En medio de un contexto internacional adverso, donde Estados Unidos, Europa y Japón están en plena recesión y aún desconocemos qué tan profunda pueda ser ésta, para el año 2009 la expectativa de crecimiento económico de México no es nada halagüeña. De acuerdo con analistas entrevistados por Real Estate Market & Lifestyle, las expectativas de la economía mexicana para 2009 fluctúan entre una tasa negativa de -1.8% y un crecimiento de 0.8%.
El punto de vista oficial lo expresó el secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Agustín Carstens, quien afirmó al inicio del 2009 que "estamos enfrentando presiones muy fuertes a la baja en la actividad económica... Nosotros pensamos que nuestra economía no crezca, pero tampoco decrezca... Nuestro pronóstico central es que nos quedemos en cero".
En los Criterios Generales de Política Económica para 2009, la misma SHCP había planteado que México tendría una expansión económica de 1.8% a lo largo del año.
Por su parte, Guillermo Ortiz, gobernador del Banco de México (Banxico) dijo que este organismo ajustó a la baja sus pronósticos de crecimiento para México. "Se estima que en 2008 el PIB medido en pesos constantes haya crecido 1.5% y se prevé que en 2009 el PIB registre una caída de entre -0.8 y -1.8%". La proyección anterior iba de un crecimiento de entre 0.5 y 1.5%, lo que revela claramente que para el Banco central es inminente que entremos en recesión.
Un análisis del Servicio de Estudios Económicos de BBVA Bancomer afirmó que "hoy en día México se encuentra en la mejor posición estructural para hacer frente al actual episodio de desaceleración económica en Estados Unidos, pero no para no poder padecer, como el resto de las economías del mundo, de un ciclo de fuerte desaceleración económica".
En opinión de los analistas consultados, la parte más marcada de la desaceleración o proceso recesivo de México se experimentará en la primera mitad del 2009, mientras que en la segunda mitad se verán signos de recuperación que se consolidarán hasta 2010.
La cercanía con Estados Unidos y la fuerte interrelación económica, ahora nos afecta irremediablemente.
¿Recesión pequeña y de corta duración ó profunda y duradera?
Esta es una pregunta que está en el aire. Cómo olvidar que Japón vivió una crisis recesiva por casi una década, prácticamente todos los años 90, por eso aun cuando Estados Unidos ha bajado sus tasas de interés de referencia a su mínima expresión, para tratar de estimular su economía, cómo saber si lo va a lograr o se repetirá lo que vivió Japón, aún con tasas de interés cero.
Las grandes crisis internacionales de las últimas décadas se caracterizaron primordialmente por tener origen en los países en desarrollo: Argentina, Brasil, Sudeste Asiático, Rusia y, por supuesto, México. Hoy sucede todo lo contrario, el desastre financiero y económico internacional ha tenido su origen en Estados Unidos y permeó de inmediato a otros países desarrollados.
Junto con Estados Unidos, grandes potencias económicas como Japón y la zona Euro atraviesan por una crisis financiera y económica, experimentando un proceso recesivo conjunto a partir de 2008.
De acuerdo con un análisis del Grupo Financiero Monex, "desde el último trimestre del 2005, el sector inmobiliario en Estados Unidos había estado presentando problemas, que fueron agudizándose y contaminando a otros sectores, como el financiero. Sin embargo, fue hasta 2008 que el continuo descenso en las ventas de casas, el desplome en los precios de la vivienda y el aumento en el nivel de impagos deterioraron significativamente el escenario para los instrumentos financieros referenciados al sector hipotecario en Estados Unidos. Lo anterior detonó en la falta de liquidez que derivó en crisis financiera, al presentarse fuertes desvalorizaciones en los bancos. Esta situación, iniciada en Estados Unidos, se propagó al sistema financiero internacional".
Agregó el análisis de Monex que al problema financiero le siguió el económico, ya que la falta de crédito comenzó a afectar a otros sectores.
Hay que recordar que para el 2008, el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó que la economía mundial crecería 3.7%, inferior al 5.0% de 2007. Sin embargo, como consecuencia de los efectos de la crisis financiera y los cambios en políticas económicas, el FMI ha tenido que revisar a la baja sus escenarios económicos. En octubre del año pasado, sus pronósticos señalaron que para 2009 el crecimiento mundial sería de 3.0%, pero en noviembre lo revisó a la baja a 2.2%. En medio de dicho escenario, las economías avanzadas solamente repuntarían 0.3%, donde Estados Unidos se contraería en -0.7%, la Zona Euro en -0.5% y Japón en -0.2%, presentando todas ellas cuadros claros de recesión.
México se encuentra en la mejor posición estructural para hacer frente al actual episodio de desaceleración económica en Estados Unidos, pero no para no padecer de un ciclo de fuerte desaceleración económica.
En su más reciente pronóstico, indicó que la economía mexicana se contraerá más que el -0.3% que había calculado inicialmente.
Por su parte, el Banco Mundial recordó que el mundo en desarrollo ha recibido un doble golpe, procedente de los elevados precios de los alimentos y los combustibles y la actual crisis financiera global, con epicentro en Estados Unidos.
Según el Banco Mundial, la recesión simultánea por la que atraviesan Estados Unidos, Europa y Japón amenaza con ser la peor desde la Segunda Guerra Mundial, por lo que prevé un crecimiento global de sólo el 0.9% en el 2009 a diferencia del 2.5% preliminar de 2008.
Sobre Estados Unidos en particular, los analistas de Monex pronosticaron que en 2008, esa economía creció a un ritmo del 1.5%, pero que en 2009 registrará una variación negativa de -0.5%.
El Servicio de Estudios Económicos de BBVA Bancomer afirmó que las perspectivas económicas globales se han deteriorado significativamente en los últimos meses, como consecuencia de una profundización de las tensiones financieras y una fuerte desaceleración económica.
"El escenario para Estados Unidos implica que el consumo, la inversión residencial y no residencial continuarán contrayéndose a inicios de 2009 y, por ende, contribuyendo negativamente al crecimiento".
"Estados Unidos seguirá en recesión durante gran parte de 2009 y su salida estará condicionada al éxito de la intervención del Tesoro y la Reserva Federal y al diseño de las políticas fiscales anunciadas"
El pronóstico económico sobre este país para los analistas de BBVA Bancomer es que "se contraiga entre un -0.8% y -1.5% en 2009, pero con posibilidades de una lenta recuperación para 2010, si los programas fiscales y el extraordinario impulso de la política monetaria, consiguen no sólo evitar el escenario de deterioro adicional, como hasta ahora sino también sembrar las semillas de una recuperación, una vez que el proceso de desapalancamiento se haya corregido cuando menos parcialmente".
La expectativa es que la producción industrial estadounidense, estrechamente vinculada con las exportaciones de México, bajará un 3.0% en el presente año.
Manuel Guzmán, economista en jefe de Grupo Financiero Ixe, dijo que su pronóstico de crecimiento es nulo (0.03%), pero que debido al resultado de la producción industrial de noviembre, que retrocedió -5.4%, un resultado que no esperaba tan negativo, es muy probable que tengan que corregir a la baja su pronóstico. Sin embargo, cuestionado sobre la expectativa del Banxico, consideró como muy amplio el rango que presentó y como pesimista el -1.8%.
Recesión importada
La cercanía con Estados Unidos y la fuerte interrelación económica, que en muchas ocasiones nos sacó del hoyo económico en que nos metimos solos, ahora nos afecta irremediablemente.
Aunque ha ido disminuyendo en forma paulatina, la economía mexicana sigue teniendo una alta dependencia de Estados Unidos, por lo que la crisis del vecino ya nos cobró facturas en 2008 y lo seguirá haciendo en 2009, a través de diversas variables: Menores exportaciones (80% provienen de Estados Unidos), menores flujos de remesas, menor inversión extranjera directa (50% es del mismo país) y menor turismo, nada más.
Estas variables representan, sin duda, elementos de debilidad para la economía mexicana, a lo cual hay que agregar el desplome que han sufrido los precios internacionales del petróleo.
Bajo estas consideraciones, nos debemos preguntar cuáles serán los sectores más afectados, lo que sin duda estará encabezado por el sector exportador, manufacturas principalmente, seguido por el resto de la actividad industrial. En contraste, el sector servicios será el de mayor incremento por la fortaleza que ganó el consumo interno en años anteriores; asimismo, la fuerte inversión en infraestructura junto con la continuidad en el dinamismo de la construcción de vivienda, deberían hacer reaccionar a la industria de la construcción.
Los analistas de BBVA Bancomer afirmaron que en México se observó una moderación de la actividad económica desde 2008, en línea con lo acontecido en Estados Unidos. "En su origen, el menor crecimiento se derivó del mercado externo, pero en forma gradual también se ha transmitido al mercado interno y ha llevado a una generalización en prácticamente todos los componentes de la demanda agregada".
Añadieron que el sector industrial ha sido uno de los más afectados, tanto por su vinculación a Estados Unidos como por la sensibilidad a la inestabilidad financiera global. Por su parte, el sector servicio se sigue caracterizando por mostrar una expansión mayor al promedio de la economía en su conjunto, lo que ha sido posible por la estabilidad macroeconómica alcanzada en años recientes. "A pesar de ello, la provisión de servicios no ha sido inerte al menor dinamismo del sector industrial, ya que su menor impulso desde finales de 2007 ha implicado una menor demanda por servicios relacionados (a empresas, transporte, alquiler, etc.) lo que implica que se haya desacelerado hacia el cierre de este año.
El Banco de México (Banxico) señaló en su anuncio de política monetaria del 16 enero del año en curso, que "los componentes del balance de riesgos se han deteriorado, más en lo que se refiere a la actividad económica que en lo tocante a la inflación. La fuerte caída de la demanda agregada y del empleo de Estados Unidos, están impactando muy negativamente a la actividad económica en México. Así lo sugieren los datos más recientes sobre las exportaciones, consumo privado, empleo y masa salarial. Se estima que la economía se contrajo en el último trimestre del año anterior".
Pronósticos pobres
Todos los indicadores disponibles revelan un crecimiento lento en la recta final de 2008 y la posibilidad de estancamiento al arranque de 2009.
En opinión de los analistas de Monex, "en los próximos trimestres esperamos que la economía mexicana presente un decrecimiento en su actividad en general. El deterioro en la economía de Estados Unidos tendrá efectos importantes en la producción industrial de México y en el empleo. Lo anterior afectaría a la demanda potencial, reduciéndose los niveles de consumo y afectándose el sector servicios y comercio". Por todo ello, para 2009 prevén un PIB de -1.0% para México.
México transitará 2009 entre un crecimiento no mayor a 0.8%, como un escenario optimista, y una contracción de -1.8% como escenario pesimista.
Por su parte, el Servicio de Estudios Económicos de BBVA Bancomer estimó que el PIB de México creció 1.8% en 2008 y lo hará entre 0.0 y -1.7% para 2009, con posibilidad de paulatina recuperación en 2010, a la par de Estados Unidos. "La evolución de la actividad interna estará determinada, en primer lugar, por el dinamismo de la demanda externa, sujeta hoy a gran incertidumbre, la disponibilidad de recursos financieros externos, el comportamiento de los precios del petróleo, los avances de reformas estructurales pasadas, la instrumentación de la política de gasto público en infraestructura, y el grado de relajación de la política monetaria".
"La evolución prevista para la economía mexicana en 2009, contempla tocar fondo en el primer semestre, revertir la tendencia perdida de dinamismo en el segundo y consolidar la recuperación en 2010. En un contexto de bajo crecimiento, el consumo será más dinámico que la inversión y el intercambio con el exterior tendrá una aportación negativa".
Por supuesto, reconocen que existen riesgos latentes, como el hecho de que la economía de Estados Unidos entre en una recesión más profunda y más prolongada y en donde sus programas contra-cíclicos resulten insuficientes. Adicionalmente, entre los riesgos que pudieran cobrar relevancia sobresalen:
- Mayor restricción en los mercados financieros internacionales.
- Bajo apetito de inversión privada en infraestructura, ante carencia de recursos financieros internacionales y perspectivas de corto plazo deterioradas.
- Elevado repunte en el déficit de cuenta corriente, ante un mayor crecimiento en México que en Estados Unidos (riesgo sobre todo para 2010).
Para la firma de consultoría CAPEM, durante 2009 la economía mexicana sufrirá un retroceso de -0.3%. En el primer trimestre crecerá apenas el 0.4%, para el segundo trimestre retrocederá -2.0%, en el tercer trimestre caerá a un ritmo de -0.4% y en el último trimestre retomará la senda del crecimiento en 0.8%.
Banamex revisó a la baja su proyección para la economía de México en el 2009 y prevé una contracción del -0.2%, en lugar de un crecimiento del 0.5%, con resultados negativos hacia el inicio del año y un moderado repunte durante el segundo semestre.
La principal razón es la expectativa de que la producción industrial estadounidense, estrechamente vinculada con las exportaciones de México, bajará un -3.6% en el presente año.
Fortalezas de la economía mexicana
Debemos resaltar que las fortalezas que se desarrollaron en los últimos tres sexenios nos están permitiendo resistir el fuerte embate externo sin una mayor afectación. Pero, ¿cuáles son precisamente las fortalezas de la economía mexicana?
Los analistas de BBVA Bancomer afirmaron que entre las fortalezas alcanzadas en años recientes destacan las siguientes:
- Control presupuestario del gobierno, lo que permite dotar de mayor estabilidad de mediano plazo en finanzas públicas.
- Bajo riesgo sobre la deuda del sector público, tanto por su bajo nivel, baja exposición al riesgo cambiario y mayores plazos de vencimientos.
- Reputación consolidada del Banco de México en su objetivo de reducir la inflación y expectativas de inflación ancladas, pese a los choques alcistas de los últimos años.
- Déficit de cuenta corriente financiable con recursos estables.
- Mayor profundidad de los mercados financieros, lo cual posibilita la planeación económica de proyectos productivos de largo plazo (casi inexistentes en décadas pasadas).
El consumo interno, la inversión en infraestructura y sostener el de la vivienda, serían los pilares para tratar de evitar que entremos en una recesión o evitar que ésta sea profunda.
Estos avances estructurales permiten hacerle frente a una crisis internacional y que los ajustes en los mercados internos (financieros, productos y laboral) no sean catastróficos como en el pasado.
Justamente esas fortalezas están permitiendo aplicar un programa contracíclico por parte del Gobierno federal. En octubre del año pasado "el Ejecutivo a mi cargo propuso el Programa para Impulsar el Crecimiento y el Empleo, lo que motivó y permitió un acuerdo fundamental en la Cámara de Diputados, del Honorable Congreso de la Unión, que aprobó para este ejercicio presupuestal el mayor Presupuesto de Egresos de la Federación en las últimas décadas, fundamentalmente destinado en el rubro de inversión", afirmó el Presidente de la República, Felipe Calderón.
Agregó que, "sin embargo, de entonces a la fecha la crisis internacional se ha profundizado de manera significativa; por eso, para superar con mayor rapidez los efectos de esta situación económica adversa y proteger el empleo y la economía familiar de los mexicanos, el Poder Ejecutivo Federal, los titulares de los poderes ejecutivos de las entidades federativas, el Poder Legislativo Federal, así como las organizaciones sociales, empresariales y obreras del país, celebramos un Acuerdo de carácter nacional que incluye una amplia participación y compromiso de todos los actores: el Acuerdo Nacional en favor de la Economía Familiar y el Empleo".
Estas medidas pretenden estimular el consumo interno, la inversión en infraestructura y sostener el de la vivienda, que serían los pilares para tratar de evitar que entremos en una recesión o evitar que ésta sea profunda.
Dichas medidas permitirán incrementar los recursos disponibles en materia de inversión pública, primordialmente para infraestructura al igual que congelar el precio de las gasolinas, siendo esta última medida un elemento que amplía la oportunidad para que el Banco de México, ante menores elementos de presión inflacionaria, pueda bajar consistentemente sus tasas de interés para estimular nuevamente el crecimiento interno.
Los analistas de BBVA Bancomer afirmaron que "valoramos que los riesgos a la baja en crecimiento han ganado peso relativo sobre los de inflación". En su opinión, el espacio de relajamiento monetario ya está abierto; de permitírsele la volatilidad del tipo de cambio y su potencial impacto sobre la inflación, Banxico podría relajar su política monetaria hasta llevarla a 5.5% a finales de 2009 las tasas de fondeo.
Cabe señalar que a mitad de enero (16 de enero) el Banco de México (Banxico) bajó de 8.25 a 7.75% su tasa de referencia, siendo el primer ajuste a la baja del año en curso.
Los analistas de Monex coincidieron en que el Banco central tiene margen para bajar tasas, la tasa objetivo podría llegar a 7.0%.