Por una parte, Citibanamex señaló que “ahora vemos un crecimiento más bajo del PIB en 2019 (1.7% desde 1.9% antes), a medida que los vientos en contra de la actividad económica que ya anticipábamos se exacerban debido a una menor inversión y primas de riesgo más altas”.
En la perspectiva de los analistas de dicha institución, “la reciente depreciación del peso no se revertirá, lo que junto con un desplazamiento hacia arriba de la curva de rendimientos local, implica un equilibrio nominal más alto”.
Al respecto, analistas de Banorte señalaron que “modificamos nuestros estimados para fin de año para el USD/MXN desde 18.60 a 20.50 en 2018 y de 19.50 a 22.50 en 2019 conforme reconocemos cambios significativos en los factores detrás de la divisa que continuarán afectando su valuación”.
En Citibanamex ahora prevén que Banxico suba su tasa de política monetaria 25 puntos base en noviembre y que mantenga dicha tasa en 8% hasta el cierre del 2019 (en comparación con estimados previos de 7.75% y 7% al cierre de 2018 y 2019, respectivamente).
Por lo que respecta a la inflación, estará condicionada a “varias decisiones clave que se espera que AMLO anuncie una vez que tome posesión el primero de diciembre: a) La política de precios públicos sobre energéticos; b) salarios mínimos; c) tasas de IVA en la frontera norte. Estas decisiones a su vez serán relevantes para evaluar si las propuestas fiscales de la administración entrante son consistentes y factibles. Hasta ahora el compromiso del próximo Secretario de Hacienda Urzúa de apuntar a un superávit primario equivalente a 0.8% del PIB en el 2019 es bienvenido y reitera los mensajes enviados durante la campaña presidencial. Sin embargo, varios eventos desde entonces —por ejemplo, la necesidad de asignar recursos fiscales a la cancelación del proyecto del NAICM— sugieren que el círculo que Urzúa está tratando de cuadrar es aún más redondo, y por ende los detalles de la propuesta presupuestaria serán particularmente importantes”, concluyeron los especialistas de Citibanamex.