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Oficinas del Siglo XXI, Nuevas exigencias... Nuevas atmósferas de trabajo.

Piense rápido: ¿Cuál es la diferencia entre su oficina y la de los años de juventud de su abuelo? Suponiendo que esa circunstancia hipotética pudiera responderla ahora mismo, es muy posible que advierta muchos cambios.

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Casi con seguridad -aunque con puestos similares o incluso usted con una mejor posición-, no sería nada extraño que ya no goce de una oficina privada sino que su compañía tendrá una filosofía de "jerarquías horizontales", (en donde comparte un mismo espacio entre alternos y subalternos, sin distinción alguna). También es probable que sus muebles no sean de maderas finas sino de textiles sintéticos, aluminio, cristal, policarbonos o polipropilenos.

De hecho, quizá usted tampoco cuente con enormes archiveros sino que la mayoría de sus documentos los almacena dentro de su computadora. Y qué decir de la comunicación al interior o al exterior? Teléfonos, pantallas, cámaras, internet, e-mail, mensajería instantánea, celulares o radios? ¿Se da cuenta? Prácticamente no hay manera de quedar incomunicado.


Un espacio de trabajo requiere de múltiples factores.



Las reglas cambian.

Según Greg Dunlop, director nacional (en Estados Unidos) del área de Arquitectura y Diseño para la firma de mobiliario de oficinas Allsteel, la vida al interior de la oficina ha cambiado tanto en los últimos años, que ahora todo se reduce a lo que en tiempos pasados se creía exclusivo de la física cuántica de "tiempo y espacio". La dinámica de trabajo en nuestros tiempos exige mayor productividad, optimización de cada metro cuadrado, simplificación de tareas y, sobre todo, mayor tecnología y una mayor comunicación.

El arquitecto Dunlop -quien recientemente estuvo en la Ciudad de México ofreciendo una conferencia acerca de las transformaciones acaecidas en los centros de trabajo-, agrega que en gran medida, lo anterior tiene relación con los cambios sociodemográficos y tecnológicos tan raudos de las últimas dos décadas.

Explica que en años venideros se prevén transformaciones más drásticas, ello como consecuencia de la transformación en los valores, creencias y expectativas tanto de los trabajadores como de las empresas para las cuales se emplean.

Dunlop señala que una de las transformaciones más recientes y que ha venido a revolucionar la manera de ver, ser, estar y trabajar en una oficina es aquella que tiene que ver con el cambio climático, la contaminación y la consecuente huella de carbono. Lo que dice, en definitiva, ha generado y seguirá creando grandes cambios en la conducta y hábitos de quien día a día se "encierra" en una oficina por al menos unas cuantas horas.

Basado en un estudio realizado por Charles Grantham y James Ware para la Universidad de Cornell, Greg Dunlop explica que las reglas del trabajo están cambiando drásticamente: Las necesidades de comunicación global hoy día obligan a estar interconectados 24/7, mientras que el trabajo a distancia se ha incrementado sensiblemente. El 20 por ciento del trabajo en computadora es realizado en instalaciones ajenas a la empresa.

En cuanto a la conectividad, el experto dice que en 1992 se tuvieron en Estados Unidos al menos dos millones de teleconferencias. Para 2007 ese número se incrementó a 24 millones. Para una empresa, los espacios inutilizados llegan a representar un gasto de hasta 10 mil dólares anuales.

Se contabiliza que por trabajador sólo 65 por ciento es trabajo individual; el resto es trabajo en equipo.Hoy existe menos espacio disponible para trabajar, ya que sólo 25 por ciento de su espacio de trabajo es efectivamente para eso. El resto es ocupado por papelería, computadoras, archivos y demás periféricos. Más de 50 por ciento de las oficinas están llenas de? comida y bebidas.

Las salas de juntas representan un gran gasto: el 35 por ciento de su tiempo es usada por sólo una persona, que usualmente es un visitante externo; 20 por ciento por dos individuos; 30 por ciento de ese tiempo está vacía, incluso cuando se ha agendado su uso. El resto del tiempo siempre está vacía.

China, con 25 por ciento de la población mundial consume sólo 9.0 por ciento de la energía global. Estados Unidos con 4.0 por ciento de la población, consume 25 por ciento de la energía producida en el orbe. El surgimiento de la clase media en China, está generando la mayor fuerza de trabajo de la historia? Ello traerá un impacto medioambiental sin precedentes.

Una encuesta entre corporaciones estadounidenses revela que la conciencia verde permea: de 300 encuestados, 6.0 por ciento cuentan con la certificación LEED (Leadership in Energy and Enviromental Design), mientras que 12 por ciento ya buscan la certificación.


Ergonomía y estética son las directrices sobre las cuales se debe  basar en un proyecto arquitectónico.


Diseño y propiedades.

Diego Cervantes Coste sonríe ampliamente, se le nota feliz. El director de Ventas y Mercadotecnia de Herman Miller -empresa líder en mobiliario para espacios de trabajo-, confiesa que son tiempos de bonanza para su empresa y en general para la industria de la construcción e interiorismo. Y es que con el inventario de oficinas más bajo en la historia del país, sus ventas van viento en popa.

 

Cervantes Coste explica que buena parte del éxito de las compañías radica en que ha despertado la conciencia de los empresarios por dotar de mejores espacios para sus colaboradores. Por lo que hizo hincapié en que la conformación de un espacio de trabajo requiere de múltiples factores que se han de juzgar sin escatimar un ápice.

Ergonomía y estética son las directrices sobre las cuales se debe basar al momento de llevar a cabo un proyecto arquitectónico, aconseja el directivo. "No sólo se trata de contar con un espacio realmente funcional, que satisfaga las necesidades de espacio y movilidad de los usuarios. El lugar debe contar con una belleza que produzca confort visual y, por ende, satisfacción psicológica", sostiene.

Cervantes Coste asegura que un ambiente de trabajo que reúna estas dos premisas incrementa notablemente la productividad de los trabajadores, ya que se genera una atmósfera de gusto, satisfacción y comodidad así como de cuidado de la salud.

Por separado, Juan Carlos Baumgartner, director del estudio de arquitectura Space, comenta a Real Estate Market & Lifestyle que al diseñar un proyecto para oficinas es importante no perder de vista aspectos como la optimización de espacios, recursos materiales y la simplicidad, pues hoy día de lo que se trata es de hacer más con menos.

Un ejemplo de ello, dice, está en las oficinas corporativas que su despacho recientemente diseñó para la firma de telecomunicaciones Ericsson (Santa Fe en el Distrito Federal), en donde a lo largo de sus 17 mil metros cuadrados, con excepción de la oficina de la dirección general, no existe una privada lo que habla de un ajuste de valores que llega justamente con las empresas transnacionales y que bien harían en adoptar compañías de menor escala, en aras de agilizar e incrementar la comunicación entre los empleados.

Oficina y medio ambiente. 

De un rostro de tranquilidad ahora la expresión de Baumgartner se torna a uno de más seriedad. El arquitecto dice que el tema del cuidado al medio ambiente es muy serio, ya que más allá de lo que se pudiera imaginar, las oficinas son causantes de al menos 40 por ciento de CO2 que se arroja a la atmósfera, las que a su vez consumen una tercera parte del agua disponible en una ciudad, imponiendo un enorme reto para aquellos que están comprometidos con el tema.

Con respecto a la implementación de certificaciones como la LEED, el director de Space dice que es un gran avance el que México está dando. "En tan sólo dos años hemos hecho lo que los estadounidenses han tardado más de 12 en llevar a cabo", expresa.

Sin embargo, agrega, la falla en este tipo de ejercicios se encuentra en que la LEED está hecha para una realidad muy distinta a la nuestra y "por más a pies juntillas que se quieran llevar a cabo, siempre existen parámetros que son muy difíciles de cumplir", por lo que subraya es necesaria una "tropicalización" para normas como la antes mencionada.


Al diseñador un proyecto es importante no perder de vista la optimizacion de espacios.


Baumgartner deja muy en claro que no basta con conseguir una certificación como la LEED si el personal que trabaja al interior de uno de esos inmuebles no está orientado ni capacitado para respetar y poder convivir con reglas como las que se impone. Así que deberá empezar por el cambio de mentalidad, antes de emprender cambios como los comentados. Carlos Baumgartner presume de que su estudio de arquitectura es el primero en América Latina en obtener la certificación LEED en el grado Plata y argumenta que realmente sólo se necesitan hacer cosas sencillas para convivir en armonía con el medio ambiente: racionalizar al máximo el agua, papel, consumibles, luz así como el empleo en el diseño de las oficinas de materiales renovables o reutilizables. "Por ejemplo, nosotros ni siquiera tenemos cestos de basura en cada escritorio, hay un espacio específico para desperdicios donde todo el equipo se tiene que trasladar a tirar sus desechos previa separación", concluye. 

Sin duda las cosas han cambiado. Si su abuelo se parase en la oficina donde usted labora? imagínese todo lo que no pensaría? y todo lo que no le podría contar ¿Listo para seguir con los cambios?