¿Cómo quiero que mi ciudad se vea, sienta y fluya? ¿Cómo quiero usar mi ciudad? ¿Qué quiero realmente de mi ciudad? ¿Cómo ayudo a hacer a mi ciudad más competitiva y que sea un lugar en el que la gente elija vivir, trabajar y jugar?
Una Smart City invierte en activos humanos, sociales y económicos, mejorando así su calidad de vida.
Parece que estamos entrando en una era fructífera de pensamiento y experimentación basados en la ciudad. Municipios alrededor del mundo se enfrentan con dificultades para satisfacer las demandas de sus residentes, turistas y empresas.
También están tratando de hacer frente a los crecientes desafíos urbanos como las emisiones de carbono, delincuencia, congestión del tráfico, y aun así mantener el ritmo de la rápida innovación tecnológica. Las ciudades tienen pocas opciones: para sobrevivir y florecer deben ser hospitalarios con el pragmatismo y la resolución de problemas con cooperación, conectividad, creatividad e innovación.
Existe una competencia feroz entre las ciudades para atraer talento, visitantes e inversiones. Un ejemplo es el frenesí de la competencia para ganar el nuevo Amazon HQ2 en Estados Unidos. Desde San Diego a Austin, Filadelfia a Nueva York, Raleigh-Durham a Miami, todos los destinos disputaron ser el hogar de la mayor empresa de comercio minorista en el mundo.
Algunas ciudades se convierten en imanes de innovación y motores de crecimiento como San Francisco, Malmö, Guadalajara o Ámsterdam, mientras que a otras les cuesta trabajo seguir ese ritmo, como Detroit o Cleveland.
El concepto Smart City aparece con frecuencia y ha tomado impulso en el contexto del desarrollo urbano. El concepto definitivamente tiene un sabor positivo, pero ¿qué significa realmente?
Definición abierta
No hay una definición única para Smart City. Las interpretaciones y definiciones utilizadas por diferentes grupos de interés, partes interesadas y regiones varían. La impresión muchas veces es que una Smart City es lo mismo que una ciudad digital, y en ocasiones su significado es similar al de una ciudad sostenible. Es un término desafiante, porque ¿quién no querría que su contribución al desarrollo se describa como inteligente? Si bien la mayoría de las actividades humanas se llevan a cabo en las ciudades, casi cualquier cosa puede incluirse dentro del concepto. Entonces, ¿por qué deberíamos usar un término especial si lo incluye todo en una ciudad?
En términos muy simples, una Smart City es una ciudad que prioriza al ciudadano. Es una ciudad que invierte inteligentemente en sus activos humanos, sociales y económicos para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos.
Sí, la Tecnología de la Información y la Comunicación (TIC) es un gran facilitador y, a veces, ayuda a que el trabajo se realice, pero es solo una herramienta y no debe considerarse como un fin.
La base de los sistemas en desarrollo siempre ha sido avanzar hacia un proceso óptimo definido por múltiples criterios. Los aspectos económicos en su mayor parte se encuentran entre los criterios centrales. Tradicionalmente, se ha alcanzado un óptimo con soluciones centralizadas.
Tokio, Japón. La TIC habilita el uso de la creación de redes e integración social.
Controles distintivos
La economía de escala se ha logrado mediante sistemas con un punto de control distintivo. Por ejemplo, las redes eléctricas se han construido alrededor de grandes centrales eléctricas. Los sistemas de transporte público se han basado en que alguien decida los horarios y rutas en nombre de otros. Las compras minoristas se han mudado a grandes centros comerciales. Incluso la gobernanza en la sociedad ha representado una poderosa administración central que toma decisiones a nombre de los ciudadanos.
El desarrollo de la TIC ha permitido la búsqueda de nuevos tipos de optimización. Y hoy, el resultado de los procesos de implementación en varios sistemas, muchas veces se le llama “inteligente”.
En cuanto a la energía, por ejemplo, la producción local distribuida es factible hasta el extremo de que cada edificio puede convertirse en una fuente de energía, pero un sistema de producción distribuida es mejor que el antiguo sistema centralizado solo si la red de energía se gestiona adecuadamente. La transición a redes inteligentes solo ha sido posible gracias a TIC avanzadas.
Están surgiendo nuevos conceptos de servicio on-demand en el transporte público, que aún se basa en gran medida en itinerarios y rutas predeterminados. Como en el caso de la energía, si se produce más de lo necesario, la capacidad puede ofrecerse para el uso de otros. Sin un enlace avanzado de TIC, los proveedores de servicios y los usuarios no serían posibles.
Los ciudadanos pueden obtener respuestas inmediatas a distancia.
Nueva logística urbana
En el comercio minorista, las compras por Internet de rápido crecimiento han creado la necesidad de reconsiderar la logística urbana local. El papel de los centros comerciales y las tiendas departamentales está experimentando un cambio significativo. Al mismo tiempo, la entrega final a clientes individuales está buscando nuevos métodos. Una mayor eficiencia y una mejor respuesta a las necesidades de los clientes solo son posibles con el uso de TIC avanzadas.
Para hacer uso de los servicios públicos, es necesario ir al centro de la ciudad o al menos al centro local dentro del suburbio. Debido a los cambios en los costos relativos de las operaciones en las sociedades, el desarrollo desafortunadamente ha significado que las distancias a los puntos de servicio han aumentado gradualmente. Debido a las TIC, ahora es cada vez más posible utilizar los servicios en el hogar o incluso cuando se viaja. El ahorro para el proveedor de servicios es evidente.
Las TIC también permiten a los ciudadanos participar en la toma de decisiones mucho más que antes. Si bien ahora existen herramientas para permitir que reciban información, es mucho más difícil para las autoridades mantener su trabajo a puertas cerradas. Los ciudadanos pueden interactuar con los entes oficiales y los representantes electos hoy más que nunca. A pesar del desafío de la brecha digital, el desarrollo de las TIC ha significado en conjunto un gran aumento en el poder de los ciudadanos.
Londres, Inglaterra. El desarrollo de tecnología avanzada detona la transición a redes inteligentes.
El poder pertenece a los solucionadores de problemas y es por eso que estamos experimentando un cambio de poder desde la nación –del Estado a la ciudad– a nivel regional y el empoderamiento de la ciudad y los municipios.
Todos los ejemplos anteriores demuestran que el significado de la ubicación geográfica ha cambiado. Se puede actuar de forma local pero, al mismo tiempo, utilizar recursos en lugares desconocidos. Los límites administrativos ya no pueden ser fronteras óptimas para las operaciones al mismo tiempo.
Mayor interacción de data
En los sistemas tradicionales, los datos se recogieron en una ubicación central donde después fueron analizados, usualmente después de un retraso significativo. Las conclusiones extraídas se transmitieron a los usuarios como instrucciones. En los sistemas distribuidos actuales, los datos se pueden recopilar y analizar en cualquier lugar. Esto permite un conjunto mucho más grande de datos de entrada y recursos mucho más amplios para la evaluación y conclusiones. El decisor central no siempre es necesario. Los datos abiertos –si se permite que los datos estén disponibles, alguien los analizará para su propio interés– son esenciales en este proceso.
La esencia de ser inteligente en una sociedad moderna radica en actuar localmente, pero mantener la conectividad fuera de la propia ubicación geográfica. Los sistemas tecnológicos solo se pueden gestionar si están integrados correctamente. Las TIC son los habilitadores que, cuando se utilizan adecuadamente para la creación de redes y la integración, proporcionan beneficios sociales, ambientales y económicos para todos.
Una sociedad inteligente actúa localmente, manteniendo conectividad con el exterior.
Las ciudades de todo el mundo ven esto como una oportunidad para una mejor calidad de vida. Por lo tanto, las agendas de la Smart City tendrán un lugar central en los proyectos de desarrollo urbano. Si bien esos proyectos son siempre grandes inversiones, también brindan oportunidades comerciales lucrativas para los proveedores de tecnología. Es por eso que prácticamente todos los proveedores de tecnología más grandes también tengan sus propias agendas de Smart Cities.
Antes de embarcarnos en cualquier iniciativa importante de este concepto, determinemos qué significa realmente para tu ciudad y cómo medir el progreso hacia tus objetivos. Una afirmación básica como “queremos estar más conectados” no es suficiente. Las visiones exitosas de Smart City deben ser ambiciosas pero específicas, con criterios claros, métricas y plazos para el éxito.
La implementación de estas soluciones es clave para abordar estos desafíos sociales, ambientales y económicos, ya que aprovechan el poder de la tecnología, impulsan la innovación local para crear empleos, fomentan negocios locales, proporcionan una mejor calidad de vida a residentes y atraen talento, turistas y visitantes.
Sin embargo, los líderes de la ciudad necesitan más información para reducir el riesgo de inversión; las ciudades necesitan comprender mejor los beneficios concretos de las implementaciones de Smart City y lo que las ciudades exitosas de todo el mundo están haciendo para obtener beneficios tangibles.
Las soluciones deben atender los desafíos sociales, ambientales y económicos.
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Foto: HACATOW / WM CM / EXPLORA / GALAXIE VOYAGE / TGDAC
