Para la industria de las cámaras y equipos fotográficos, el auge de la fotografía con smartphones ha tenido efectos devastadores. Según CIPA, Camera & Imaging Products Association, los envíos de cámaras a nivel mundial cayeron un 93% entre 2010 y 2022, anulando décadas de crecimiento.
El fuerte descenso se debe principalmente a la caída de los envíos de cámaras digitales con lentes integradas, el tipo de dispositivos que los fotógrafos ocasionales solían utilizar antes del auge de la fotografía con smartphones.
En 2022, los miembros de la CIPA -como los fabricantes de equipos fotográficos OM Digital Solutions, Canon y Nikon- distribuyeron más de 2 millones de cámaras con lentes integradas, frente a los casi 109 millones de 2010.
Por otra parte, como muestra el gráfico basado en datos de la macroencuesta Statista Consumer Insights, la proporción de propietarios de cámaras digitales ha disminuido en todo el mundo en los últimos años y, probablemente, aún más el número de usuarios.
Por ejemplo, en México, el 47% de los encuestados declararon tener una cámara digital en 2018/2019. Cuatro años después, el porcentaje descendía hasta el 33%. Un descenso aún mayor se ha producido en Estados Unidos, donde el porcentaje de personas que poseen una cámara digital se ha reducido 22 puntos porcentuales.
En los últimos años, las cámaras de los teléfonos inteligentes en general –y no solo las de aquellos de gama alta– han mejorado mucho. Tanto, que la mayoría de la gente ya no ve la necesidad de comprar o llevar consigo una cámara.
Aunque los profesionales y los entusiastas de la fotografía probablemente obtengan mejores resultados utilizando cámaras y objetivos de alta gama, los smartphones modernos hacen fotos que suelen cumplir con las exigencias del consumidor medio.