Fue hace 90 años cuando, luego de superado un derrumbe económico devastador, el mundo vio llegar la era dorada de los rascacielos. En ese entonces, los edificios Chrysler y el Empire State, en Nueva York, fueron las estructuras más altas jamás construidas.
El primero llegó en 1930, obra del arquitecto William van Allen, con una altura final que alcanzó los 319 metros. Un año más tarde, el Empire State le ‘arrebató’ el título con una altura de 373 m de piso a la última planta, y una máxima de 443.2 metros.
La segunda época dorada comenzó hace 20 años, sin embargo, según datos del Consejo de Edificios Altos y Hábitat Urbano (CTBUH, por sus siglas en inglés) registró que, en 2020, hubo una caída de 20% en la cifra de edificios altos que se completaron, en comparación con 2019. A lo anterior, se suma que, actualmente, las autoridades de China han limitado la construcción de edificios súper altos en el país.
Tras la caída de las Torres Gemelas, el 11 de septiembre de 2001 se pronosticó la muerte de este tipo de construcciones, sin embargo, más bien se adoptaron medidas más rigurosas y estándares de construcción que se adoptaron globalmente para brindar mayor seguridad.
Actualmente, pese a todo pronóstico, se han construido más rascacielos en los últimos años que en el siglo pasado. El CTBUH también señala: “El 84% de todos los edificios de 200 metros o más existentes, se construyeron después de 2001”.
El primero, y el más alto construido hasta ahora: el Burj Khalifa, se completó en 2010, y mide 829.9 metros de altura del piso a su antena. Los arquitectos a cargo fueron Adrian Smith, George J. Efstathiou y Marshall Strabala. La empresa de ingeniería fue Skidmore, Owings and Merril (SOM). Construido con una fachada con paneles de aluminio, es capaz de resistir las altas temperaturas de Dubái.
Shanghai Tower se completó en 2015 y alcanzó una altura total de 632 metros y en su construcción también participó el arquitecto estadounidense Jay Marshal Strabala, junto con Art Gensler, Andy Cohen y Jun Xia. Su fachada curva y su forma en espiral simbolizan el surgimiento de la China moderna.
En 2012 llegó a La Meca, en Arabia Saudita, el Makkah Royal Clock Tower, distintiva por su reloj en su parte más alta. Con 601 m de altura, es reconocida como el tercer edificio más alto del mundo. Ésta forma parte del complejo Abraj Al-Bait, que incluye otros rascacielos de menor altura.
Ubicado en Shenzhen, Ping An Finance Center se inauguró en 2017, con 599.1 m de altura total. Además de ser el cuarto edificio más grande construido, tiene también el récord de tener la fachada de acero inoxidable más grande del mundo. Para lograrlo se emplearon más de mil 700 toneladas de este material. La firma de arquitectura a cargo: Kohn Pedersen Fox.
Con 555.7 metros, la torre Lotte World se inauguró en 2017, en Seúl. Es primero más alto en Corea del Sur y alberga oficinas y un hotel de lujo, del que estuvo a cargo el arquitecto estadounidense James von Klemperer.
El sexto puesto lo ocupa el único edificio más alto del mundo en la parte Occidental: el One World Trade Center, en Nueva York, cuyo diseño se aprobó en 2005 y llegó a ocupar el lugar de las Torres Gemelas. Se terminó de construir en 2014 y alcanzó los 546.2 m del piso hasta su antena.
También diseñado por Khon Pedersen Fox, el Guangzhou CTF Finance Centre comparte altura con el Tianjin CTF Finance Centre de Skidmore, Owings & Merrill. Ambos miden 530 m de altura. El primero se completó en 2016 y el segundo en 2019.
En Pekín, los arquitectos de TPF | Farrells construyeron el China Zun Tower, también conocido como CITI Tower. Alcanzó los 527 metros y se completó en 2018. Su forma superior, así como su base, imitan al zun, una antigua vasija china que apareció, por ver primera, durante la dinastía Shang (1600 – 1040 a. C.).
La torre Taipei 101, con 508 m ocupa el décimo puesto. Se completó en 2011 y estuvo a cargo del arquitecto chino C. Y. Lee. Tras su inauguración, consiguió la certificación LEED más alta para edificios sostenibles.
El CTBUH alerta que la construcción de la mayoría de los rascacielos se trasladó de un continente a otro. A inicios del siglo XXI, el 49% de todos los edificios de más de 200 m estaban en Norteamérica”; hoy en día, solo el 15% están en esta región. Son Asia y Oriente Medio los nuevos lugares preferidos, pese a las restricciones.