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Hacer negocios en el siglo XXI requiere adaptación y bienvenida al cambio, donde el mercado de los bienes raíces no escapa a la regla.

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Para este sector en especial, el primer paso que tienen que tomar los asesores inmobiliarios, es dejar de tomar notas acerca de un cliente en un cuaderno y usar tablets o smartphones con aplicaciones básicas que les permitan hacer búsquedas efectivas por cliente y darles un seguimiento de forma rápida y sencilla.

Después, hay que enfocarse en adquirir 3 cualidades esenciales:

1. Ser veloz. El cliente espera velocidad, usa la tecnología para agilizar su proceso: facilita las visitas con fotos profesionales o precalifica ofertas por medio de la utilización de realidad virtual o realidad aumentada.

2. Mostrar transparencia en todo tiempo. Comprar un inmueble es una inversión importante en la vida, el cliente querrá saber los detalles a cada paso del proceso. Para ello, se debe ofrecer una comunicación efectiva y en tiempo real.

3. Ofrecer seguridad. Resguardar la información de los clientes en la nube no solo permite tener más garantías de seguridad, sino también la posibilidad de usar esos datos para dar continuidad a lo que necesita el posible comprador.

Al final del día, establecer una relación fuerte con los clientes finales es lo que marcará la diferencia entre avanzar en la era digital o quedarse en el camino.

“Como consumidor, cuando vivo cambios tecnológicos los abrazo. ¿Por qué no piensan lo mismo los agentes inmobiliarios respecto a sus clientes y entre todos evitamos una disrupción que nos tome desprevenidos? Nadie podrá salvar a los asesores si llega el día de un proceso 100% digital y desaparezca la figura del agente. Hay que evitarlo adelantándose al momento”, advierte Karim Goudiaby, CEO de Vivanuncios.