Fue al término de la Segunda Guerra Mundial cuando el auge por reactivar la economía de consumo modificó los hábitos de millones de personas a través de la creación de nuevas formas de compra y venta.
Los primeros Centros Comerciales o malls concebidos como centros de consumo aparecieron en EUA; sin embargo, ya existían antecedentes en Europa, principalmente en Milán y París, ciudades en las que se integraron servicios y tiendas en un solo lugar, disponiendo de variedad en artículos y mercancías para el consumidor.
El crecimiento urbano y la migración fueron factores que incentivaron la creación de espacios especializados dedicados al comercio y abasto de mercancías, ropa, vestido y demás elementos que la población demandaba, fue así que se tomó la decisión de concentrarlos en lugares accesibles y con espacio suficiente para ofrecer alternativas al abasto de las necesidades básicas.
En la segunda mitad del siglo XX proliferaron los espacios comerciales, resultado del crecimiento de las ciudades; es así que, a partir de la expansión de las zonas conurbadas, los centros comerciales comenzaron a ubicarse en lugares estratégicos con grandes espacios de estacionamiento para lograr un impacto regional significativo.
Asimismo, conforme se fueron definiendo nuevos desarrollos urbanos, los centros comerciales fueron convirtiéndose en los nuevos espacios públicos, sustituyendo a los tradicionales lugares de reunión como plazas y calles comerciales. La mayoría de esos primeros ejemplos de funcionalidad y ubicación se encuentran en las ciudades estadounidenses, donde proliferó este concepto comercial tan rápido como el crecimiento económico lo permitía.
Cercanos a los núcleos de vivienda y a las vialidades que garantizan su fácil acceso, los malls aseguran el éxito comercial a los desarrolladores; pero, también se destaca el trabajo multidisciplinario de quienes prospectan el costo beneficio de la inversión. Estos equipos están integrados por corredores de bienes raíces, analistas financieros y de marketing, economistas, expertos en comercio, arquitectos, ingenieros, arquitectos de paisaje y diseñadores de interiores; todos ellos estructuran un sistema que garantiza el aumento de la rentabilidad del espacio.
Es a causa de esta labor en conjunto que para los desarrolladores el resultado es claro, ya que con la combinación de tiendas departamentales y la estrategia mercantil, se pueden establecer parámetros que definan los patrones de consumo de cierto segmento poblacional.
Pero, ¿cuál es la situación de los centros comerciales en nuestro país?
Primordialmente en los estados del norte donde hay disponibilidad de espacio, se han asentado en espacios generosos y suficientes para desarrollar este tipo de instalaciones; por el contrario, en los núcleos altamente densificados como la Ciudad de México, en donde el espacio se disputa centímetro a centímetro, se tienen pocos espacios disponibles para la ubicación de centros comerciales. De acuerdo con los programas de Desarrollo Urbano Delegacional únicamente quedan libres los espacios destinados a desarrollos de uso mixto.
Por otro lado, algunos centros comerciales recientes han recurrido al reciclaje urbano para asentarse en lugares que actualmente están en transición urbana, como lo son las delegaciones de Azcapotzalco, Miguel Hidalgo y Tlalpan.
Por eso es necesario adecuar y determinar las zonificaciones necesarias, para seguir incrementando la instalación de núcleos comerciales que demanda la alta densidad de población, misma que ha adoptado a los centros comerciales como sus nuevos centros de convivencia.
Texto:Sergio A. Martínez