El gobierno de Cuba publicó las normativas que regirán la creación y el funcionamiento de las recién aprobadas Micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) en la isla, después de 52 años sin empresas privadas nacionales, que pueden ser de propiedad estatal, privada o mixta.
Entre sus facultades, las Mipymes pueden exportar e importar, gestionar y administrar sus bienes, definir los productos y servicios a comercializar, así como sus proveedores, clientes, destinos e inserción en mercados; y operar cuentas bancarias y acceder a cualquier fuente lícita de financiación.
También están facultadas para fijar los precios de sus servicios y bienes, excepto aquellos que sean de aprobación centralizada, definir su estructura, plantilla y cantidad de trabajadores y determinar sus ingresos, refirió una publicación de EFE.
Las Mipymes pueden estar integradas por uno o más socios, serán sociedades mercantiles y se clasifican en dependencia del número de personas ocupadas como: Micro empresa, de una a diez personas; pequeña empresa, de 11 a 35; y mediana empresa, de 36 a 100 personas.
Y aunque estas empresas cuentan con autonomía empresarial, no podrán funcionar en las áreas de salud, telecomunicaciones, energía, defensa, prensa y otras ‘vetadas para los trabajadores autónomos en el país’, que representan actualmente el 13% de la población ocupada en Cuba, según datos oficiales.
El Estado cubano identifica como actores económicos del país a la empresa estatal socialista (el principal), las cooperativas no agropecuarias, el trabajo por cuenta propia (privado) y las Micro, pequeñas y medianas empresas.
Además, exigirá la residencia permanente en la isla a toda persona que quiera ser dueña o socia de una Pequeña o mediana empresa (Pyme), y estas empresas estarán formadas por “personas naturales, residentes permanentes en Cuba, mayores de 18 años”.
Información de AFP indicó que las empresas serán aprobadas por el Ministerio de Economía, y que “tienen acceso a los fondos de financiamientos que se establezcan para ellas”, algo que preocupaba a economistas que planteaban la necesidad de una ayuda estatal de fomento.
Otras 23 normas regulan otros aspectos de estas empresas, así como la formación de cooperativas no agropecuarias y el trabajo por cuenta propia, privado o individual. Los pequeños negocios privados desaparecieron en Cuba en 1968, cuando fueron intervenidos por el Estado en la ‘Ofensiva Revolucionaria’.
Pero el crecimiento del trabajo por cuenta propia, legalizado en 1990, dio lugar a pequeñas empresas que funcionaban sin el marco legal regulatorio que se adoptó desde junio pasado. La economía cubana se contrajo un 11% en el 2020.