“Este recinto honra el legado de Benito Juárez, ministro y presidente de este alto tribunal. Esos valores universales guían nuestra actuación, no se olvide. Entre muchas coincidencias, una de las más importantes que tenemos con usted es la máxima del Benemérito de las Américas que rige la vida de una democracia constitucional: Nada por la fuerza, todo por la razón y por el derecho”, destacó.
Ante los Plenos de la SCJN, del Consejo de la Judicatura Federal, del Tribunal Electoral, así como del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, y de los presidentes de las mesas directivas de la Cámara de Diputados y Senadores, Porfirio Muñoz Ledo y Martí Batres Guadarrama, respectivamente, destacó que quienes integran al Poder Judicial no son ajenos a la demanda ciudadana de un mejor, honesto y transparente servicio público.
En el Poder Judicial, aseguró el ministro, “queremos, como todo buen mexicano quiere, lograr, en la medida de nuestras competencias, un país más fuerte, más democrático, más libre, sin corrupción y sin simulación, y con la Justicia que corresponde, como derecho inalienable, al pueblo de nuestra nación”.
Porque, dijo, esto no es obstáculo para el desarrollo y la legítima transformación del país, sino condición para alcanzar objetivos democráticamente: “Su presencia, señor Presidente, en este Tribunal Constitucional, al igual que la presencia de los que integramos esta Suprema Corte en su toma de protesta, es expresión de la normalidad democrática con la que estamos obligados a conducirnos quienes representamos a las instituciones del Estado mexicano”.
En su mensaje final, Aguilar Morales pidió no perder de vista que la Constitución es la hoja de ruta de la Nación, el pacto duradero de nuestra vida institucional y el soporte de la convivencia social; y, como norma suprema, ajustarse y someterse todo acto que se genere dentro de su ámbito de aplicación.
Hizo un llamado al Presidente y a los legisladores a hacer realidad “el anhelo de los próceres constitucionalistas de nuestra patria para ser grandes, justos y respetados entre los demás pueblos de la tierra. Nada, ni nadie sobre la Constitución”.
Llegar a ser designado juez o magistrado, precisó, es tarea profesional y cuidadosa que se logra mediante rigurosos exámenes de oposición, en los que los aspirantes deben demostrar sus capacidades en el derecho, así como análisis y criterio jurídico, que realmente los califiquen como aptos para impartir la justicia federal.
Finalmente reconoció que si en un momento hubo alguna desviación, inmediatamente fue detectada y se tomaron medidas estrictas, así como el inicio de procedimientos de investigación y de responsabilidad para sancionar a los malos servidores para separarlos de sus cargos.