La industria restaurantera a nivel global ha sido una de las más afectadas durante la pandemia derivada del COVID-19. Por lo que se estima que cerrarán cerca de 2.2 millones de restaurantes en el mundo, refirió la firma consultora Aaron Allen & Associates. Mientras que la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados (CANIRAC) señaló que en México, más de 30 mil restaurantes tuvieron que parar sus operaciones como parte de las medidas para reducir la velocidad de contagios.
Así, se espera una pérdida de al menos 300 mil empleos al término de los días más difíciles de la pandemia, debido a que más del 95% de unidades económicas han tenido que cerrar, por presentar caídas de hasta 90% en las ventas. Y si bien se han implementado medidas de subsistencia, como la entrega a domicilio y el énfasis en pedidos para llevar, los negocios que han sobrevivido están tomando acciones para arrancar actividades; como conocer los protocolos señalados por las autoridades.
El Aprende Institute refirió que al momento, no existe evidencia de transmisión del virus a través de los alimentos, aunque por sanidad, es importante que los encargados de la preparación y manipulación de los mismos estén prevenidos y cumplan con el protocolo de buenas prácticas higiénicas en todos los niveles.
Añadió que algunas de las acciones que los dueños de negocios deberán realizar y ser comunicarse a los comensales para generar confianza, certidumbre y garantía, incluyen la disminución de aforo, asistencia con cita previa, los montajes de servicios de mesa delante del cliente. Así como el protocolo de higiene y desinfección constante, el uso de gel antibacterial, personal de cocina con equipo de protección, preparación de alimentos a la vista del cliente y eliminación de elementos no necesarios, como servilleteros, acrilicos y decoraciones.