para alcanzarlas y lograr un crecimiento económico, con mayor inclusión, que impulse la transformación, así como el bienestar de la sociedad mexicana.
Este documento, además de haber sido presentado a los candidatos a la Presidencia de la República, ha sido muy bien recibido por la OCDE. Esperamos que la Visión 2030 del CEEG contribuya a propiciar un debate serio para fincar las condiciones para lograr el país que visualizamos para el futuro.
Continuidad a reformas
De cara al futuro inmediato, los retos que enfrentará el país son los mismos para quién sea el próximo mandatario.
México ha consolidado importantes logros en años recientes, pero todavía enfrenta retos para aprovechar su potencial y detonar el crecimiento económico.
Como lo expresamos en la Visión México 2030, es crucial que la nación reafirme y continúe avanzando en la implementación de sus reformas estructurales, específicamente en telecomunicaciones y energía, en la consolidación de la apertura económica, el desarrollo de infraestructura, la sustentabilidad, la estabilidad macroeconómica y el desarrollo de un auténtico Estado de derecho, donde además se privilegie la inclusión social.
La competitividad del país depende en gran parte de estos elementos. En el CEEG continuaremos impulsando políticas para fomentar la inversión extranjera y contribuir a la competitividad.
Reitero que el compromiso de las empresas globales va más allá de coyunturas políticas o económicas. Las decisiones de inversión dependen de múltiples factores, dentro de los cuales figura un entorno regulatorio favorable a las empresas.
Además existen otros factores que también juegan un rol dominante sobre las decisiones de las empresas globales, como la disponibilidad de talento. En el CEEG estamos convencidos que México cuenta con una mano de obra calificada, y que éste será uno de sus los principales atractivos.
Independientemente de quien encabece el próximo Gobierno Federal, México debe esforzarse por captar, en mayor proporción, la inversión que realicen las empresas a nivel global, pues ello generará un efecto positivo para la economía. Para lograrlo, es necesario continuar fortaleciendo las condiciones para propiciar la colocación de capitales e impulsar la creación de las capacidades locales.
Texto Frédéric Garcia
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