De acuerdo con el análisis, durante el año pasado el gobierno capitalino emitió 1.38 millones de toneladas de bióxido de carbono CO2 generados por 2,760 edificios públicos, 16,813 vehículos que utilizan combustible y 32 plantas de tratamiento de aguas residuales, entre otras instancias.
Los edificios, clasificados dentro del rubro del sector energía, aportaron 73% del total de las emisiones, principalmente por el uso de energía eléctrica, diésel y gas LP; los vehículos, 17% por el consumo de gasolina y diésel; las plantas de tratamiento 9% y algunos equipos refrigerantes menos del 1 por ciento.
Como se recordará, durante 2016, la CDMX emitió 1.5 millones de toneladas de bióxido de carbono equivalente (CO2), por lo que se redujeron 8% las emisiones durante 2017. De manera histórica, el sector energía es el que más aporta a la cantidad de emisiones totales de CO2; sin embargo, en 2017 el consumo disminuyó 13% con respecto al año anterior debido a las acciones de eficiencia energética adoptadas.
Con la presentación del Reporte Rene, la Ciudad de México cumplió con la Ley General de Cambio Climático, la cual establece la integración de información de gases y compuestos de efecto invernadero de los diferentes sectores del país.
Los sujetos obligados a reportar son aquellos que emiten más de 25,000 toneladas de bióxido de carbono equivalente al año; el reporte debe integrar información del año inmediato anterior.