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La economía mexicana creció 2.05% anual de enero a abril y se prevé que en el segundo trimestre sostenga cierta recuperación respecto a lo observado en los tres primeros meses del año.

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La economía de México creció 4.5% anual en abril, impulsada en gran medida por los efectos de la Semana Santa, lo que determinó que en los cuatro primeros meses del año su expansión sea un aun ritmo anual de 2.05%, nivel idéntico al que creció en el mismo periodo del año pasado, de acuerdo con cifras publicadas el viernes pasado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

En opinión de los analistas de Banorte, “esperamos que el crecimiento económico recupere dinamismo en 2T18 tras el crecimiento de 1.3% anual (cifras originales) en 1T18. En este sentido, esperamos un repunte en la actividad manufacturera en los próximos meses tras la depreciación que ha experimentado la divisa mexicana desde el pasado abril. Adicionalmente, anticipamos que la construcción seguirá creciendo durante 2T18. En cuanto a los servicios, consideramos que la trayectoria descendente de la inflación ayudará a la recuperación de las ventas al menudeo en los próximos meses. Sin embargo, la depreciación del tipo de cambio podría mermar el consumo de bienes importados”.

Al respecto, analistas de Santander indica que luego de crecer 1.3% el PIB del primer trimestre en términos anuales, para el segundo prevén un crecimiento de 2.9 por ciento.

Sin embargo, en Invex hacen un llamado a la prudencia, porque consideran que “la persistencia de un escenario de incertidumbre es consiste con nuestra expectativa de un crecimiento moderado, por lo que mantenemos nuestra expectativa de crecimiento del PIB en 2.1% para este año. La reducción en la plataforma de producción petrolera y la menor inversión lastran el crecimiento del sector industrial, aunque una mayor demanda externa y mayor gasto público apoyarán un repunte del sector tras la contracción del año pasado. Por otro lado, la firmeza del mercado laboral y las remesas seguirán apoyando el consumo, aunque el aumento de los precios de gasolinas y del costo de endeudamiento sugiere una desaceleración”.