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En México crece el interés por asegurar arte y joyas ante riesgos como robos, daños y accidentes. ​ Los seguros patrimoniales permiten proteger el valor económico, simbólico y emocional de colecciones privadas, fomentando una cultura de preservación en un país con baja penetración aseguradora.

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El reciente robo de joyas históricas en el Museo del Louvre, considerado uno de los espacios culturales más seguros del mundo, ha encendido las alarmas sobre la vulnerabilidad de los bienes artísticos y de lujo. ​ Este incidente ha llevado a coleccionistas y propietarios en México a reflexionar sobre la importancia de proteger su patrimonio, impulsando el interés por los seguros especializados en arte y joyas.

 

Cada vez, más personas en nuestro país están optando por asegurar sus colecciones privadas, no solo por el valor económico, sino por el significado emocional y simbólico que representan. ​ Según Stephan Alavez, director de Seguros y Finanzas de CAE Insurance, “un seguro de arte o joyas no es solo una póliza, es una forma de preservar la historia y la pasión detrás de cada pieza”.

 

Los riesgos que enfrentan estos bienes son variados: robos, incendios, daños durante el transporte, errores humanos e incluso accidentes. ​ Para mitigar estas amenazas, empresas como CAE Insurance ofrecen pólizas personalizadas que cubren desde daños menores hasta pérdidas totales. ​ La valuación profesional, acompañada de fotografías y certificados, asegura que el monto de protección sea acorde al valor real de las piezas. ​

 

 

“Cada póliza se adapta a las condiciones específicas en las que vive o se exhibe la obra. No es lo mismo proteger una joya familiar guardada en casa, que una escultura en exposición pública. En ambos casos, lo esencial es anticiparse a los riesgos”, señala Alavez.

Este creciente interés por los seguros patrimoniales refleja un cambio cultural en México, donde la protección del arte y las joyas personales está dejando de ser un lujo para convertirse en una necesidad. ​ Sin embargo, el país aún enfrenta retos en términos de cultura financiera, ya que la penetración del sector asegurador representa apenas entre el 2.6% y el 3.2% del PIB, muy por debajo del promedio de los países de la OCDE, que ronda el 9 por ciento.

 

Por lo que este panorama abre una oportunidad para las empresas de seguros que apuesten por la transparencia y la cercanía con sus clientes, promoviendo una mayor conciencia sobre la importancia de proteger el patrimonio artístico y cultural.

 

Y en un mundo donde incluso los museos más seguros pueden ser vulnerables, asegurar obras de arte y joyas personales es una inversión que trasciende lo material, convirtiéndose en un acto de preservación y cuidado del legado. ​