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El alquiler de cuatro barcos, conocidos como terminales flotantes de GNL, son parte de una gran estrategia ante la amenaza rusa.

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Durante el Foro de Davos, el primer ministro de Alemania Robert Habeck, fue el único líder que marcó una pauta a favor de la libertad en Ucrania y también fue el único país que se decidió a no permitir el asedio del gobierno de Vladimir Putin.

Pero la estrategia se desarrolló desde hace años, de la mano de la ex canciller Angela Merkel. En este sentido, la energía barata, especialmente el gas natural, ha sido esencial para la competitividad de la economía alemana, pero ahora hay cambios para Rusia.

Durante los 16 años de Merkel como canciller, mientras Putin se volvía más agresivo, la ex funcionaria hábilmente apoyó la construcción de dos gasoductos entre Alemania y Rusia, los Nord Stream 1 y 2.

Además, sus gobiernos también aprobaron dos grandes compras después de que Putin invadiera Ucrania por primera vez y se anexionara Crimea en el 2014.

 

El gigante ruso Gazprom PJSC adquirió la mayor instalación de almacenamiento de gas de Europa, y el productor de petróleo controlado por el gobierno ruso Rosneft adquirió una participación mayoritaria en una de las mayores refinerías de petróleo de Europa, ambas en Alemania.

 

En las 11 semanas transcurridas desde el inicio de la guerra, el gobierno alemán ha afirmado que la dependencia del país al carbón, el petróleo y el gas rusos se ha reducido al 8%, 12% y 35%, respectivamente.

El pasado 23 de marzo, la comisión de Industria, Investigación y Energía de la Unión Europea (UE) solicitó el procedimiento de urgencia (artículo 163) para acelerar la reposición de las reservas estratégicas de gas en Europa, de modo que haya suficiente suministro tanto para hogares como empresas el próximo invierno, bajo el contexto de la invasión rusa de Ucrania.

Y el día 19 de este mes, se dio luz verde a la aprobación de este reglamento en el que se establece que el almacenamiento subterráneo de gas en territorio de los Estados miembros debe llenarse al menos hasta el 80% de su capacidad antes del invierno de 2022/2023 y hasta el 90% antes de los siguientes periodos invernales, llegando incluso a contabilizar las existencias de gas natural licuado (GNL) o de combustibles alternativos almacenados en las instalaciones.

 

 

Alemania además cuenta con las llamadas unidades de flotación, almacenamiento y regasificación (FSRU), que son planas en barcos que abastecen a un mercado que demanda gas como fuente principal de energía, desde sitios que no permiten la instalación de una planta en tierra, acortando radicalmente los plazos de instalación.

Los barcos dan una rápida respuesta ante un posible aumento de demanda de gas en zonas que no cuentan con sus propias instalaciones de regasificación.

Parte de la estrategia de Merkel fue el alquiler de cuatro barcos gigantescos, conocidos como terminales flotantes de GNL, que podrían entrar en funcionamiento en cuestión de meses.

 

/Con información de El Economista de México y El Economista de España/