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La arquitectura actual no necesariamente debe tender al modernismo, pues su virtud más pura es la atemporalidad.

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La arquitectura actual no necesariamente debe tender al modernismo, pues su virtud más pura es la atemporalidad.

Una residencia o un espacio de lujo va más allá de exponer y motivar ejemplos de lo que consideramos lujo, pues nuestra experiencia y valores nos han enseñado que la arquitectura se logra a través de elementos que superan a la idiosincrasia y tendencia del momento.

La categoría y los valores son el espacio mismo, es lo que nosotros llamamos nuestra materia prima, pues son las dimensiones y proporciones las que hacen ser y vivir el espacio, “la arquitectura” y su riqueza. No existen fórmulas ni recetas; es arte, producto de la sensibilidad de concebir al hombre en su dimensión y en su convivencia en el espacio, que permite el acto humano que no es más que la comunión de materia y espíritu que se vive por medio de los sentidos.

El arte de la arquitectura asume todo con una experiencia única, de un sitio que exalta la admiración por la naturaleza de nosotros mismos y lo creado.

 

Arq. Juan Pablo Serrano Orozco.<br />Socio fundador del despacho Serrano-Monjaraz Arquitectos
Arq. Juan Pablo Serrano Orozco.
Socio fundador del despacho Serrano-Monjaraz Arquitectos

 

Arq. Rafael Monjaraz.<br />Socio fundador del despacho Serrano-Monjaraz Arquitectos
Arq. Rafael Monjaraz.
Socio fundador del despacho Serrano-Monjaraz Arquitectos

 

 

CONSTRUIR UN ESPACIO DE LUJO ES ARTE,  PRODUCTO DE LA SENSIBILIDAD Y EXPRESIÓN DEL ESPÍRITU HUMANO. 

 

Más que hablar de lujo o diferenciar un espacio de lujo, distinguiría la categoría, y ésta se obtiene con el espacio, sus dimensiones y las proporciones, de la mano con los materiales con los que está construido, el equilibrio entre ellos, los cuales imprimen calidad y belleza.

Por ello, las características en el concepto del diseño han sido basadas en un nuevo estilo de vida donde se privilegia la calidad, no la cantidad y la representancia social (conforme al concepto acuñado por Freud). El carácter de un espacio más auténtico para ser vivido día a día, con mucha integración de luz natural y una convivencia de interior-exterior.

Precisamente ese espacio se privilegia en la vida social o íntima a través de la escala y proporciones del espacio mismo. Es el elemento fundamental de la arquitectura para expresar las sensaciones, el acto humano, la relación materia y espíritu.

En particular, los espacios abiertos son una expresión de la voluntad de vivir más en la naturaleza y poder gozar con los sentidos, una extensión de espacio interior – exterior. Sin embargo, la iluminación es un elemento importante, pero no debe protagonizar ni enaltecer el diseño, debe ser auténtica, con elegancia y categoría. Debe fundirse con la arquitectura, respetando el ambiente, pues siempre la luz y sombra del sol y la luna es la que sorprende y conmueve.

 

El estilo no suma elementos al azar, sino que establece un carácter y le da vitalidad para ser un espacio diario. 
El estilo no suma elementos al azar, sino que establece un carácter y le da vitalidad para ser un espacio diario. 

 

Los elementos fundamentales que debe tener un diseño arquitectónico ya los mencionamos, pero más allá de ellos, es el carácter y la personalidad de expresar ser único, propio de quien lo vive donde existe un apego emocional que transmite valores estéticos, por su expresión propia, donde no falta ni sobra nada.

Y para alcanzar el balance perfecto entre confort, belleza y elegancia, esto se logra a través de ser auténticos y encontrar un diálogo, pues la belleza debe tener un equilibrio en donde todos los valores destacan siendo únicos en un todo.

Es importante destacar que los aspectos modernistas no necesariamente se deben destacar o combinar, pues la atemporalidad de la arquitectura es una cualidad suprema y el tiempo es el más crítico y veraz testimonio de una buena obra; su categoría resulta de dominar la sobriedad como un valor auténtico de estética.

Finalmente, el tema de la sustentabilidad aplica a todo tipo de espacio construido, es parte de una cultura que cada vez nos hace más conscientes de la responsabilidad de preservar la naturaleza y obtener un balance en nuestra forma de vivir en todos los ámbitos en respeto de un equilibrio sostenible.

 

Los valores estéticos se conjugan con auténticas expresiones de la <br />personalidad para crear un balance atemporal y confort sustentable.
Los valores estéticos se conjugan con auténticas expresiones de la
personalidad para crear un balance atemporal y confort sustentable.

 


Texto:Juan Pablo Serrano / Rafael Monjaraz

Foto: Jaime Navarro / Serrano-Monjaraz Arquitectos