Con base en el número de reservaciones atendidas para la temporada de invierno, se prevé una caída considerable de entre el 30 y 40% en el turismo, en contraste con los resultados obtenidos del 2018; lo cual impactará a la ‘industria sin chimeneas’ principalmente, ya que alrededor del 40% de sus ingresos se concentran en ese periodo.
Pese a ello, se espera que éstas cifras se incrementen en vísperas de vacaciones, aunque cabe señalar que está práctica también afecta las finanzas de las empresas dedicadas al sector. “La decisión de hacer las reservaciones se está cambiando a hacerla de último momento, eso es preocupante porque a las empresas turísticas cuando recibimos este tipo de reservaciones ya no nos da margen para poder aprovechar la tarifa al máximo”, explicó Pablo Azcárraga, presidente del Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET) en entrevista con un diario nacional.
Esto aunado a la posibilidad de registrar un menor flujo de visitantes tanto nacionales, como internacionales en los múltiples destinos del país, podría desencadenar una serie de despidos de trabajadores en las diferentes firmas turísticas.