Desde la emergencia sanitaria, hemos visto que el cliente piensa de manera más inteligente sus decisiones, a la par que las familias reflexionan sobre cómo habitar y organizar sus hogares.
Por ejemplo, los créditos de remodelación han tenido un incremento importante de demanda y colocación porque la gente piensa en construir un cuarto adicional. Es importante recalcar la bondad de este producto, pues tiene una tasa de interés idéntica a la de un crédito hipotecario por adquirir una vivienda, con la factibilidad de deducir intereses reales anualmente, con un costo de financiamiento accesible y para pagar en el largo plazo.
Lo anterior, porque normalmente el cliente se endeuda con la tarjeta de crédito para modernizar su casa, por supuesto con un costo más elevado.
A la vez, también hemos tenido una mayor demanda del producto de liquidez, de gente que ya había construido un patrimonio previo y requiere dinero disponible para consolidar pasivos y deudas de corto plazo, como son tarjetas de crédito, préstamos personales, entre otros que le quitan liquidez al bolsillo.
Por lo regular, este tipo de deudas se mandan a un crédito de liquidez con plazo de hasta 15 años y con una tasa mucho más accesible. Evidentemente, eso es lo que les ha dado a nuestros clientes solvencia o dinero adicional, ya sea para necesidades diarias, o también créditos de liquidez para aquellas personas físicas con actividad empresarial que quieren apoyar su negocio con inyección de recursos frescos.
Otro producto que tomó relevancia y en el que ‘nos pusimos mucho las pilas’, fue en el de mejora de hipoteca, que también se conoce como pago de pasivos. Recordemos, en los últimos años hemos alcanzado las tasas de interés históricas más bajas en el producto hipotecario, debajo del 9%, cifra que no lo habíamos visto desde 2016. El parteaguas llegó cuando la banca alcanzó esas mismas cifras de hace un lustro.
Es importante puntualizar que la pandemia agarró a la banca comercial y a las instituciones que nos dedicamos al crédito hipotecario en los mejores momentos, precisamente con tasas históricas bajas, con los bancos incentivando a los clientes para tomar la decisión lanzando promociones de no cobrar comisiones por apertura y/o el avalúo, descuentos en los procesos de escrituración. Todo esto permitió que el solicitante pudiera tomar una decisión mucho más rápido.
Ajustes a la oferta
Nos caracterizamos por tener el anaquel más amplio de productos hipotecarios y dar una asesoría financiera a los clientes punta a punta, por ello, todo lo que lanzamos en Scotiabank durante el primer trimestre del año en curso, fueron para adecuarse a las necesidades que está demandando el mercado, de acuerdo con las circunstancias que vivimos.
Entre los ajustes que hicimos destacan la mejora de las condiciones financieras y el agregarle atributos adicionales a los servicios que ya ofrecíamos. Por ejemplo, abrimos un poco nuestras políticas, como fue en el caso del producto de liquidez, que ahora permite que los clientes puedan disfrutar de mejores beneficios para la contratación del crédito.
También relanzamos nuestro producto de construcción, que se empareja con otros más. México es un mercado amplio que tiene ciertas características en distintas regiones: el Bajío o el Norte, por ejemplo, es en donde se toma mucho este tipo de crédito y es una práctica usual incluso entre los pequeños desarrolladores; es en realidad un crédito puente donde la carga financiera es para un usuario final.
Además, la oferta viene acompañada de otros productos, entre otros, en el de adquisición Compra + Remodelación. En éste se adquiere una vivienda usada a la que se busca modernizar con cambios de piso, cocina, pintura; o bien, una remodelación que implique una construcción.
Visto de otra manera, mejoramos y emparejamos nuestra oferta a las necesidades de nuestros clientes.
También vale la pena destacar que hemos visto que la vivienda usada ha tomado mucha relevancia en el sector. Hace siete años, la diferencia en cuanto a preferencia era notable con 70% por la nueva y 30% por la usada; hoy, el indicador es 55 y 45% respectivamente.
Hemos visto que las decisiones de compra de nuestros clientes han cambiado por varios factores. El primero tiene que ver con que las personas buscan mayor cercanía con sus centros de trabajo; recordemos que las ciudades, como la Ciudad de México, crecieron hacia la periferia, y hoy la gente quiere regresar otra vez a los centros urbanos donde hay mayor transporte, servicios y se evitan muchas horas de tráfico.
El segundo es la disponibilidad, toda vez que últimamente las construcciones de vivienda nueva que atienden a un gran segmento de mercado son departamentos más chicos y a veces sin estacionamiento. En contraste, la vivienda usada tiene la ventaja de disponer de espacios más grandes, con ubicaciones muy céntricas dentro de la ciudad, además de contar con espacios para estacionamiento, clósets, bodegas, etc., que le permite a la familia un trabajo híbrido y espacios disponibles en casa para que puedan desempeñar sus obligaciones de buena manera.
Aprovecho para destacar el más reciente lanzamiento de producto para el anaquel de producto de cofinanciamiento con el Fovissste.
Invitamos a que se acerquen con nosotros, porque nuestra vocación es el servicio: la asesoría al cliente, fundamental para seleccionar el crédito más adecuado para cada necesidad y posibilidad.
Texto:Paulina Prieto - Vicepresidenta de Crédito Hipotecario y Automotriz de Scotiabank
Foto: GETTY IMAGES