Realizar una buena elección de color para cada espacio de la casa es una tarea difícil, pues al tener en cuenta la variedad de estilos decorativos que existen, siempre cabe preguntarse: ¿cuál será el más adecuado para cada habitación de la casa? Y, ¿cómo es posible integrar todo ello en un estilo que satisfaga por completo el gusto personal de la gente?
Para responder a éstas preguntas y facilitar la elección de los colores para dar un estilo único a la casa, es necesario conocer algunos de los elementos básicos sobre el color en el diseño de interiores; por lo que a continuación se presentarán algunos de los factores que son importantes a considerar.
El primer aspecto que hay que tener en cuenta antes de elegir el color de una habitación, son los detalles que hay en ella: las dimensiones, la altura, el estilo y color de los pisos; el color y el material de las puertas y los marcos, las ventanas y los marcos de éstas, la iluminación, el color de las habitaciones aledañas, e incluso, si ya se tienen muebles, el estilo de éstos. Ya que finalmente, el color que se destine a ese cuarto, se verá afectado por todos los elementos que en él se encuentran y es necesario concebir de antemano como se verá todo en conjunto.
El segundo aspecto de gran importancia al momento de elegir un color para la casa es hacer una buena elección de la pintura, ya que ésta es la que recubrirá las paredes y les dará diferentes tonalidades y matices al color; en este sentido, se recomienda comprar una pintura de buena calidad debido a que de este modo se garantiza que se fije el color con menos manos y permanezca en buen estado por más tiempo.
La importancia de la pintura para la decoración radica en que ésta ofrece una amplia gama de posibilidades para ambientar una habitación, entre las cuáles está el tipo de pintura y la técnica con la que se aplica; ya sea de forma lisa, uniforme, con efectos de esponjado o trapeado, o en combinación con uno o más colores.
Se puede hablar dos tipos de pintura: las pinturas de agua, donde se encuentran las de látex que se utilizan normalmente en las paredes; y las pinturas de aceite, en las que se encuentran los esmaltes que son utilizados para muebles o materiales metálicos. De éstas, se pueden obtener distintos tipos de acabado en el color: ligeramente satinado, mate o brillante. Las pinturas que producen un efecto satinado, ofrecen un aspecto de gran elegancia al color de las paredes, son menos propensas a ensuciarse y pueden encontrarse tanto en pinturas de agua como en pinturas de aceite; no obstante, es importante tener en cuenta que este tipo pinturas pueden recalcar alguna imperfección de la pared y sólo se aconsejan si el muro en el que son aplicadas tiene las características necesarias para darle ese efecto.
Las pinturas mate son las más comunes para muros de yeso debido a que ocultan muy bien cualquier imperfección de la pared. La ventajas de éstas mate es que no son tan caras como las pinturas satinadas y pueden utilizarse como base para toda la casa. Finalmente, las pinturas brillantes son aquéllas pinturas de aceite que suelen utilizarse en aberturas, maderas, techos de baño y metales, son muy prácticas al ser fácilmente lavables y muy resistentes al agua, sin embargo, carecen de un buen nivel decorativo.
Respecto a las diversas técnicas que se pueden aplicar en la pintura para resaltar o matizar el color se encuentran: la pintura lisa, la cual aporta un bello acabado limpio e uniforme en la pared que sea aplicada; el estarcido, que es la técnica en la cual se utiliza una plantilla como molde para calcar una forma que se quiera representar en la pared; las pátinas en las que se logra que un muro u objeto se vea antiguo resaltando los relieves; el esponjeado, en el que se golpea suavemente una superficie con una esponja para combinar dos o más colores y se obtenga un efecto de textura en la pared; y el espatulado, con el que se realizan trazos de pintura con la espátula para dar relieve al color.
Después de que se hayan observado las características de la habitación que se va a pintar y se haya seleccionado el tipo de pintura que se va a utilizar, es necesario elegir correctamente el color que se aplicará a cada habitación y eso dependerá, del gusto de cada persona, del estilo que quiera dar a la habitación, de la finalidad que ésta tenga, ya sea cocina, comedor, habitación o estancia, así como de la cantidad del tiempo que se estará en ella al día.
Lo más importante al momento de seleccionar el color de una habitación es lograr la armonía entre los elementos del cuarto y el color de la pintura. Esto se puede lograr a través de elegir correctamente la combinación de colores y el lugar adecuado para colocarlos.
En una habitación se pueden hacer grandes cambios con el modo en el que se coloca el color; si se utiliza sólo uno, en el caso que se quiera dar un aspecto más conservador a la casa, se recomienda que éste sea un color que ya está presente en la casa o en algún elemento de la habitación, con eso, combinara con ese elemento y a su vez contrastará con los otros muebles de la habitación. Si se eligen dos colores, esto se puede hacer a través de alguna de las técnicas de esponjeado o estarcido, o a utilizando pintura lisa, destinando uno de los muros de otro color, por ejemplo, pintando la pared principal o aquélla con algún relieve de un color brillante para contrastar con el tono base de la habitación. Si se busca renovar la decoración de un cuarto en el que ya se tenían ciertos muebles, se aconseja que el color de la pintura combine con los muebles haciéndolos lucir; por ejemplo utilizando un color claro si se tienen muebles oscuros de madera y hierro, o empleando un color fuerte cuando los muebles tienen colores claros, este tipo de técnicas finalmente darán un acabado bello, contrastante y elegante.
La paleta de colores con la que podemos jugar, puede dividirse de la siguiente manera según su similitud de tono: colores cálidos, entre los que se encuentra el amarillo, ocre, beige, distintas tonalidades de rojo, naranjas y rosas, estos generan ambientes vivos, brillantes, luminosos y energizantes. Colores fríos que abarcan los azules y verdes, caracterizados por producir un ambiente de concentración, tranquilidad y relajación. Colores neutros como el blanco, el crema, el gris y el negro que pueden combinarse con cualquier otro color para contrastar o darle un ambiente distinguido a la habitación. Por último tenemos los colores de temporada, entre los que se encuentra el arena, el rojo, el color chocolate, naranja, fucsia, frambuesa, verde pistache, violeta y lavanda, que dan un aspecto moderno, casual y atrevido a cada espacio.
Normalmente estos colores se combinan con los de su propia clasificación, sin embargo, hoy en día se está perdiendo el miedo a arriesgarse a combinar y contrastar colores fuertes con claros o cálidos con fríos, esto finalmente depende del gusto de cada persona y del estilo que se quiera dar a la casa.
Una de las cosas principales y más importantes a la hora de elegir el “color correcto” es, es que vaya acorde a nuestra personalidad y a la habitación que ocupará. El color que elijamos está influenciado por nuestra cultura, experiencia, personalidad y estilo de vida. Así que la relación de cada individuo hacia el color, será siempre única e irrepetible.
Un buen tip es tener a la mano una paleta de colores para ayudar a relacionar entre diferentes tonalidades. Basándose en los colores primarios como son el rojo, el azul y el amarillo, que al combinarse dan como resultado los colores secundarios; naranja, verde y purpura. Si comienza de esta manera se podrá crear un ambiente balanceado, limpio, brillante y elegante.
A continuación se presentará una descripción del posible uso de algunos colores, así como su connotación y combinación.
Aplicaciones de color
El negro es conocido como un color triste, oscuro y no común para interiores, pero si lo empleamos adecuadamente sobre los muros de un cuarto pequeño combinado con un tono claro de piso y techo, dan como resultado un drástico contraste pero balanceado. Imaginemos un pequeño baño con muros negros; muebles y accesorios blancos, incluyendo puertas y ventanas, con algunos acentos en plata o dorado el resultado es un baño muy chic o stylish fuera de lo común.
El rojo conocido por extrovertido, poderoso y vital pero a la vez con un efecto relajante, puede ser usado para exteriores e interiores. Es recomendable no utilizarlo en los 4 muros de una recamara, ya que traería mucho peso a la hora de descansar, pero en un cuarto estudio o en la sala en tonos pálidos, merlot o plumy red darían elegancia al cuarto.
El rosa conocido como un color sólo para “mujeres”, desde hace algunos años nos ha demostrado tanto en el diseño de interiores como en el textil que no lo es, pues en realidad puede ser usado para resaltar muros tanto en exteriores como interiores, dando un toque exótico y una sensación de felicidad a la hora de mirarlos.
El naranja da sensación de calidez, es un color que invita al llegar a casa. Es recomendable para recámaras por su intensidad amigable. En la cocina también es un excelente lugar para emplear este acogedor color.
El amarillo estimula gracias a su brillo y energía. Es un color que al igual que el rojo y el naranja va bien en interiores y exteriores. Además, estos tres son colores típicos de la cultura mexicana, por lo que su uso tendrá un sentido tradicional con un toque especial. Es recomendable para habitaciones donde se espera recibir a varias personas, como la sala.
El verde es un color esencial e indispensable a elegir en interiores. Es un color neutro que relaja y brinda confort. Además de ser elegante si se elige en tonos olivas o tonos pálidos combinados con muebles oscuros. Puede ser utilizado tanto en recamaras como en áreas públicas de la casa. Para el cuarto de niños funciona perfecto aunque en tonos más vivos.
El azul es uno de los colores más populares para interiores en el hogar ya que es un color fresco pero nunca frío. Es utilizado comúnmente en recamaras para brindar sensación de descanso, calidez con un toque de sofisticación. Para recamaras es recomendable en tono suaves, y para el cuarto de niños en tonos vivos. Para habitaciones de adultos funciona perfectamente en tonos pálidos y grises.
El café es comúnmente empleado en materiales y no en muros, pero si se analiza su vitalidad, funciona perfecto para resaltar muros. Generalmente se utiliza en oficinas o cuartos estudios, por brindar seriedad y elegancia a la vez.
El blanco en los últimos años se ha empleado más como un elemento para limpiar y ampliar visualmente un espacio. Pues es bien conocido que la simplicidad proporciona elegancia, por lo que este color es un básico indispensable dentro del hogar, y no necesariamente hay que limitarse a un blanco pálido, pues para brindar un ambiente más cálido se pueden elegir tonalidades un tanto cremas o grises, que también sirven para aclarar espacios en combinación con otros colores. Básicamente se emplea en techos y bordes, puertas o ventanas.
El gris es un color que se caracteriza por su elegancia, tanto en colores fuertes como el gris rata que combina a la perfección con muebles claros o metálicos; al igual que gris pálido satinado que puede ir en combinación con colores oscuros como el azul marino.
El vino siempre ha sido el color de la realeza, y como tal, da un aspecto distinguido y elegante a cualquier habitación en la que se utilice. El vino al ser un color un tanto oscuro, se aconseja utilizarse sólo en algunos muros para resaltar algunos aspectos de la habitación.
El rosa mexicano es un tono que pocos se atreven a elegir para su casa, sin embargo, si sabe combinar adecuadamente con blancos y negros puede convertir al comedor en un sitio con un perfecto fashion style.
Por último, siempre es esencial, al diseñar o rediseñar una habitación recurrir a segundas opiniones, sin olvidar nuestros instintos, y antes de elegir el color apropiado, visualizar el espacio como un todo, incluyendo todos los elementos como si fuera una fotografía; pues si logramos integrar un estilo que nos agrade en todas las áreas de la casa, ésta nos invitará a disfrutar en cada espacio la mayor comodidad y satisfacción. De igual manera, recordar la funcionalidad del espacio, el tiempo empleado en él, y la sensación que queremos experimentar ahí, son todos los elementos necesarios para escoger el “Color correcto”.