Antes de la ciudad estuvieron el caserío, el santuario y la aldea; antes de la aldea, el campamento, el escondrijo, la caverna y el montículo; y antes de todo esto ya existía la tendencia a la vida social que el hombre comparte, evidentemente, con muchas otras especies animales. En este último aspecto, el ser humano desarrolló factores de sociabilidad y congregación diferente a los animales que determinaron el nacimiento de la ciudad.
Lewis Mumford.
El vasto escenario natural llamado Valle de México, limitado por los telones montañosos de la sierra de Guadalupe, al norte, la serranía del Ajusco al sur, la sierra de las Cruces al poniente y los volcanes Iztaccíhuatl y Popocatépetl al oriente, ha sido testigo de uno de los fenómenos urbanísticos más notables del mundo. En él se han representado pasajes históricos que crearon las condiciones para que surgiera una de las ciudades más complejas y grandes que se hayan creado jamás.
Sin embargo, la historia y evolución de la Ciudad de México no ha sido continua, sino que ha tenido varios estados temporales y espaciales que han terminado por razones históricas o naturales para dar lugar a otra morfología y, en cierto modo a ciudades distintas.
Pero, demos un breve vistazo a grandes zancadas históricas, hasta llegar al tema propio de este artículo que es el crecimiento urbano de la ciudad durante las décadas que van de los años 60 a la actualidad.
Desde épocas tan distantes como el año 2,300 a. C., en Tlapacoya y Tlatilco, grupos humanos dieron origen a una cultura que se ha conocido como “de las mujeres bonitas”, pues en esas poblaciones se encontraron numerosas figuras femeninas en barro cocido desnudas pero cuidadosamente adornadas de cara y pelo, al igual que numerosos ejemplos de fina cerámica. Mientras que en otro extremo del valle se desarrolló la ciudad de Cuicuilco con una gran pirámide circular orientada ya en la etapa del preclásico medio (500 a. C) respecto al movimiento solar. El dios más importante de esta cultura fue Huehuetéotl –el dios viejo– o Xiuhtecuhtli –dios del fuego–. Fue el elemento volcánico de esta deidad adorada y temida por los cuicuilcas la que puso fin a esta civilización del actual sur de la ciudad, ya que fue cubierta por la lava del volcán Xitle unos siglos antes de comenzar la era actual. Fue ésta la primera gran catástrofe natural de los elementos urbanos construidos en el Valle de México. (1)
(1) Raúl F. Guerrero, Historia general del Arte Mexicano, Época Prehispánica, T. I, México, Editorial Hermes, 1981, pp. 51-71.
Otro comienzo urbano que pertenece también al ámbito mítico, fue cuando la tribu mexica, después de una ardua peregrinación, fundó en un islote del lago de México, adyacente al de Texcoco, la que sería después universalmente afamada México-Tenochtitlan en el año 1345. En ese lugar, los sacerdotes mexicas habrían encontrado el objeto de su profecía: un águila que devoraba una serpiente. El desarrollo urbano de la ciudad en la Cuenca de México, en el valle que ni era todo valle ni era todo lago, fue tan acelerado que para el tiempo de la llegada de los españoles en 1519, tenía una superficie aproximada de 12 kilómetros cuadrados y una población de entre 150,000 a 200,000 habitantes. La Cuenca de México en total se calcula que era habitada por un millón de personas al comenzar la conquista. Vale decir que la riqueza natural del lago de México y de los que lo rodeaban, propiciaron el aumento de la densidad poblacional en la cuenca, ya que los pueblos que la habitaban controlaron con diques, calzadas, acequias, puertos y canales la funcionalidad del entorno. (2)
(2) Teresa Rojas Rabiela, “Las Cuencas Lacustres del Altiplano Central”, en Arqueología Mexicana, Vol. XII- Núm. 68, julio-agosto 2004, pp. 20-33.
Se marca el día 13 de agosto de 1521 como la fecha de la caída de México Tenochtitlan y como el fin del Imperio azteca, así como el inicio del periodo en el que comenzó la dominación española. La capital mexica comenzó a demolerse, limpiarse de los restos de la batalla y se reinició paulatinamente la edificación de una nueva, mientras los españoles se recomponían en el vecino pueblo de Coyoacán. Esta destrucción urbana, producto de la lucha entre dos pueblos antagónicos, fue la segunda de importancia que presenció el valle.
La ciudad española construida con la mano de obra de los naturales, siguió a grandes rasgos la traza anterior, pero el concepto urbano y arquitectónico había cambiado totalmente en el ámbito de la llamada después “región más trasparente”, hasta llegar a ser nombrada “la Ciudad de los Palacios”. Los últimos virreyes ilustrados, tratarán de hacer de la Ciudad de México un lugar a la altura de las ciudades europeas dotándola de paseos, calzadas y servicios.
Será hasta después de lograda la independencia, que con las lucha políticas e ideológicas para determinar el concepto de nación entre liberales y conservadores, y con la promulgación de las Leyes de Reforma que suprimió el viejo orden en el que primaba la Iglesia, se logra la desamortización de sus bienes, se subastan y los numerosos inmuebles quedan a merced de sus nuevos propietarios, quienes las demolerán, rentarán o desatenderán. La piqueta liberal determina una tercera destrucción urbana en el valle, intolerable a los ojos de quienes ven en ella sólo el afán demoledor y no la desaparición forzosa de símbolos que los oprimían en esa época. Guillermo Tovar de Teresa, documentó detalladamente en su libro La Ciudad de los Palacios, crónica de un patrimonio perdido, la desaparición de valiosos ejemplos de inmuebles no sólo durante la etapa reformista, sino también en las subsecuentes y que se han dado incluso hasta la actualidad.
1902 | 1911 | 1940 | 1945 | 1946 |
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POLANCO |
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Durante el extendido tiempo del régimen Porfiriano y debido a sus particularidades económicas, la ciudad vio el reemplazo de edificaciones virreinales por nuevas y espectaculares como el del Hospital de San Andrés por el Palacio de Comunicaciones construido entre 1902 y 1911 e inaugurado durante el gobierno de Francisco I. Madero; el que hubiera sido el Nuevo Teatro Nacional, pero cuya construcción fue interrumpida por la Revolución y que ocupó el espacio del antiguo convento de Santa Isabel, llamado ahora Palacio de Bellas Artes o el malogrado Palacio de Justicia que sirvió de base para el actual Monumento a la Revolución. De igual manera, se edificaron numerosos monumentos como el dedicado a la Independencia y el Hemiciclo a Juárez.
La lucha revolucionaria de 1910 hará que la actividad empresarial se deprima, y sólo se reactivará hasta la década de los años 20. El crecimiento urbano de la Ciudad de México se acelera poco a poco y para 1930 alcanzará el millón de habitantes, número que seguirá subiendo sin pausas durante las décadas siguientes debido a la inmigración. Para Claude Bataillon, hasta 1940 la Ciudad de México crece básicamente hacia el oeste y noroeste a lo largo del Paseo de la Reforma y en dirección de Tacuba y Tacubaya, después hacia el sur siguiendo el eje de avenida de los Insurgentes. Prosperan las colonias de lujo en las Lomas de Chapultepec, Anzures, Chapultepec Morales, Polanco, Narvarte y del Valle y el centro de la ciudad se ha convertido por entonces en una zona comercial y habitacional. Entre 1940 y 1960 la ciudad toma su amplitud característica conservada hasta los años 70. Hace un semicírculo hasta la Villa de Guadalupe, Azcapotzalco y Tacuba, al sur hasta Tlalpan, al este hacia Iztacalco e Iztapalapa, Tacubaya al oeste y Coyoacán al sur.
El periodo de las dos guerras mundiales, produjo la política de sustitución de importaciones que permitió a los países latinoamericanos acumular divisas y producir artículos industriales que no podían ser importados fácilmente debido a los conflictos bélicos. En el caso de México, la Primera Guerra Mundial no le permitió beneficiarse de la situación pues salía de la lucha revolucionaria, pero sí aprovechó la coyuntura durante los años de la Segunda Guerra Mundial que se prolongó hasta los años 60 y que logró la creación de empresas en la capital. (3)
(3) Claude Bataillon y Hélène Rivière D’Arc, La ciudad de México, México, SepSetentasDiana, 1979, pp. 20-31.
Sin duda, no se podría comprender cabalmente la explosión urbana de la década de los 60 en adelante sin mencionar ciertas particularidades del desarrollo que tuvo el país y su capital en los años 40 y 50. A partir del sexenio del presidente Miguel Alemán, la industrialización, el inicio de una cultura civilista que dejaba atrás los viejos cacicazgos militares, produjo una modernización que determinó la expansión urbana, no sólo en la capital, sino en buena parte del país. La vivienda moderna de la ciudad surgió con construcciones como el Centro Urbano Presidente Alemán (CUPA), inaugurado en 1949, y la Ciudad de México vio surgir importantes obras como Ciudad Universitaria, obra difícilmente superable y que ha sido inscrita en el año de 2007 en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco. También se dotó a la urbe con obras viales como el Viaducto Miguel Alemán y obras indispensables de una ciudad moderna como el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Debemos mencionar la eficaz herramienta para conocer a detalle la transformación de la ciudad, que es el actual Archivo histórico de la Fundación ICA (Ingenieros Civiles Asociados), que conserva en su acervo el registro fotográfico de la antigua Compañía Mexicana de Aerofoto, S. A., más el casi millón de imágenes que generó ICA para documentar las áreas de cerca del 60% del territorio nacional. Dicho acervo se encuentra en custodia por ICA desde el año 2000, se trabaja actualmente en su restauración y en un proyecto a largo plazo que contempla su digitalización y difusión. De igual manera, se planea registrar el archivo histórico de la Fundación ICA ante la Unesco como Colección Fotográfica Industrial y en el programa Memoria del Mundo. (4)
(4) Eugenia Macías, “Archivo histórico de Fundación ICA. Historia, tecnología y especificidad de la mirada aérea en México”, en Peter Krieger Transformaciones del paisaje urbano en México. Representación y registro visual, México, INBA, 2012, pp. 15, 25-33.
Los arquitectos Mario Pani y Carlos Lazo dominaron el panorama constructivo de la capital durante el sexenio alemanista y más allá, con importantes obras de urbanización, tales como el antes mencionado CUPA, la Unidad Habitacional Presidente Juárez, ambas del propio Pani, y CU, construcción supervisada por Lazo donde participaron como directores de obras Pani y Enrique del Moral, así como en la urbanización del Pedregal de San Ángel. Este arquitecto, a finales de la década de los 50, diseñó el sistema vial de Ciudad Satélite (1957), en el Estado de México, obra pensada para descongestionar a la creciente capital. Entre 1959 y 1964, con Luis Ramos, realizó los planos de la Unidad Habitacional Nonoalco-Tlatelolco.
En 1958, como ejemplo de obras que comunicaban y ordenaban el creciente espacio urbano, se inauguró la glorieta de Huipulco para facilitar el desvío de los tranvías que llegaban de la ciudad con destino a Tlalpan y Xochimilco.
Las propuestas de Mario Pani en torno a los problemas urbanísticos, incluyeron principios de integración plástica en los que los artistas pudieron intervenir. Según las innovadoras ideas de arquitectos europeos como Le Corbusier y Walter Gropius, Pani propuso la racionalización del crecimiento urbano a partir de servicios útiles para los habitantes y que implicaran la reducción de costos en la infraestructura citadina.
1950 | 1958 | 1964 | |
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Contempló asimismo, la edificación de proyectos habitacionales de alta densidad con soluciones viales y comerciales para diversos estratos económicos. El CUPA, donde se construyeron mil departamentos con el costo destinado a un menor número de éstos y la Unidad Habitacional Nonoalco-Tlatelolco, son ejemplos de sus principios urbanísticos. Otros de los proyectos habitacionales de Mario Pani fueron la Unidad Habitacional Santa Fe (1957), la Unidad Habitacional Modelo en Iztapalapa, además de numerosos edificios de departamentos en la colonia Cuauhtémoc así como obras en la provincia.
En el caso del arquitecto Lazo, pensaba que si el gobierno desarrollaba zonas viables para la vivienda con escuelas, saneamiento y comunicaciones, la población “por un principio de magnetismo demográfico tendrá que desplazarse en busca de los caminos del agua, de la educación, del saneamiento”. (5)
Es necesario anotar que debido a la rápida expansión de la ciudad, ésta ha rebasado los límites que le correspondían como Ciudad de México e incluso como Distrito Federal, que tomó sus límites en 1898 y que para efectos administrativos se le conoce como zona metropolitana. Esta zona superó sus límites desde 1950 en el municipio de Tlalnepantla que por su zona industrial crecía hacia el norte. Para 1960, los principales ejes de crecimiento urbano iban hacia el norte y hacia el este, incluyendo cuatro municipios del Estado de México y tres delegaciones del Distrito Federal. Algunos años antes, en 1953, se había promulgado la Ley de Planificación del Distrito Federal que tuvo la intención de regular la organización de la industria, pues el Distrito Federal se había convertido en el principal centro industrial del país, que atrajo como consecuencia un gran número de inmigrantes. Sin embargo, debido a su aplicación parcial e ineficiente, es por lo que se creó en 1970 la nueva Ley Orgánica del Gobierno del Distrito Federal destinada a solucionar los problemas de la utilización del suelo, la congestión del tráfico en la zona central o la creación de nuevas colonias sin autorización, entre otros muchos. (6)
(6) Claude Bataillon, op. cit. Pp. 100-101.
A partir de 1965, año de la creación de Inbursa, la política gubernamental, a través de las autoridades del Distrito Federal, consistió en frenar las autorizaciones de nuevas industrias para desplazarlas hacia su periferia y sobre todo hacia los suburbios del Estado de México. Esta descentralización industrial provocó entre 1960 y 1970 la creación de 56,000 empleos en estados que rodean la capital mexicana, 136,000 en el Estado de México y, sin embargo, unos 130,000 se crearon todavía en el Distrito Federal. La Ley Orgánica de 1970 consideraba también acuerdos con los gobiernos de los Estados vecinos y con los municipios comprendidos en el Valle de México para la coordinación de planes de urbanismo relacionados con el conglomerado urbano considerado como un solo conjunto geográfico, demográfico y económico. Para fines de la década de los 70, el 95 % de la población se concentraba en las delegaciones de Gustavo A. Madero, Azcapotzalco, Iztacalco, Iztapalapa, Coyoacán, Álvaro Obregón y cuatro nuevas delegaciones, mientras que el 5 % restante se encontraba en los núcleos rurales de la urbe: Cuajimalpa, Magdalena Contreras, Milpa Alta, Tláhuac, Tlalpan y Xochimilco, delegación que fue conurbada con la ciudad en la década de los 60. A las anteriores delegaciones se les incluía como suburbios salvo Milpa Alta. (7)
(7) Ibid. Pp. 100-101.
1970 | 1970 |
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Desde 1966 se comienzan las obras para las vialidades del Viaducto Tlalpan y del Anillo Periférico con el fin de optimizar la comunicación en el sur de la ciudad y en 1967 se empiezan las obras de la Villa Olímpica “Miguel Hidalgo” para albergar a los atletas de la XIX Olimpiada que tendría lugar en 1968. Dichas obras tenían también como finalidad servir para el campeonato Mundial de Fútbol en 1970. Desde luego, una de las obras más importantes para la ciudad en la década de los años 60 fue la construcción del necesario transporte metropolitano METRO, iniciada en 1967 con recursos federales cuando la ciudad contaba ya con 7.5 millones de habitantes e inaugurado en su primera línea en septiembre de 1969. Otras unidades habitacionales construidas durante los años 60 fueron: la Unidad Independencia en 1962, Viveros de la Loma en 1964 en Tlalnepantla, Santa Cruz Meyehualco en 1963, la Unidad Presidente Kennedy y San Juan de Aragón, ambas en 1964. Otra obra importante comenzada en esta década fue el Sistema de Drenaje Profundo, ideado para resolver las frecuentes inundaciones de las que era víctima la capital frecuentemente. Fotografías de esa época y de décadas anteriores muestran “divertidas” escenas de las calles del centro de la ciudad con gente que las atraviesa sobre canoas o a espaldas de gente contratada ex profeso. Aun así, surgieron durante la década de 1960 a 1970 innumerables asentamientos irregulares donde se construyeron viviendas improvisadas que carecían de servicios básicos. (8)
(8) Enrique Sánchez Cervantes, “El desarrollo de la ciudad de México”. http://www.posgrado.unam.mx/publicaciones/ant_omnia/11/03.pdf Consultado 27/12/15, 10:22 hrs.
1962 | 1966 | 1967 | 1969 |
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El descontento social que tuvo su crisis en 1968, provocó que en sexenios como el de Luis Echeverría se hicieran cambios políticos ante las demandas de democratización, nuevos espacios y mayor participación. Uno de esos cambios se realizó al modificarse la estructura político-administrativa de la capital el 29 de diciembre de 1970 con la nueva Ley Orgánica del DDF. Entonces el Distrito Federal se dividió en 16 delegaciones, desapareció la denominación de Ciudad de México que en otro tiempo se llamó Departamento Central, la que se dividió en cuatro nuevas delegaciones: Cuauhtémoc, Venustiano Carranza, Benito Juárez y Miguel Hidalgo. Así, se pretendía alcanzar una mayor igualdad en cuanto atención y presupuesto. La apertura del DDF, revaloraba así a las delegaciones como instancias en la gestión de gobierno y los delegados dejaban de ser meros vigilantes y se convertían en políticos activos con autonomía administrativa, presupuestaria y de ejecución. (9)
(9) Héctor Cuauhtémoc Hernández Silva, “Historia política de la Delegación Xochimilco” en María Eugenia Terrones López (coord.), A la Orilla del Agua, Política, urbanización y medio ambiente. Historia de Xochimilco en el siglo XX, México, Instituto Mora, 2004,pp. 75-76.
Al inicio de los años 70, la zona urbana de la capital contaba con casi 9 millones de habitantes, era urgente la creación de un plan que normara el crecimiento de la ciudad. La respuesta fue el Plan de Desarrollo Urbano para el Distrito Federal aprobado en noviembre de 1976, de acuerdo a la Ley Orgánica de 1970 que había creado la Dirección de Planeación. En él se estableció por primera vez la zonificación de uso de suelo en el Distrito Federal, se establece el Reglamento del Uso de Suelo para garantizar la densidad de construcción y de población o la altura de los edificios, etc.
El gobierno del Estado de México, a partir de 1973, desarrolla la nueva ciudad de Cuautitlán Izcalli y crea un municipio con ese nombre, donde se construyeron viviendas para las clases medias y un parque industrial. Asimismo, regulará el crecimiento de Ciudad Netzahualcóyotl y aprobará su expansión sobre terrenos del lago de Texcoco, creando el municipio de Netzahualcóyotl. La industria siguió creciendo a pesar de las prohibiciones legales y la falta de transporte rápido, así como el aumento de automotores requirió de la construcción de un circuito interior con redes hacia la periferia. Es importante mencionar que el Plan de Desarrollo Urbano antes citado ha sido modificado en varias ocasiones, aunque no se hayan podido incorporar en él las dimensiones económicas, sociales, políticas y culturales, factores determinantes en el acelerado crecimiento de la ciudad. En 1976 se aprueba en México la primera Ley de Asentamientos Humanos en la que aparece por primera vez la palabra “conurbación”.
Será durante el sexenio de 1977-82 que el regente de la ciudad, Carlos Hank González, apoyará el uso del automóvil y sus consiguientes Ejes Viales que constituyen una retícula de amplias avenidas de seis carriles hacia un sólo sentido, con un carril en contraflujo para transporte colectivo, y separados entre sí por una distancia de un kilómetro y medio en promedio. Abundan las crónicas de las dificultades que tuvieron que afrontar los habitantes de la ciudad entre zanjas, polvo, charcos y lodo en el tiempo que duraron las obras donde se expropiaron numerosos predios y se demolieron muchos edificios, comercios y casas. (10)
(10) Enrique Sánchez Cervantes, op. cit.
1973 | 1974 |
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Su construcción se comenzó en abril de 1978 y fueron inaugurados por el presidente José López Portillo y por el regente en junio de 1979, 15 ejes viales que sumaban una longitud de 133 kilómetros. La crítica social iba desde la tala de miles de árboles hasta el aire irrespirable que provocaron las obras.
Aunque antes de los años 70 se había frenado hasta cierto punto la expansión urbana hacia el sur, debido a las políticas de los campesinos y otras organizaciones sociales, como ocurrió en Xochimilco, las obras construidas para las Olimpiadas de 1968, fueron el detonador para la expansión que determinó la consolidación de la conurbación de la Zona Metropolitana con este espacio rural durante la década de los años 70. El crecimiento se dio en torno al Anillo Periférico Sur, Viaducto Tlalpan, División del Norte y, principalmente, alrededor del canal de Cuemanco y frente a Villa Coapa, en la delegación de Tlalpan. (11)
(11) María Eugenia Terrones López (coord.), A la Orilla del Agua, Política, urbanización y medio ambiente. Historia de Xochimilco en el siglo XX, México, Instituto Mora, 2004, pp. 27.
1950 | 1968 |
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Durante parte de esta década, continúa el crecimiento centro-periferia norte de la industria de la transformación hacia los municipios de Tlalnepantla, Naucalpan y Ecatepec hasta 1975 y después hacia Cuautitlán Izcalli como se mencionó antes. También se expandirá la zona industrial hacia Cuautitlán de Romero Rubio y Tultitlán. La población se trasladará a hacia los centros de capital y de empleo, produciendo una dinámica explosión demográfica. Al tipo de crecimiento en estos años se le conoce como acelerado-medio. (12)
(12) Atlas de la Ciudad de México, Fascículo 1, México, El Colegio de México, 1988, pp. 12.
Para dar una idea del crecimiento de la población en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, en tres décadas citamos los datos del Inegi: 1960: 5, 646,303 habitantes, 1970: 9,229,365 habitantes 1980: 14,386,748 habitantes. La ciudad absorbía en 1960 el 15.5% del total de la población nacional y en 1980 aumentó hasta el 20% de ella.
Los años 80 son la etapa donde la zona metropolitana se sobrepone a la vecina ciudad de Toluca, propiciando su expansión megalopolitana que incorpora indistintamente los municipios de Lerma y Huixquilucan, aunque la velocidad del crecimiento relacionado a la crisis económica se redujo notablemente en general. Sin embargo, en 1980, la zona urbana –el DF y 18 municipios del Estado de México– contaban con 13,840,505 habitantes y los 36 municipios adicionales de la Zona Metropolitana sumaban 546,243 habitantes en un amplio territorio.
El área urbana que a principios de la década tenía 1,025 kilómetros cuadrados, para 1986 contaba con 1,300 kilómetros cuadrados. El 64% de la población se asentaba en el Distrito Federal y el restante 34% en los municipios conurbados del Estado de México. (13)
(13) Enrique Sánchez Cervantes, op. cit.
1950 | 1952 | 1958 |
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Con el fin de mejorar la calidad de vida de los sectores más desprotegidos, el Gobierno Federal proveyó de servicios como agua, energía eléctrica y transporte, además de dar educación y asistencia social gratuita a más de dos tercios de la población. El impuesto predial se mantendrá bajo con el fin de paliar las necesidades de esta enorme masa poblacional.
En 1980 la Dirección de Planificación del Departamento del DF presentará un proyecto para modificar el Plan Director de 1976 y establecerá ocho centros urbanos y aunque no se implementa, pues las ciudades siguen creciendo, sí se establecerán corredores comerciales, se amplía en éstos el uso de suelo y se permite la construcción de edificios más altos. También se aumentó la intensidad de uso de suelo, que es la cantidad de construcción permitida en un predio, lo que provocará la especulación de los terrenos, así como el anacronismo de la infraestructura y del equipamiento urbano. (14)
(14) Ibid.
En 1980, la Ciudad de México tenía una participación de la población urbana nacional del 37 por ciento. La atracción de la urbe para el aumento de sus habitantes, se dio por la inmigración, vinculada al mercado laboral. De otra parte, por el crecimiento natural de su población además, una gran cantidad de mano de obra asalariada coexistió con el autoempleo y subempleo; una fuerza de trabajadores no manuales, así como sectores no calificados; movilidad social en trabajos estables y bien remunerados tanto como una marginación extrema en importantes sectores de la población. (15)
(15) Atlas de la Ciudad de México, ibid., p. 12.
Una cuarta destrucción urbana, de nuevo provocada por la naturaleza –pasando por alto las inundaciones de 1449 y de 1499 y las obras demoledoras de la piqueta para construir los ejes viales–, fue la provocada por los temblores del 19 y del 20 de septiembre de 1985 que hasta ahora ha sido la peor catástrofe de la época moderna en la urbe. El temblor más intenso fue el primero del día 19, con una intensidad de 8.1 grados Richter según el Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México, aunque se ha hablado de una potencia mayor a los 8.5 grados. Los mayores daños fueron en las delegaciones Cuauhtémoc y Venustiano Carranza, donde los afectados tuvieron refugio en 144 albergues y 73 campamentos. Esta población vivía en vecindades rentadas y en condiciones de hacinamiento, era relativamente joven, nativa de la ciudad en su mayoría y se encontró luego de los sismos en el desempleo. El periodo más crítico del estado de emergencia fue del día 19 de septiembre al 31 de octubre. El gobierno puso en marcha un plan a través de la Secretaría de la Defensa Nacional y la Secretaría General de Obras del Departamento del DDF coordinó las acciones para el rescate de las numerosas víctimas, donde participaron casi todas las dependencias del Gobierno Federal, empresas descentralizadas, instituciones privadas y la población en general. (16)
(16) Ibid.
1985 | |
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El panorama de la ciudad era desolador, se calcula que unas 30,000 estructuras se destruyeron y otras 68,000 resultaron con daños parciales. El costo de los daños se estimó en unos 4,000 millones de dólares. 38 estaciones del metro se vieron afectadas por lo que el servicio de autobuses urbano Ruta 100 dio servicio gratuito así como la empresa estatal Telmex. En el Parque de béisbol del Seguro Social se acomodó a los muertos para su identificación y en lugares siniestrados como el Hospital Juárez, el Hospital General y el Centro Médico se rescataron a unas 2,000 personas. Corría el sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado. (17)
(17) http://www.zocalo.com.mx/seccion/articulo/efectos-y-consecuencias-del-terremoto-de-1985 Consultado 28/12/15, 19:19
Muchos de los edificios destruidos por los sismos eran del gobierno, por lo que se aceleró la descentralización administrativa que se iba dando antes poco a poco. Se creó entonces la Comisión Nacional de Reconstrucción que incluyó un Comité de Descentralización para reubicar oficinas y personal de la administración pública federal y asignándose las ciudades que acogieron, en un primer momento, a unos 70,000 servidores públicos. (18)
(18) Atlas de la Ciudad de México, ibid., p. 13.
Las secuelas de esta tragedia fueron variadas: muchos de los albergues que se hicieron en los camellones estuvieron por años, se construyeron viviendas de interés social para los afectados, se tuvo que revisar, a largo y corto plazo, el estado físico de los edificios más antiguos y se debió demoler algunos. El edificio Chihuahua, del Centro Habitacional Tlatelolco fue uno de ellos, ya que derrumbaron dos terceras partes de su estructura. También se dictaron nuevas normas sobre la construcción en el Valle de México, se crearon parques como el de la Solidaridad, donde estuviera el Hotel Regis y el Juan Rulfo, a un costado de la avenida Álvaro Obregón.
Para ese año de 85, el número de viviendas en la ciudad era de 2.9 millones. Un punto en el que la ciudad podía estar orgullosa era en el terreno de la educación, ya que, diremos brevemente, para el ciclo 85-86 se logró en el DF una atención del 98 % en primaria, 100 % en secundaria y 59.1 en preescolar. Un cálculo aproximado del sector salud en 1983, calcula que había unas 912 unidades médicas, 19,511 camas y 22,680 miembros del personal médico.
Entre todos estos datos, no se debe olvidar mencionar la importancia que ha tenido para la historia de la ciudad y para su afirmación como capital del país su Centro Histórico, que ha sido delimitado en 668 manzanas con 9.1 kilómetros cuadrados, declarado como zona de monumentos históricos y que ha atravesado por los avatares más diversos que han hecho de la zona una zona de desarrollo constante e imaginativo, que hasta los albores del siglo XXI experimentó un rescate integral del que se hablará más adelante. (19)
(19) Ibid., p. 14.
El crecimiento de la urbe a finales de los años 80 hacia Tláhuac, tiene el índice más alto de aumento de la población de las décadas que nos ocupan. El estudio de los mapas aéreos mencionados antes, muestran el incesante crecimiento urbano en la siguiente década de los años 90, en Xochimilco, por ejemplo, ya se han empezado a unir las fronteras de los antiguos pueblos y barrios y las nuevas colonias han poblado los alrededores de las vías de acceso. La urbanización popular entre 1980 y el comienzo del siglo XXI, ha sido influida por parte de líderes comunitarios que actúan como fraccionadores, gestores de servicios y representantes de los colonos, así como los líderes políticos que buscan apoyo electoral. (20)
(20) Mario Barbosa Cruz, “Entre naturales, ajenos y avecindados, crecimiento urbano en Xochimilco, 1929-2004”, en María Eugenia Terrones, op. cit., pp. 190-191.
En el decenio de los años 80 se integró la delegación de Milpa Alta al Distrito Federal así como los municipios del Estado de México: Cuautitlán Izcalli, Chalco, Chicoloapan, Ixtapaluca, Nicolás Romero y Tecámac. Las dos tendencias principales de crecimiento de la urbe fueron: hacia el norte, donde rodeó la sierra de Guadalupe y fue en aumento la expansión hacia el oriente donde la ciudad empieza a ocupar los terrenos lacustres del lago de Chalco, las áreas orientales de la zona de Santa Catarina, Ayotla e Ixtapaluca y amplias zonas lacustres hacia el lago de Texcoco. (21)
(21) Atlas de la Ciudad de México, Fascículo 2, ibid., p. 22.
También en esta década se diseñó el Plan Integral de Santa Fe, que pretendió convertir la zona degradada de tiraderos de basura en un área del primer mundo donde se asentarían importantes corporativos internacionales y crecerían colonias de lujo así como la Universidad Iberoamericana. Se construyó un gran centro comercial y urbanizaciones que se han visto rebasadas en cuanto a la accesibilidad por lo que se han contemplado diversas soluciones. En Iztapalapa se inauguró, a finales de 1982 la Central de Abastos, que es el principal mercado de alimentos al mayoreo de la Zona Metropolitana con una superficie de 320 hectáreas, si bien existen los mercados regionales e innumerables supermercados. Al tipo de crecimiento en esta década (80-90) conocida como la “década perdida”, le han llamado los estudiosos baja-acelerada.
El crecimiento de la ciudad a partir de 1940, se ha enmarcado en la política de un Estado social benefactor con énfasis en el mercado interno y en la sustitución de importaciones o desarrollista, como se anotó arriba, de inspiración keynesiana y objetivos de redistribución. A partir de 1982, el Estado neoliberal ha funcionado como reestructurador y desregulador de la economía en el marco de la apertura comercial global, con una visión asistencialista que promueve el individualismo y se concentra más en los efectos de la desigualdad que en sus causas. Esta etapa ha tenido tres etapas: la primera que va de 1983 a 1995 de aplicación de reformas para la estabilización y el ajuste estructural que tuvo una severa crisis que aumentó la pobreza en el país; una segunda etapa de recuperación, de 1996 a 2000 y la tercera de estabilidad y bajo crecimiento con la crisis de 2009. (22)
(22) Adolfo Sánchez Almanza, La Evolución de la Ciudad de México, Factores para el Desarrollo Social, Consejo de Evaluación del Desarrollo Social del DF, México, 2012, p. 6.
Las medidas adoptadas en el país de corte neoliberal en la década de los años 90, tales como la reducción del Estado mediante la privatización de empresas paraestatales, el control del gasto público, la contención de salarios y la amplia apertura comercial han cambiado la situación de la Ciudad de México, ya que la actividad económica se ha situado en zonas como el norte del país y se ha ensanchado la brecha con respecto al sur. El porcentaje de la participación en el PIB del DF, pasó del 23.78% a 22.02% de 1993 a 2002.
Entre 1990 y 2000 se redujo la velocidad de la expansión urbana de la capital, en parte debido a la recuperación del sector agrícola que evitó la migración hacia ésta o porque los emigrantes cambiaron su destino hacia los Estados Unidos. (23)
(23) “Desarrollo urbano y regional”, Gustavo Garza y Martha Schteingart (coord.), Los grandes problemas de México, T. II, México, El Colegio de México, 2010, p. 40. http://2010.colmex.mx/16tomos/II.pdf Consultado: 31/12/ 2015, 13:20 pm.
En 1993 se expide una nueva Ley General de los Asentamientos Humanos que contempla temas sobre las reservas territoriales y sobre la participación ciudadana en los temas de planeación urbana, así como el fomento y el control del desarrollo urbano.
A finales de los años 90 se volvió a acelerar el crecimiento urbano y demográfico, si bien se dio principalmente en la periferia metropolitana. La ahora llamada Zona Metropolitana del Valle de México albergaba a poco más de 18 millones de habitantes en una zona urbanizada de 1,400 kilómetros cuadrados. (24)
(24) Adolfo Sánchez Almanza, op. cit., p. 13.
El tipo de consumo en la ciudad ha crecido con un modelo parecido al del mercado norteamericano: tiendas de autoservicio, bancos, restaurantes de comida rápida y centros comerciales que han proliferado en zonas de ingresos medios y altos desde los años 80 como Plaza Satélite, Perisur, Plaza Coyoacán o Plaza Galerías. También se han abierto supermercados en las zonas donde se han considerado necesarios.
Aunque la estructura económica de los diversos sectores de la ciudad se ha mantenido más o menos constante desde los años 60 hasta principios del siglo XXI, a partir del nuevo siglo se nota un descenso en la actividad industrial a favor de la participación en el sector de los servicios. También se observó el aumento de empleos informales sin seguridad social y el autoempleo. Un periodo de grave crisis económica fue el del año 1995. Entre 1994 y 1996, el ingreso familiar en la ciudad cayó un 38% y aunque se recuperó paulatinamente, para 2004 todavía se encontraba 27.2% debajo de los ingresos percibidos diez años antes en términos reales.
En 2003, según estudios de la Secretaría de Economía, la Ciudad de México ocupaba un tercer lugar en cuanto a competitividad urbana a nivel nacional, mientras que un estudio de la Social Academy of Social Sciences de China del periodo 2007-2008, la ubicaron en el lugar 74 a escala mundial.
Durante el sexenio de 1994 a 2000 se dieron cambios políticos, económicos y sociales en la Ciudad de México, pues pasó de ser una dependencia territorial directa del gobierno federal a una entidad con capacidad para organizar elecciones y con una amplia autonomía política. En 1997 se eligió al primer Jefe de Gobierno de la ciudad para el periodo 1997-2000. El sexenio de 2000 a 2006 fue el primero en el que se dio un periodo completo de Jefe de Gobierno electo, en el que se implementó una política de austeridad y en el que las finanzas de la capital resultaron con un importante superávit. En tanto que el sexenio de 2006 a 2012 ha marcado un nuevo tipo de relación con la Federación, en la que el DF ha logrado una independencia económica y lapso en los que ha aumentado sus fuentes de financiamiento con actividades propias. En el año 2010, los ingresos de la ciudad aumentaron un 13% , según cifras de la administración local. (25)
(25) Ibid., pp. 25-33.
De1997 al año 2000 se ha instrumentado una política social que incluye a funcionarios, asambleístas y legisladores, así como a organizaciones sociales, etcétera, para obtener consenso en las decisiones a tomar respecto a de las acciones en el DF y lograr un crecimiento sustentable. Con la Ley Orgánica de la Administración Pública del DF (enero 1999) y el nuevo Reglamento Interior de la Administración Pública del DF, se determinó que la Secretaría de Desarrollo Social atendiera las materias relativas en alimentación, educación, equidad de género, cultura y recreación, administración de zoológicos e información social. Sin embargo, la tendencia de la ubicación de los sectores más empobrecidos en la periferia y la de los grupos con mejores ingresos en el centro, si bien zonas como Netzahualcóyotl y Ecatepec han tenido notables mejoras de ingreso y servicios, mientras que zonas como Chimalhuacán ha tenido un importante aumento en la población pero se ha mantenido en bajos niveles de servicios, educación y empleo.
Para el año 2000 la Zona Metropolitana de la Ciudad de México contaba con 18,396,677 habitantes y estaba formada por 16 delegaciones del DF, 58 municipios del Estado de México y uno del Éstado de Hidalgo.
En el gobierno de 2000 a 2006 se establecieron estrategias para que éste fuera una autoridad promotora y socialmente responsable. Así, ha aumentado el presupuesto en sectores de organismos descentralizados como el Instituto para la Atención de los Adultos Mayores, los Servicios de Salud, el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia, el Instituto de Vivienda y el Fideicomiso de Educación Garantizada. (26)
(26) Ibid., p. 35.
Es necesario anotar que de la década de los 60 hasta 2004, el ingreso per cápita (IPC) de los mexicanos sólo aumentó de 7.3 pesos a 17.5. Esta combinación de bajos ingresos de la población con la desigual distribución de la riqueza explica estructuralmente los grandes grupos de personas pobres que hace difícil resolver los problemas urbanos. (27)
(27) Gustavo Garza y Martha Schteingart (coord.), Los grandes problemas de México, T. II, México, El Colegio de México, 2010, p.14.
Otro dato interesante es que México en 1940 tenía una población urbana de 3.9 millones de habitantes, mientras que para el año 2020 se calcula que serán 104.5 millones, lo que ha sido ejemplificado en el desarrollo urbano de la Ciudad de México y la transformación de un país rural a uno urbano. (28)
(28) Desarrollo urbano y regional, Gustavo Garza y Martha Schteingart (coord.), op. cit., p. 72.
La regionalización económica que se contempla para el año 2020, comenzada en 1993 y 2004 con la apertura al comercio internacional y al aumento de las exportaciones, marca una paulatina pérdida de importancia de la zona de la Cuenca de México, pero que, sin embargo, será todavía la región más importante económicamente hablando, con el DF con el IPC más alto del país. (29)
Otra obra importante en el contexto de las vialidades en la ciudad fueron los segundo pisos del periférico inaugurados en enero de 2005 después de cerca de tres años de obras con una inversión de más de 2,157 millones de pesos. El gobierno de la ciudad consideró necesarias las obras para hacer más eficiente el traslado y ahorrar horas de transporte a los ciudadanos. El primer tramo va de la calle Benvenuto Cellini a la de Miguel Ocaranza y de ésta a Las Flores. La segunda parte va de Las Flores al Camino Antiguo a Acapulco y de éste a San Jerónimo. La obra era la más importante desde la construcción de los Ejes Viales y fue criticada por los inconvenientes de tráfico durante su construcción, por los residentes a los que afectaría y porque privilegiaba el uso del automóvil.
Un interesante análisis sobre las costumbres de los diversos grupos sociales de la ciudad, se encuentra en el estudio El espacio público en la Ciudad de México. De las teorías a las prácticas. de Emilio Duhau y Ángela Giglia donde se exponen las maneras de, por ejemplo, ir al supermercado. La explosión simultánea de las grandes cadenas comerciales así como del comercio informal, su ubicación en las diferentes zonas de la urbe, por ejemplo las tiendas del tipo bodega en el oriente para sectores de menores ingresos, o tiendas de autoservicio Superama en colonias como la Nápoles y Polanco para estratos de mayores ingresos. También grandes tiendas de autoservicio como Walmart, Mega Comercial Mexicana, Chedrahui o Soriana, donde confluyen los más variados estratos sociales. El micro comercio provee, en cambio, un tipo de consumo del “día a día”, aunque sus precios son más altos que el de un supermercado de gran superficie. Los autores señalan a lugares como Plaza Chalco, ejemplos de espacios donde también se aprovecha la actividad comercial como un paseo.
También señalan que dos espacios públicos para el paseo de los capitalinos son el Centro Histórico y Chapultepec, a excepción de los habitantes que viven lejos de ellos y los residentes de colonias como la Nápoles y Polanco, que consideran al Centro Histórico como peligroso, sucio e invadido por el comercio informal, no así Chapultepec. Coyoacán se presenta como uno de los espacios públicos preferidos por una gran mayoría de estratos sociales. Polanco y la colonia Condesa fueron mencionados en el estudio por ser frecuentados como espacios públicos favoritos, en particular por los jóvenes. Igualmente analizan las costumbres de “ir a comer”, “ir a pasear” o “ir al cine”, usos determinados por las condiciones imperantes en las colonias que fueron estudiadas. (30)
De igual manera podemos resaltar en la ciudad moderna la proliferación de pequeñas tiendas de autoservicio al estilo OXXO y 7Eleven o de grandes supermercados como Costco o Sam´s.
A partir de 2002, el Ing. Carlos Slim adquirió algunos inmuebles en el perímetro del Centro Histórico en consonancia con las políticas urbanas, habitacionales y de recuperación aplicadas a las zonas históricas centrales del Programa para el Desarrollo Integral del Centro Histórico de 1997 al año 2000, y anunció en agosto de 2001 una inversión de 1,000 millones de pesos para el rescate de la zona. Anteriormente diversas áreas del Centro Histórico habían sido remozadas, ya que éste es el que más restauraciones ha tenido en comparación con cualquier centro histórico del país. Por ejemplo: entre los años 1978 y 1982 se dio la Restauración de la Zona de Monumentos del Centro Histórico; el programa “¡Échame una manita!” , entre 1991 y 1994, que hizo trabajos en un 10% de la demarcación y otros planes, sin embargo éste ha sido el proyecto más ambicioso para su recuperación.
A propósito de este lugar de esparcimiento, se debe recordar la creación de la llamada Autoridad del Centro Histórico el 22 de enero de 2007 que tenía entre sus objetivos: rehabilitar la zona oriente del Centro Histórico para recuperar el espacio público adecuándolo a las demandas de uso, seguro, accesible y que garantizara la pluralidad. Dotarlo de servicio de transporte que lo vinculara al resto de la ciudad, conservar inmuebles y monumentos históricos, promover la vivienda dentro de sus límites, atraer negocios y mejorar la calidad ambiental mediante azoteas verdes y el embellecimiento de espacios abiertos. Para ello se facilitaron estímulos en el impuesto predial y la creación de corredores comerciales, entre otros. (31)
(31) Víctor Manuel Delgadillo-Polanco, “Repoblamiento y recuperación del Centro Histórico de la ciudad de México, una acción pública híbrida, 2001-2006”, Economía, Sociedad y territorio, vol. III, núm. 28, 2008.
Otro importante proyecto que se dio a comienzos de 2001 fue el remozamiento y remodelación de la emblemática avenida capitalina Paseo de la Reforma que se convertiría en el Corredor Reforma y que aloja desde construcciones de principios del siglo XX hasta impactantes edificios construidos con la más alta tecnología, por lo que es el más importante polo de desarrollo de la capital que representa un símbolo de unión y de transformación cultural. (32)
En 2005 se presentó la propuesta de un sistema de transporte llamado Metrobús que comenzó con 80 autobuses articulados, entre críticas, como siempre sucederá, por las obras que provocaron caos vial, derribo de árboles, y por el deficiente servicio. Para 2015 ya contaba con 441 unidades que daban servicio en 5 líneas con 105 kilómetros de recorrido y se planea su expansión a otras zonas. Quien haya viajado en él notará lo difícil del viaje en horas pico y lo estrecho de sus áreas de servicio. En cuanto a la comunicación aérea se inauguró en 2007 la terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
En tanto que el Sistema de Transporte Colectivo Metro cuenta en la actualidad con 225.9 kilómetros con 195 estaciones y en 2006 ocupó el tercer lugar mundial en captación de usuarios, al transportar 3.9 millones de personas diariamente y el quinto lugar por la extensión de su red en el mismo año. En agosto de 2007 se anunció la construcción de la línea 12 del Metro o Línea Dorada para conmemorar los 200 años de la Independencia y 100 de la Revolución Mexicana. La obra fue hecha con sistemas de tecnología de punta con una tuneladora, por ejemplo, llamada la “Rielera”, que era en su momento la más grande del mundo y que conserva la estabilidad del terreno.
Se inauguró con un periodo de prueba con viajes gratuitos en 2012 y dio servicio hasta que se detectaron errores estructurales en algunos tramos de su recorrido, que develaron fallas de cálculo y corrupción. Tras una inversión de más de mil millones invertidos para su rehabilitación se volvieron a abrir cinco líneas a fines de octubre de 2015. La línea 12 corre por 26 kilómetros con 20 estaciones y tiene sus terminales en Mixcoac y Tláhuac, donde se interna en la parte más oriental de la megalópolis. Las estaciones estarían equipadas con servicio de Internet, espacios culturales, guarderías y sanitarios, además de contar con accesibilidad para personas con capacidades diferentes. Sus vagones son amplios –a diferencia de los del Metrobús– y tienen pantallas informativas. Sus vagones son de rodadura férrea. (33)
(33) Revista Real State. http://www.realestatemarket.com.mx/articulos/infraestructura-y-construccion/11173-dos-obras-vitales-para-la-ciudad-de-mexico-linea-12-del-metro-y-drenaje-profundo
Imaginar la transformación de la Ciudad.
Se han presentado aquí, a grandes rasgos, los cambios más importantes que ha tenido nuestra ciudad a lo largo de cinco décadas, empero, es necesario adicionalmente, observar con detenimiento el vasto material gráfico incluido en esta edición. Así, resulta muy útil contemplar las fotografías de sus diferentes momentos, los viejos mapas y pinturas que describieron los distintos barrios, colonias y alrededores de la capital para darnos una idea de lo que sido ha su transformación.
Un fuerte sentimiento de nostalgia se apodera de nosotros al comparar las imágenes más antiguas, de enormes paseos con árboles gigantescos, de hombres y mujeres con atuendos ajenos a los nuestros, carruajes, aires transparentes, ríos sin basura, hombres y su familia pescando en canales que se encontraban cerca, en fin, vidas que fueron esencialmente diferentes en su ritmo vital a la celeridad de nuestro tiempo. Algunas páginas disponibles en la maraña de información actual nos darán las herramientas para transportar ayudados por la gran cantidad de “vistas” existentes, la metamorfosis de la “región más transparente” que ha pasado por tantas épocas, desde que era una cuenca lacustre, una serie de poblados, la capital del imperio mexica, una ciudad colonial, el centro de batallas ideológicas, la capital de un país con alrededores boscosos con ríos y canales que la posteridad irá desecando hasta dejar sólo algunos pocos expuestos e insalubres. Una capital con pueblos cercanos usados por la élite como sitios de veraneo: Tacubaya, Mixcoac, Coyoacán, San Ángel… Hasta encontrarse juntos como un sólo conglomerado urbano y crecer hasta subir montes que servirán como escenario paradójico de películas futuristas.
Las calles del Centro Histórico repletas con la llegada de Zapata y Villa, Obregón y Carranza, Kennedy o De Gaulle, Sarkozy u Hollande, por sólo citar a algunos personajes. Las multitudes anónimas expectantes, siempre testigos de la Historia. El nacimiento de colonias como la Del Valle, Narvarte, Polanco, Anzures. Chapultepec como un destino único para el recreo y las inmensas periferias que varían su aspecto de acuerdo a la política en turno.
Todavía aun en los decenios de los 40 a los años 70 se podrá ver en esta iconografía un dejo bucólico detrás de los edificios y de la pretendida modernidad que deseaba alcanzar el progreso con arquitectura y autos que ahora vemos anacrónicos o que, por el contrario, juzgamos bellos ante el contraste del diseño moderno. En las afueras de esa ciudad aún se respiraba libertad y aire puro, aunque el eterno drama urbano planteado por Luis Buñuel en “Los Olvidados” continuaba incesante: la pobreza en una creciente ciudad que propiciaba el crimen y que alojaba la frágil humanidad de sus personajes.
Para fines del siglo XX la mancha urbana habrá ya devorado cerros y pueblos, su sed habrá terminado con arroyos y ríos sustituidos por interminables colonias de concreto. Sin embargo, la voluntad de sus habitantes, creemos, será determinante para ganar algún día la batalla en contra de la necesidad humana y hacer del valle milenario un lugar con una vida mejor, más justa. La Ciudad de México que, como una serpiente, siempre cambiará de piel para renovarse.
Por último, ha habido recientemente la inquietud de hacer de la Ciudad de México un estado aparte, el número 31. Se mencionó el nombre de Estado de Anáhuac, privilegiando la cultura náhuatl que tuvo lugar en el valle. El nuevo estado tendría todos los derechos que tienen los ciudadanos en los estados y el DF ya no sería parte de todos los estados federales. Ante tales demandas, el Senado de la República aprobó en abril de 2015, la reforma política del Distrito Federal que lo convierte en la capital, llamada Ciudad de México y le permite una autonomía de gestión inédita, un Congreso local y 16 alcaldes. Se anota que, a más tardar el 31 de enero de 2017, una Asamblea Constituyente deberá aprobar la primera Constitución Política de la Ciudad de México. Se aclaró que la Federación continuará con su responsabilidad en el financiamiento en la educación y la salud. Varios senadores señalaron que la reforma había nacido muerta, pero que fue aprobada por los acuerdos previamente dados. El presidente Peña Nieto y el jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera expresaron su satisfacción “por la decisión y determinación del Senado”. (34)
(34) http://www.excelsior.com.mx/comunidad/2015/04/29/1021330
*Alejandro de Antuñano Maurer. Universidad Nacional Autónoma de México.
*Marco Darío Balderas Lima. Universidad Iberoamericana.
Texto:Alejandro de Antuñano Maurer
Foto: Real Estate Market & Lifestyle