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Por segundo trimestre consecutivo, el Producto Interno Bruto (PIB) del país reportó una tasa de crecimiento negativa medida en términos anuales.

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Durante el periodo julio-septiembre del 2019 se presentó una contracción de -0.4%, respecto al mismo periodo del año anterior (cifras originales), mientras que en entre abril y junio cayó -0.8%; informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). De esta manera, la economía del país ha entrado en una recesión técnica de acuerdo con las definiciones académicas, por ligar precisamente dos trimestres consecutivos de contracción, además de que en el acumulado de los nueve primeros meses del año el crecimiento es nulo, de 0%, a diferencia del 2.1% del mismo periodo del 2018. Este es el peor reporte de los últimos 10 años.

Debemos considerar que, medido con cifras desestacionalizadas, no se han ligado dos trimestres de caída. Bajo este parámetro el INEGI reportó un crecimiento trimestral de 0.1% y de -0.4% anual, que sería la primera contracción desde 2009 bajo esta métrica. Los indicadores preliminares del PIB señalan que el sector industrial ha sido el principal lastre de la economía en lo que va del año, al ligar tres trimestres consecutivos cayendo, en el tercero a un ritmo anual de -1.7% considerando las cifras originales.

Destaca que por primera ocasión el sector servicios reporta un crecimiento negativo (-0.1%) en el tercer trimestre, aunque en el segundo creció cero. El sector primario es el único que sostiene un buen ritmo de crecimiento, con un avance de 5.4% anual en el periodo julio-septiembre. En opinión de los analistas de Banorte, “los datos (cifras desestacionalizadas) sugieren que la economía no se encuentra en recesión y pensamos que inclusive podría comenzar a acelerarse en los próximos meses y hacia el 2020”. Asimismo, mantienen su estimado de crecimiento para 2019 en 0.3% anual, aunque con riesgos a la baja.