Según Luis Gómez, CEO de Vid Mexicana, el país ha transformado sus hábitos de consumo en la última década, pasando de un consumo per cápita de 250 mililitros hace diez años a 1.2 litros en la actualidad. Aunque este nivel aún está lejos del promedio europeo, refleja un cambio cultural significativo en el mercado mexicano.
Este crecimiento ha sido impulsado por una mayor apreciación del vino como una bebida sofisticada, así como por los logros internacionales de etiquetas mexicanas.
Cabe señalar que, entre los hitos más destacados, un vino blanco mexicano obtuvo la máxima presea en su categoría en el 13º Concours Mondial de Bruxelles, y el Don Leo Cabernet Sauvignon Reserva fue reconocido como el mejor Cabernet del mundo en el Concours International Des Cabernets.
Producción nacional y retos
En México, 16 estados producen vino, siendo Baja California, Querétaro, Guanajuato y Coahuila los líderes de la industria. Otros estados como Aguascalientes, San Luis Potosí y Chihuahua están emergiendo con fuerza, apoyados en algunos casos por iniciativas estatales.
Democratización del vino
Vid Mexicana, una plataforma especializada en la comercialización de vino, ha jugado un importante papel en la popularización del producto nacional. Luis Gómez explica que la iniciativa surgió hace una década para cerrar la brecha entre consumidores y productores, ofreciendo una experiencia accesible y amigable para quienes buscan adentrarse en el mundo del vino.
Con un catálogo que incluye más de 3 mil etiquetas, de las cuales mil 600 son mexicanas, la compañía se ha consolidado como una tienda omnicanal. Su presencia abarca desde su tienda en línea hasta marketplaces como Amazon y Walmart, así como ventas directas y en centros de consumo.
Perspectivas de la industria
No obstante, con iniciativas como Vid Mexicana y el reconocimiento global de las etiquetas nacionales, el panorama para el vino mexicano parece prometedor.