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Economía Mexicana 2006
Los astros están alineados

A pesar de que tenemos enfrente un nuevo periodo electoral, que determinará quién será el nuevo presidente del país, la economía mexicana transita por una inmejorable situación de estabilidad macroeconómica y con expectativa de un crecimiento ligeramente superior al de 2005. En este marco, la industria de la construcción enfrenta en el presente año el reto de recuperar un ritmo de crecimiento por encima del promedio de la economía en su conjunto.

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Luego de los traumáticos cambios sexenales de las últimas tres décadas, ahora la economía mexicana transita por una situación de gran estabilidad caracterizada por la salud de las cuentas externas, gracias a los flujos de Inversión Extranjera Directa (IED), las remesas, la recepción de turismo y precios elevados del petróleo, además de tener cubiertos los vencimientos de la deuda pública externa, que en su conjunto determinan reservas internacionales en máximos históricos.

Asimismo, por finanzas públicas con un déficit tradicional cercano al equilibrio y con una deuda interna que tiene un plazo de vencimiento promedio de alrededor de mil 200 días; por una inflación en niveles históricamente bajos, un tipo de cambio fuerte y flotante, tasas de interés bajas, crédito de la banca, Sofoles y empresas comerciales en gran expansión; recuperación del empleo y el poder adquisitivo que fortalecen el consumo interno; además de un contexto internacional favorable. Sin duda los astros están alineados.

Todo ello se ha reflejado en una disminución importante de la volatilidad financiera y, de la mano con ello, una creciente confianza de los inversionistas y analistas internacionales. Sin embargo, pese a que todos estos elementos generan un ambiente de estabilidad sólido, no son suficientes para impulsar un crecimiento fuerte de la economía, que más bien será modesto en 2006, ligeramente superior al de 2005. Por ello, Real Estate Market & Lifestyle entrevistó a prestigiados analistas del ámbito económico y financiero nacional, que describen las fortalezas y debilidades de la economía y, sobre todo, sus expectativas macroeconómicas y del sector de la construcción, en particular para el año en curso


Francisco Gutiérrez.

El recuento de 2005

Francisco Gutiérrez, director de Estudios Económicos y Planeación Estratégica de Scotiabank Inverlat afirmó que “estamos en el ciclo económico más saludable de los últimos 35 o 40 años, lo que se explica por varias razones”.

Primero, señaló, porque estamos ligados y sincronizados a la economía más fuerte del mundo, que es la de Estados Unidos, la cual suele tener ciclos muy estables y duraderos, a diferencia de los experimentados en México cuando no teníamos tal interacción.

Hay otros motivos, como la inflación baja (3.3 por ciento en 2005), tasas de interés no elevadas (8.2 por ciento al cierre del año pasado y cercanas al 7.5 por ciento actualmente) y se perciben constantes, las finanzas públicas pese a no haber reforma fiscal se han mantenido controladas, incluso en 2005 los déficit fueron ligeramente menores a los de 2004; para 2006 el Congreso autorizó un balance fiscal cero.

Agregó que los balances del sector externo son muy convenientes, se tiene un balance comercial deficitario pequeño (6 mil 363 millones de dólares de enero a noviembre del 2005), un déficit en cuenta corriente también reducido y completamente financiado por la Inversión Extranjera Directa. La deuda externa es muy saludable, porque no hay vencimientos importantes en 2006 y 2007, incluso se ha mantenido en menos de 80 mil mdd durante seis años consecutivos, mientras que el Producto Interno Bruto (PIB) ha seguido creciendo y eso hace que su proporción respecto a éste se haga cada vez menor. En cuanto a la deuda interna, aumentó su plazo a más de mil 200 días, puntualizó Gutiérrez. La conclusión del director de Estudios Económicos de Scotiabank Inverlat es que “la situación económica es bastante saludable”.

Por su parte, Manuel Guzmán Moreno, economista en jefe del Grupo Financiero Ixe apuntó que “durante 2005 el desempeño de algunas variables macroeconómicas como la inflación, tasas de interés y tipo de cambios fueron favorables, mientras que otras aún presentaron rezagos importantes por la ausencia del cambio estructural y la consiguiente pérdida de competitividad del país. Entre éstas se encuentran el crecimiento del PIB, la captación de nuevas inversiones de parte de extranjeros y la lenta creación de empleos formales”.

En este sentido, la Dirección de Estudios Económicos de Banamex señaló que en el 2005 la economía mexicana enfrentó un favorable contexto internacional. “Gracias a ello se diversifican y fortalecen las entradas de capital. Nunca antes se habían recibido tal cantidad de flujos por tantos canales diferentes (exportación, remesas, turismo, inversión extranjera directa y financiera). Esto se conjuga con un sano manejo macroeconómico. Las finanzas públicas alcanzan casi su equilibrio, la deuda pública se reestructura y la inflación se ubica prácticamente en el objetivo puntual del Banco de México.

“Si bien hay elementos a considerar, el resultado es notable. El ambiente de liquidez global y la disciplina interna permiten uno de los mejores periodos para las variables financieras en mucho tiempo. Destaca, en particular, los mínimos históricos alcanzados por el riesgo–país”.

El director general de Capem Oxford Economic Forecasting, Antonio Castro Quiroz, particularizó que a Vicente Fox “le ha tocado el mejor momento económico de los últimos 50 años”, pero como crítica apuntó: “Nos hemos dedicado a estabilizar macroeconómicamente a México, pero de 1980 a la fecha el mercado interno no ha crecido”. A manera de resumen, un análisis del Grupo Financiero Monex enfatizó que “el año 2005 se caracterizó por lograr importantes avances en materia de estabilidad financiera, acompañada de un crecimiento económico moderado, estimado en 3 por ciento, así como cierta recuperación en los niveles de empleo (660 mil nuevos empleos formales) y del salario en términos reales.

“Se ha logrado bajar la inflación a niveles que no se veían desde la década de los sesenta e incluso, el crecimiento de los precios en México se ubicó por debajo del experimentado en términos anuales en los Estados Unidos.

“El peso se revaluó frente al dólar como resultado principalmente, de la entrada de importantes flujos de recursos del exterior, entre los que destacan los provenientes por la venta de petróleo y las remesas, manifestándose en un déficit en cuenta corriente para el año estimado en tan sólo 1.0 por ciento en relación al PIB, así como por una fuerte reducción del riesgo–país.

“Adicionalmente, el pequeño desequilibrio en la cuenta corriente ha sido financiado de una buena manera, con recursos provenientes de la IED. Lo anterior, sumado a otros flujos de capital, han redituado para que México alcance un máximo histórico en términos de reservas internacionales, rondando en  los 69 mil mdd.

“Por otra parte, el 2005 representó una carencia de medidas que impulsarán la modernización económica, lo que redundó en un deterioro creciente del aparato productivo nacional. Si bien este es un factor de altísima preocupación en el mediano y largo plazos, no creemos que tendrá un impacto desestabilizador en el 2006”, avaló el análisis de Monex.

 
Adolfo Albo.

Grandes  diferencias con el pasado

Adolfo Albo Márquez, economista en jefe para México del grupo BBVA-Bancomer, aseguró que la economía viéndola como una empresa está muy saneada, incluso en mejores condiciones que en el año 2000. Por ello lo cuestionamos sobre cuáles son los elementos de diferencia con respecto a ese año y, sobre todo, con referencia a otras épocas de crisis sexenal. Al respecto, apuntó que en el 2000 se tuvo la experiencia de que no hubo crisis y ahora se espera lo mismo pues la economía en términos generales se encuentra sólida.

Ésta proviene de varios elementos. “Primero, que tienes un tipo de cambio flexible, situación que en 1994 no se poseía y en periodos anteriores tampoco.

“Segundo, contamos con una inflación baja y muy controlada que tampoco se disfrutaba en 1994; en el 2000 era de dos dígitos. Tercero, existen niveles de deuda cada vez más bajos. Si se le compara históricamente a México, hoy la deuda pública total con respecto al PIB es de 38 por ciento, incluyendo todo: deuda gubernamental, deuda del IPAB y contingencia, que es bastante minúscula”. Entonces viendo con indicadores tradicionales de riesgo, como el tipo de cambio, nivel de deuda y déficit de cuenta corriente que también es pequeño, este año llegará a un índice de cuenta corriente bajo, del 1.8 por ciento del PIB.

“Todos los indicadores tradicionales de riesgo con que las calificadoras de valores miden a los países, encontramos a la economía muy bien, posee reservas muy altas, etcétera. Gozamos de una economía sana”.

Adolfo Albo agregó que también hay un blindaje financiero. Todo el vencimiento de la deuda externa del sector público de 2006 y 2007 se refinanció, ya no saldrá Hacienda a contratar deuda. Y también el sector privado. “Gracias al contacto que tenemos con ellos, nos dicen que prácticamente sus finanzas las programaron para no tener que ir al mercado este año. Ese es un elemento de blindaje muy bueno”, sostuvo.

“Otro mecanismo inexistente en el 2000 y que ahora adquirimos es el sistema financiero. Contamos con uno capitalizado, con reglas internacionales y en este sentido está cumpliendo su objetivo, que es dar crédito”. Todos estos puntos determinan una condición, según el experto de BBVA-Bancomer: Fortaleza a la economía.


Manuel Guzmán.

Mercado interno fuerte y en ascenso

Aunque en 2005 la economía creció en forma generalizada, los sectores que atienden primordialmente al mercado interno han sido por mucho los más dinámicos. El sector servicios creció a un ritmo anual de 4.2 por ciento en los primeros nueve meses del año pasado, a diferencia del sector industrial que avanzó apenas 1.1 por ciento anual y atiende en mayor medida al mercado de exportación; este último reaccionó positivamente en el último trimestre, cuando en octubre aumentó 2.4 por ciento anual y en noviembre 3.0 por ciento.

Al respecto, Francisco Gutiérrez afirmó: “Si bien no ha habido un ascenso importante del empleo, ha progresado lo suficiente para que la masa salarial incremente, lo que es significativo para el ciclo económico, porque el crecimiento de la masa salarial hace que el consumo se amplíe.

“Después de que entre 2001 y 2003 se registró un estancamiento del consumo, en 2004 y 2005 ha evolucionado a un ritmo similar al PIB en todos sus rubros (bienes duraderos, no duraderos, servicios) de tal manera que hay empleo y, por lo tanto, mayor consumo.

“Creo que es un acierto de la actual administración el no precipitar el paso vía– gasto, como con otras políticas económicas del pasado, porque acelerar a 140 kilómetros por hora con las llantas lisas es peligroso. No hemos hecho las reformas estructurales y no tenemos la competitividad como para mantener balances del sector externo financiables con una mayor progresión, puede ser muy riesgoso, y eso es lo que nos ha pasado de manera recurrente en las crisis.

“Estamos creciendo poco pero de manera sostenible. Necesitamos aumentar la competitividad, antes de desarrollarnos a un ritmo mayor”, precisó Gutiérrez.

Añadió que hay empleo suficiente para mover a la masa salarial. “Hay más consumo que estimula una mayor producción, y como en 2004 y 2005 fue buena esta última, la inversión ha comenzado a crecer a tasas cercanas al 10 por ciento, de tal manera que las empresas están renovando su maquinaria y equipo, modernizan su planta productiva y se preparan para un ciclo económico próspero que si bien no es extraordinario en cuestión de tasas, sí en términos de permanencia, pues estamos muy ligados al ciclo económico de crecimiento de la zona más estable del planeta, económicamente hablando.

Finalizó diciendo que “precisamente una de las fortalezas de México es el ciclo económico ligado con Estados Unidos”.

Otra noticia importante en 2005 es que el financiamiento bancario ausente en la mayoría del sexenio, desde el último trimestre de 2004 y de manera decidida en 2005 ya aporta al ciclo económico, financiando el crecimiento de la inversión y del consumo.

Crece a tasas superiores al 40 por ciento en consumo, en cerca de 50 por ciento en vivienda y el crédito a las empresas, que fue el último que reaccionó pero es el más importante, aumenta a un ritmo del 10 por ciento. No cabe duda, hay recursos financieros que fortalecen el ciclo de crecimiento, a través del crédito bancario. Por su parte, Ernesto Cervera, director del Grupo de Economistas Asociados (GEA), en el marco de un seminario organizado por la firma Softec comentó que “la estabilidad de las variables macrofinancieras se ha traducido en un crecimiento de los sectores orientados al mercado interno superiores al promedio.

La expansión del mercado interno está sustentado en el crecimiento de las ventas, en especial al menudeo, y cuyo incremento ha estado financiado en buena parte por un creciente crédito a los hogares, principalmente al consumo (tarjetas y bienes de consumo duradero) y vivienda, afirmó Cervera. Sin embargo, apuntó, la fortaleza macrofinanciera y del mercado interno no ha permeado a los sectores orientados a las exportaciones, en especial al sector manufacturero.

 
Antonio Castro.

Finanzas públicas y externas sólidas

Para el especialista de Ixe “al igual que años anteriores, el elevado precio del petróleo permitirá al gobierno mantener un nivel de ingresos suficiente para hacer frente a sus compromisos, sin recurrir a un ensanchamiento en la deuda pública total; por el contrario, es factible que ésta presente una reducción como resultado de la estrategia sobre la deuda externa implementada en los últimos años”.

A juicio del analista, ello podrá tener los siguientes resultados:

•El reconocimiento de una calidad crediticia superior al resto de los países latinoamericanos, lo que mantendría el riesgo–país en niveles bajos.

•El acceso constante a los mercados financieros internacionales a tasas de interés competitivas.

•La extensión del plazo promedio, al vencimiento de la deuda interna.

•La ausencia de presiones sobre las tasas de interés, por operaciones de financiamiento público.

“Asimismo, el holgado calendario de vencimientos de la deuda externa y las operaciones que realizó el Gobierno federal para fondear los vencimientos que se enfrentarán entre 2006 y 2007, reducen en forma significativa la probabilidad de que México afronte problemas económicos por vencimientos de deuda externa, al término de la administración Fox o principios de la próxima. De esta manera, se excluye un elemento que en el pasado contribuyó a aumentar la volatilidad y las presiones de alza sobre el tipo de cambio”, aseguró Manuel Guzmán Moreno.

Las devaluaciones, al fin o inicio de sexenio en los últimos 25 años del siglo pasado, fueron resultado de condiciones que impidieron a México cumplir con las obligaciones contratadas. Sin embargo, ello no ocurrirá ahora, ya que el Gobierno federal ha prefondeado los vencimientos de deuda externa que sucederán en 2006 y 2007.

Así estimamos que a lo largo del año el desempeño del tipo de cambio se podrá  calificar como estable. Alrededor de las elecciones presidenciales se observará un incremento en la volatilidad de las cotizaciones, la cual podría disiparse en la medida en que concluya dicho proceso, sin la alteración del rumbo económico o de las instituciones del país, precisó Ixe. Sobre el tipo de cambio en particular, el grupo financiero Monex estima que al cierre del presente año se ubicará en 11.30 pesos por dólar, lo que significaría un crecimiento anual de 6.35 por ciento, respecto a las 10.6250 unidades en que cerró el año pasado.

 
Ernesto Cervera.

Retos 2006

Para el especialista de Ixe “el principal reto que enfrentará México en el futuro inmediato será concretar los cambios estructurales que se requieren y cuya ausencia es un costo directo para la población. Ello implicará una participación creativa, propositiva  y de amplio horizonte de parte de los agentes económicos y políticos involucrados en el proceso de planeación, aprobación y ejecución del programa económico de nuestro país”.

En opinión de Adolfo Albo, al tener una economía muy sana, el reto que tiene nuestra nación es simplemente prosperar. “El gran reto de México es crecer y por ello debemos ver en 2006 un año de oportunidades, en donde ojalá que en las campañas y procesos tiendan a dominar más los temas de desarrollo y propuestas.

“La República Mexicana se está rezagando por no hacer las reformas estructurales. Los países en el mundo están evolucionando a mucha velocidad: China, India, incluso algunas naciones diferentes, como de Europa del Este, están desarrollándose con mayor viveza, lo que implica un atraso de México.

“Creo que el tema es que ya logramos la estabilidad, condición necesaria para el crecimiento y ahora debe buscarse la forma de cómo hacerlo. Y aquí vienen los temas de reformas estructurales, los de productividad, que esa es, yo creo, la regla del juego de este año”.

 

¿Cómo poder crecer más?

En opinión de Antonio Castro, luego de varias décadas de crisis, lograr la estabilidad era el objetivo pero una vez obtenida, el propósito debe ser crecer a un ritmo mucho mayor al observado en los últimos años.

En este mismo sentido, los analistas de Monex consideron que el año 2006 podría presentar desafíos importantes:

•El primero, preservar y consolidar uno de los activos más importantes que ha  logrado el país, la estabilidad financiera en un entorno marcado por el proceso electoral interno y un contexto internacional, determinado por mayores tasas de interés y una creciente competencia por los recursos financieros.         

•El segundo, mantener la disciplina en las finanzas públicas y un déficit manejable en cuenta corriente, sobre todo en caso de existir una caída en los precios del petróleo.

•El tercero, lograr una tasa de crecimiento razonable de la economía, en un contexto de mayor incertidumbre externa e interna.

Es nuestra convicción -afirmó el análisis de Monex-, la existencia de una alta probabilidad de que México sortee con éxito los retos antes dichos.

Riesgos

En opinión de Gutiérrez, los riesgos para la economía mexicana siguen teniendo su origen en el exterior, en la economía de Estados Unidos y en los precios del petróleo. “Internamente no hay riesgo económico por sí mismo, más bien puede provenir del ambiente político, si el que llega propone cambios dramáticos en la política económica. “El riesgo para la economía es que algunos de los candidatos pretendiera cambiar la política económica en forma adversa a los mercados: aumento del déficit, intervención cambiaria, proteccionismo comercial o pretenda influir en la política monetaria”, asentó el analista de Scotiabank Inverlat.

Para Manuel Guzmán, en el ambiente político “al igual que en elecciones anteriores, la mayor atención será dada por los agentes económicos internos que los externos. En este sentido, en la medida que no trastoque el ámbito legal, institucional y el ritmo de actividad económica, será factible que la volatilidad de los mercados financieros que se registren en fechas cercanas a las elecciones se modere y que respondan a la evolución de los fundamentales económicos”. Los riesgos detectados para los próximos meses en el medio económico financiero son los siguientes.

En lo internacional:

•Que el precio del petróleo se mantenga al alza, y la generación de presiones sobre los precios finales de los bienes  y servicios.

•El alza sostenida de las tasas de interés de Estados Unidos y la Unión Europea al término de 2005 y principios de 2006.

•Crecimiento económico inferior al estimado en Estados Unidos.

•Alza significativa en las tasas de interés hipotecarias.

•Ensanchamiento adicional en los déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos, y finanzas públicas en Estados Unidos.

 

En lo interno:

•Cambio al alza en la tendencia de la inflación subyacente.

•Incremento en el gasto público de 2006 con base en mayores ingresos petroleros.

•Necesidad de que el Banco de México intensifique la restricción monetaria en el país, lo que implicaría una moderación en el ritmo de actividad económica.

•Pérdida de competitividad por ausencia de reformas estructurales.

•Conflictos políticos o sociales relacionados con las elecciones presidenciales.

 

Expectativas macro en 2006

En opinión de Ernesto Cervera no se prevén cambios en el patrón de estabilidad macrofinanciera, debido a que los balances fundamentales de la economía se mantendrán bajo control, principalmente el déficit fiscal (0.2 por ciento del PIB), cuenta corriente con márgenes financiables (1.6 por ciento del PIB) y un endeudamiento privado  en niveles manejables, inclusive en los hogares.

El especialista de GEA señaló que el crecimiento económico estará fundamentado en la expansión del mercado interno, aunque seguirá siendo insuficiente para la generación de empleo formal.

Asimismo, no descartó lapsos temporales de volatilidad en los mercados financieros, derivados del proceso electoral. Agregó que “la prospectiva de crecimiento del sector industrial de Estados Unidos es relativamente favorable para los próximos 12 meses. Sin embargo, esto ya no asegura una expansión proporcional de la actividad manufacturera mexicana”. Ello debido a que además de la competencia de las manufacturas ligadas a China, ahora se suman la de los bienes manufacturados (o maquilados) en Centroamérica, y en otras economías emergentes de Asia y Europa del Este.

Para concluir, señaló que su pronóstico es que la economía mexicana crezca a un ritmo anual del 3.1 por ciento en 2006, con una inflación de 3.6 por ciento.

Sin embargo, en materia de predicciones hay diversas opiniones. Por ejemplo, Antonio Castro, de CAPEM, dijo que su estimado de crecimiento es del 3.0 por ciento, muy en línea con el anterior. En cambio Manuel Guzmán, de Ixe, previó 3.5 por ciento, al igual que los analistas de Banamex. Mientras tanto, en BBVA-Bancomer ubican un estimado en alrededor de 3.2 por ciento.

 

Industria de la construcción recuperará su dinámica

Adolfo Albo opinó que para crecer una vez lograda la estabilidad, se debe favorecer la inversión, que aumente en forma importante. “El ciclo tradicional es que una vez que se da la estabilidad hay una mayor inversión, la cual genera empleo, este consumo y de esa manera se va retroalimentando el ciclo productivo.

“Ahorita, estamos en esa etapa del ciclo, en donde empezamos a ver inversión y una parte importante se realiza en el sector de la construcción”.

En términos generales, el crecimiento sectorial de México estuvo enfocado al sector servicios. La industria nuevamente registra un pobre crecimiento, de la cual la construcción forma parte.

Al respecto, Lourdes Rocha, analista sectorial de la Dirección de Estudios Económicos de Banamex afirmó que de los sectores que conforman la industria, de las grandes divisiones, la construcción fue la de mejor desempeño aunque su evolución no se comportó homogénea y sostenida a lo largo del año.

Mencionó que empezó muy floja, pues en el primer trimestre del año creció apenas 1 por ciento. En cambio, en el segundo trimestre tuvo un vigoroso desarrollo del 5 por ciento; sin embargo vuelve a debilitarse, a ser menos dinámica en el tercer trimestre y estimó que en el cuarto sostuvo un crecimiento mejor que el obtenido en el anterior.

“Estos altibajos se debieron, en parte, al comportamiento de la obra pública por una incertidumbre de los proyectos, sobre todo en el sector energético, que es lo que ha jalado mucho a la construcción”.

Respecto a la construcción privada, básicamente se ha enfocado a la edificación y vivienda, que a diferencia del año 2004 donde prosperó bastante la vivienda multifamiliar, en 2005 no tuvo esa misma fuerza, incluso retrocedió. La otra, es la vivienda unifamiliar, que si bien sigue creciendo a un ritmo de dos dígitos, en 2004 tuvo una mejor expansión que la experimentada en 2005.

“De tal suerte que la edificación también tiene un desempeño menor, porque obviamente mucha de ella está impulsada por la vivienda. Sin embargo existieron otras obras que impulsaron al sector de la construcción, además de la vivienda”.

Finalmente Rocha anticipó que el PIB de la construcción en 2005 fue menor al registrado en el 2004. “Creo que si llega a un 3 por ciento será bueno”.

Cuestionada sobre sus expectativas para 2006, dijo esperar un mejor progreso de la construcción para este año. “Estimamos que sea del 4 por ciento, impulsado por la vivienda, por la edificación diferente a la vivienda y también por proyectos que ya se han confeccionado, por ejemplo la construcción para el sector de transporte (libramiento norte, algunas carreteras), lo que repercutirá para recibir un impulso mayor.

“Por otra parte, van a continuar las obras en infraestructura energética, primordialmente en Pemex.

“Habrá inversión en construcción de esos sectores y en el de servicios, que es el más dinámico de la economía; obras aeroportuarias, hotelería, algunas otras portuarias, las de reconstrucción en Cancún, etcétera”.

La analista de Banamex afirmó que existen las condiciones para registrar una mejor dinámica de la construcción para este año.