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El impacto en el flujo de efectivo sería una de las principales consecuencias que las compañías deben considerar ante estos roces diplomáticos.

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La guerra comercial entre China y Estados Unidos traerá serias consecuencias a la logística y en las cadenas de suministros, entre las principales destacan el riesgo de restricciones de flujo y cambios en los patrones de importaciones. De acuerdo con Jason Craig, Director de Asuntos Gubernamentales para C.H. Robinson y su división Global Forwarding, el impacto en el flujo de efectivo es una de las principales consecuencias que las compañías deben considerar. Afirmó que en los últimos seis meses, el incremento de las tasas arancelarias de ambos países ha impactado los flujos de efectivo de las compañías que realizan operaciones comerciales internacionales de varias maneras.

Para los exportadores estadounidenses (especialmente en productos agrícolas), las ventas en China han bajado, lo que resulta en restricciones de flujo de efectivo por el lado de los ingresos. Para los importadores de Estados Unidos, los pagos de aranceles han aumentado sustancialmente en ciertos productos, lo que lleva a un consumo de flujo de efectivo mucho mayor que impacta el tema de costos.

Una de las repercusiones adicionales de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, que no ha recibido tanta atención, es el impacto de la disputa en los patrones de carga estadounidenses. De hecho, la guerra comercial ha interrumpido algunas rutas de camiones en Estados Unidos, incluido un aumento de la demanda fuera de ciclo en el sur de California relacionado con la retirada del inventario a fines de 2018. Además, el cerdo y el pollo congelados, típicamente exportados a China, han sido enrutados para almacenamiento en frío doméstico, lo que reduce la capacidad de transporte refrigerado en el territorio.

Para México, el conflicto comercial entre estas dos grandes potencias económicas puede generar algunas oportunidades coyunturales en ciertos sectores, pero una continua afectación de la demanda de importaciones en general puede acarrear una desaceleración económica global que las compañías deben también considerar. Por lo tanto, para muchas empresas, la planificación de escenarios parece ser cada vez más esencial.

“A medida que planifica, asegúrese de conversar con su proveedor de transporte y su agente aduanal para evaluar los costos de transportación de nuevos carriles, nuevos proveedores y las inquietudes cambiantes sobre regulaciones y su cumplimiento. Con una colaboración estrecha, una inteligencia empresarial profunda y una planificación proactiva, los proveedores y las empresas pueden aprovechar al máximo estos tiempos impredecibles de manera que mitiguen el riesgo y colaboren para encontrar juntos áreas de oportunidad”, puntualiza el directivo de C.H. Robinson.