El miércoles 16 de diciembre, luego de nueve años, el Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) determinó el incremento en su tasa de fondeo de 0.25 puntos base, con lo que pasó de un rango de 0.0%-0.25% a uno de 0.25%-0.50 por ciento. Tan solo un día posterior, el Banxico ajustó en 25 puntos base su tasa de referencia para subirla a 3.25 por ciento.

Independientemente del impacto que tendrá sobre los mercados financieros, estos ajustes repercutirán en el costo del dinero a nivel global y en México en particular.

Por ello, ahora se estará a la expectativa de lo que ocurre con el costo del crédito hipotecario en nuestro país, el cual se mantiene en los niveles más bajos de su historia.

Especialistas consultados opinan que los bancos reaccionarán de diferente forma, toda vez que sus márgenes están muy apretados y no todos podrán aguantar mucho sus ofertas actuales en cuanto a los costos actuales.

Lo que si queda claro es que el ajuste no será inmediato. Se prevé que el ajuste sea diferenciado, incluso al interior de cada banco, donde quizá esas diferencias de tasas se apliquen de acuerdo con la calidad crediticia de cada cliente, a lo buen pagador que sea, etc.

Incluso, cabe la posibilidad de que el ajuste en tasas de referencia no impacte el costo del crédito hipotecario, porque éste usa de referencia las tasas de fondeo de largo plazo y no las de corto plazo que se ven impactadas de inmediato por las denominadas tasas de referencia de los bancos centrales.

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