En diversas etapas se encuentra el proceso de eliminar gradualmente los autos de gasolina y diésel en una fecha concreta.
Hasta 2024, 60 países habían fijado objetivos, firmado compromisos o anunciado planes de la prohibición. Lo anterior es una medida que los especialistas del clima consideran absolutamente necesaria y vital para que las naciones alcancen un nivel neto de cero emisiones de carbono.
Europa es la zona con más prohibiciones en desarrollo; la Unión Europea aprobó a principios de 2023 una ley que impedirá la venta de modelos con motor de gasolina en sus estados miembros a partir de 2035. Desde entonces, se han producido muchas idas y venidas.
Para Alemania (así como Italia, Rumanía, Bulgaria, República Checa y Hungría), la ley fijaba un primer plazo para la venta de coches con motor de gasolina. En un movimiento que la CNN calificó de extraordinario, el país conocido por su industria automovilística encabezó una iniciativa presionando para que se dejara un resquicio a los combustibles sintéticos antes de la adopción definitiva de la nueva normativa.
Varios estados de la Unión Europea ya habían adoptado anteriormente la eliminación progresiva de los coches de gasolina y han fijado plazos aún más estrictos. Países Bajos, la región belga de Flandes, Suecia, Grecia y Eslovenia pretenden poner fin a la venta de coches de gasolina incluso antes, entre 2029 y 2031. El único país que lo supera es Noruega, donde cerca del 80% de los coches nuevos que se venden son totalmente eléctricos y está previsto que el 100% lo sean en 2025.
Sri Lanka ha fijado los objetivos más ambiciosos de todos: no solo prohibir gradualmente la venta de coches nuevos de gasolina, sino vedar totalmente la circulación de automóviles, tuk-tuks y motocicletas con motor de combustión de aquí a 2040.
Para algunos países más pequeños que carecen de fabricantes de automóviles propios o de sus filiales, la eliminación progresiva de los coches de gasolina puede resultar más fácil de aplicar en algunos aspectos.