A raíz de la pandemia de Coronavirus, Grupo Inditex −fundado por el empresario y filántropo Amancio Ortega− se enfrentó a los retos de muchas otras compañías: El incremento de solicitudes de ventas online, una caída en sus ingresos y la búsqueda para el ahorro de costos.
Tras la crisis económica que estalló en 2007, Inditex supuso un punto de inflexión al entrar en la recesión con una facturación de 9 mil 435 millones de euros y un beneficio de mil 258. Para 2013, sumaba ya ventas por 16 mil 724 millones y un resultado de 2 mil 377, es decir, un aumento del 90 por ciento. Lo anterior, se vio impulsado gracias a una fuerte expansión del grupo, que en un periodo de seis años abrió 2 mil 649 tiendas, desembarcó en 19 mercados e implementó el servicio en línea en 27 países.
En ese entonces, la firma salió de la recesión como un líder sólido del mundo del retail y el fast fashion. Hoy, casi siete años después, el grupo −ahora presidido por Pablo Isla−,se enfrenta a una nueva crisis causada por el Covid-19 que ha puesto a prueba al sector textil como nunca se había visto tras un cierre global de tiendas durante más de dos meses y un inevitable desplome de ventas.
En la búsqueda por reducir el contacto físico para evitar la propagación y contagios de Covid-19, han llevado a los consumidores a entrar en nuevos canales de compra-venta. Inditex cerró el año pasado con 3 mil millones de ventas digitales, 14% del total de éstas. En cuanto a ventajas, podría derivar en más eficiencia por la guía del volumen; hablando de contras, habría mayores costos de no articularse una buena gestión de logística inversa.
Lo anterior, puede verse reflejado en que las empresas están apostando por un nuevo modelo de devoluciones en tienda ante un cliente acostumbrado a comprar cinco prendas y devolver cuatro. A la larga, el precio y presión se verían reflejados en los costos de envíos y devoluciones.
Por otro lado, a nivel mundial, Inditex tiene más de 7 mil 500 tiendas en todo el mundo y desde siempre ha sido pionero en el desarrollo de un modelo de stock único y en el desarrollo de estrategias para tiendas, cerrando pequeños locales en lugares secundarios para abrir flagships en grandes calles y avenidas.
Desde siempre, Grupo Inditex se ha mostrado abierto a adoptar distintos roles además de puntos de venta físico, por lo que, de apegarse a un nuevo modelo en línea, la última milla para Inditex estaría llegando a su fin, pues si cada tienda se convirtiera en un almacén para repartir en zonas cercanas, abaratarían los procesos y costos, además de que implicaría nuevos puestos de trabajo y tecnologías que ayudaran a gestionarlo.
Este miércoles, la firma presentará sus resultados del primer trimestre (febrero-abril) de su año fiscal.