El estudio Siemens Infrastructure Transition Monitor 2025 revela que los líderes mundiales creen que un suministro de energía resiliente debería ser la principal prioridad gubernamental entre los objetivos de transición de infraestructura, en comparación con el tercer lugar que ocupaba esta prioridad en 2023.
El Siemens Infrastructure Transition Monitor es un estudio bienal encargado por Siemens, que encuesta a 1,400 altos ejecutivos y representantes gubernamentales de 19 países en los sectores de la energía, la construcción y la industria.
Concluye el informe que la creciente inestabilidad mundial está intensificando la volatilidad del mercado y de la cadena de suministro y, para mitigar el uso de la energía como herramienta geopolítica, los gobiernos están priorizando la seguridad, la independencia y la preparación junto con la mitigación del clima.
“La transición de la infraestructura está entrando en una nueva fase en la que los objetivos nacionales de seguridad energética están superando la colaboración global en materia de descarbonización”, afirmó Matthias Rebellius, miembro del consejo de administración de Siemens y director ejecutivo de Smart Infrastructure.
Ante las crecientes disrupciones climáticas y energéticas que enfrentan los sistemas, la resiliencia ya no es opcional: la IA, la tecnología y la digitalización son ahora cruciales para esta transición. Pueden empoderar a organizaciones y gobiernos para gestionar las complejidades de los sistemas basados en energías renovables, garantizar la fiabilidad y acelerar la transición a energías limpias de forma más inteligente y sostenible.
Los hallazgos clave incluyen:
▪ De la transición global a la resiliencia nacional: tres de cada cinco encuestados (62%) creen que los sistemas energéticos del futuro dependerán más de la producción local o regional que del comercio mundial, con factores clave como la integración de las energías renovables, la disponibilidad para el almacenamiento y los sistemas de red avanzados. Más de la mitad afirma que la resiliencia (53%) y la independencia energética (52%) están alcanzando su madurez o están avanzadas en sus países, lo que indica que ya se está produciendo un cambio en las prioridades de infraestructura.
▪ La confianza en los objetivos climáticos está disminuyendo: con la prioridad que ahora tienen la resiliencia y la seguridad energética, la confianza en el logro de los objetivos climáticos globales está empezando a decaer. Más de la mitad (57%) de los ejecutivos globales prevén una mayor inversión en combustibles fósiles en los próximos dos años, y solo el 37% de las empresas cree ahora que cumplirá sus objetivos de descarbonización para 2030, frente al 44% en 2023.
▪ Una llamada de atención antes de la COP30: con la confianza en los objetivos climáticos en declive y las estrategias para 2026 en desarrollo, el informe destaca que no integrar la resiliencia en la planificación energética conlleva consecuencias económicas y ambientales. En un momento en que los gobiernos están recalibrando las estrategias de cero emisiones netas junto con las agendas de bienestar y crecimiento, Siemens subraya que mediante la inversión en redes eléctricas y la innovación digital, se puede acelerar el progreso hacia los compromisos climáticos y la resiliencia energética.
▪ La IA acelerará la transición: a medida que evolucionan las estrategias energéticas nacionales, las tecnologías digitales siguen siendo fundamentales para la transición de las infraestructuras. La digitalización se sitúa como el segundo factor más importante para acelerar la transición a las energías limpias en las industrias, solo por detrás de la expansión del almacenamiento de energía, y se prevé que la IA tenga el mayor impacto positivo.