De acuerdo con un análisis de Banorte, el menor dinamismo de la economía mexicana durante julio se explicó por la contracción de la actividad industrial aunado a la desaceleración de los servicios.
En base al reporte oficial, el sector servicios encabezó el avance al presentar una expansión de 2.4% anual, en tanto el sector primario repuntó 2.0 por ciento. En contraste, el sector secundario (industrial) decreció a un ritmo del -1.6 por ciento.
Los analistas de la institución indicaron que “la economía mexicana continuará desacelerándose en la segunda mitad del año. Consideramos que persisten riesgos que derivarán en un menor dinamismo económico hacia delante. En particular, esperamos una desaceleración marginal del consumo privado ante la trayectoria ascendente de la inflación, lo cual estará compensado parcialmente por el dinamismo del empleo, así como del crédito bancario al sector privado. No obstante, el gasto interno continuará siendo uno de los principales motores de crecimiento de la economía mexicana”.
Agregaron que de igual forma, es probable que el esfuerzo de consolidación fiscal que ha implementado el Gobierno Federal continúe reflejándose en una fuerte disminución de los proyectos de infraestructura pública.
Finalmente, consideran que la recesión de la industria minera -principalmente de la producción petrolera-, se mantendrá durante el segundo semestre, lo cual continuará anulando parcialmente los efectos positivos del mayor dinamismo de la demanda interna.
En Invex opinan que “la crisis del sector minero y la desaceleración de la construcción lastran el crecimiento del sector industrial y el aumento de la inflación y los costos de endeudamiento pesan sobre el consumo. Por lo tanto, cabe esperar una mayor desaceleración de la economía durante la segunda mitad del año. Los efectos de los terremotos sufridos en septiembre aún están por determinarse, aunque cabe esperar un impacto limitado en el PIB”.