El reciente robo de joyas históricas en el Museo del Louvre, considerado uno de los espacios culturales más seguros del mundo, ha encendido las alarmas sobre la vulnerabilidad de los bienes artísticos y de lujo. Este incidente ha llevado a coleccionistas y propietarios en México a reflexionar sobre la importancia de proteger su patrimonio, impulsando el interés por los seguros especializados en arte y joyas.
Los riesgos que enfrentan estos bienes son variados: robos, incendios, daños durante el transporte, errores humanos e incluso accidentes. Para mitigar estas amenazas, empresas como CAE Insurance ofrecen pólizas personalizadas que cubren desde daños menores hasta pérdidas totales. La valuación profesional, acompañada de fotografías y certificados, asegura que el monto de protección sea acorde al valor real de las piezas.
“Cada póliza se adapta a las condiciones específicas en las que vive o se exhibe la obra. No es lo mismo proteger una joya familiar guardada en casa, que una escultura en exposición pública. En ambos casos, lo esencial es anticiparse a los riesgos”, señala Alavez.
Este creciente interés por los seguros patrimoniales refleja un cambio cultural en México, donde la protección del arte y las joyas personales está dejando de ser un lujo para convertirse en una necesidad. Sin embargo, el país aún enfrenta retos en términos de cultura financiera, ya que la penetración del sector asegurador representa apenas entre el 2.6% y el 3.2% del PIB, muy por debajo del promedio de los países de la OCDE, que ronda el 9 por ciento.
Y en un mundo donde incluso los museos más seguros pueden ser vulnerables, asegurar obras de arte y joyas personales es una inversión que trasciende lo material, convirtiéndose en un acto de preservación y cuidado del legado.