A fin de permitir una mejor conectividad entre el Valle de Toluca y el Valle de México, fue inaugurada la autopista Toluca-Naucalpan, con 39 kilómetros, que tuvo una inversión de más de 11 mil millones de pesos (mdp) y que generó más de mil empleos directos y cerca de 5 mil indirectos.

Con esta vía se fortalecerá la conectividad del Sistema Aeroportuario Metropolitano, conformado por los aeropuertos internacionales de Toluca (AIT), Felipe Ángeles (AIFA) y de la Ciudad de México (AICM). Además, disminuirá los tiempos de traslado de una hora con 20 minutos a menos de 25 minutos.

Uno de los objetivos principales de esta infraestructura es desahogar el tránsito de vehículos que ingresan a la Ciudad de México por la alcaldía Cuajimalpa. Y se busca que el Estado de México (Edomex) sea el principal centro logístico del país, indicó Alfredo Del Mazo Maza, gobernador de la entidad.

Señaló que esta autopista pasa por los municipios de Toluca, Lerma, Huixquilucan y Naucalpan, que en su conjunto aportan el 31% del Producto Interno Bruto (PIB) del Edomex, por lo que tienen una gran relevancia en la actividad económica del estado.

El mandatario mexiquense destacó que por la entidad transita el 40% del transporte de carga del país, además por su ubicación geográfica pertenece a la Zona Metropolitana del Valle de México, región que cuenta con un mercado de consumo de más de 20 millones de personas.

Por su parte, Luis Limón Chávez, Secretario de Movilidad local, detalló que esta autopista cuenta con más de 5 kilómetros de puentes vehiculares, casi un kilómetro de túneles iluminados; cuenta con cuatro carriles, comienza en las inmediaciones del Aeropuerto de Toluca y conecta con la autopista Chamapa-Lechería.

Para la edificación de esta obra, se desplazaron más de 10 millones de metros cúbicos de tierra, el equivalente a llenar más de cinco veces el Estadio Azteca, y se utilizaron más de 300 mil toneladas de cemento, lo que representa el poder construir tres veces ese mismo estadio; tiene cuatro carriles.

El dato

Esta obra concluyó nueve años después de lo programado, pues los trabajos se detuvieron debido a la oposición de comunidades de Toluca, Lerma y Huixquilucan, con el argumento de que el trazo pasaría por el Bosque de Agua Otomí-Mexica y sitios sagrados asentados en San Francisco Xochicuautla y Huitzizilapan.