En Querétaro aún se puede gozar de la vida tranquila de provincia pero con los beneficios y estilo de vida de una ciudad moderna.
Incrustado en el corazón del territorio nacional, justo ahí donde el agua cae entre la hojarasca y los manantiales de la Sierra Gorda, se encuentra Querétaro: “el lugar de piedras grandes o peñascos”, para los purépechas, o la “isla de las salamandras azules”, para los poetas del lugar. Cobijado por los vientos de la región centro-norte de México y arropado por San Luis Potosí, Hidalgo, Michoacán, Guanajuato y el Estado de México, esta demarcación forma parte de los 32 estados federativos que conforman la República Mexicana.
Desde su centro histórico, declarado Patrimonio Mundial por la Unesco, hasta los arcos de su acueducto que se pierden en el horizonte, esta joya del Bajío ofrece un sinfín de atractivos capaces de enamorar los sentidos de cualquiera; solo basta hacer un repaso por sus municipios: Amealco de Bonfil, Arroyo Seco, Cadereyta de Montes, Colón, Corregidora, El Marqués, Ezequiel Montes, Huimilpan, Jalpan de Serra, Landa de Matamoros, Pedro Escobedo, Peñamiller, Pinal de Amoles, San Joaquín, San Juan del Río, Tequisquiapan y Tolimán, para reconocer su belleza arquitectónica, gastronómica, cultural y artística.
Partiendo de su capital, Santiago de Querétaro, el zócalo es una parada obligada. Y es que la catedral (antes llamada antiguo Oratorio de San Felipe Neri) ofrece un recorrido histórico a través de sus muros edificados entre 1786 y 1804, los cuales colindan con una veintena de construcciones de tendencia colonial, entre los que destacan la Casa Ecala y el Templo de Santa Rosa de Viterbo, considerado éste último como la expresión máxima del barroco queretano del siglo XVIII, y que solo puede ser ignorado para contemplar la Casa de la Corregidora, conocida hoy como el Palacio de Gobierno de la ciudad.
Hacienda Los Laureles.
Amplia gastronomía
Entre las paredes multicolores de la calle 5 de mayo, se aprecia un desfile de comercios capaces de seducir el paladar del más exigente. Basta agudizar el olfato para reconocer el sazón de unas enchiladas queretanas, un plato de frijoles acompañado por nopales en su penca o el ya clásico pollo del huerto; sin embargo, lugares como Biznaga Restaurante, Fin de Siglo, La Mariposa, La Cenaduría San Blas o La Antojeria de la Casona de los 5 Patios ofrecen en cada cucharada un pedacito de historia, misma que se puede saborear en el espesor de una sopa queretana o un buen tarro de pulque de la región.
La gastronomía es amplia, por lo que los restaurantes de comida tradicional son sumamente atractivos, pero también los son restaurantes de comida internacional, por ejemplo II Duomo, L´Ostería, o Mochomos, entre otros.
Si una buena natilla hecha con leche de cabra no es suficiente como postre, el entretenimiento de la demarcación funge como aperitivo ideal; pues el estadio de la Corregidora y el Teatro de la Ciudad garantizan espectáculos deliciosos para disfrutar de un día lleno de emociones, mismo que puede terminar con una larga caminata hacia el acueducto, la Alameda, la Plaza de Armas o la Fuente de Neptuno.
Aventuras
Respecto a la aventura, un recorrido senderista hasta el Cerro de las Campanas, la Fuente del Marqués, la Casa de los Cinco Patios o la Casa de San Bartolo (el inmueble más viejo del lugar) hace de los pulmones una bóveda de suspiros; los cuales se llenan de nostalgia apenas se contempla la ciudad desde El Mirador o desde El Cerrito, la única pirámide de Querétaro que hace juego con la Zona Arqueológica de las Ranas y Toluquilla.
Como si algo le hiciera falta a la belleza de la capital queretana, sus municipios cuentan con seis Pueblos Mágicos de belleza indescriptible: Amealco, Cadereyta, Jalpan, San Joaquín, Tequisquiapan y Bernal; este último, cuna de la Peña de Bernal: un espacio natural ubicado en el municipio de Ezequiel Montes, aproximadamente a una hora de la ciudad de Querétaro. Este lugar destaca por su imponente monolito, considerado el tercero más grande del mundo y que, además, vigila desde el firmamento la vida de un pueblo apegado a las tradiciones de provincia.
Escalar los riscos de la Peña exige el uso de un equipo adecuado y la compañía de un profesional en el alpinismo; por ello, se invita a los visitantes a realizar recorridos menos riesgosos, como el que se encuentra más hacia el sur, a las faldas de la Sierra Gorda, entre las aguas del Río Escanela en el municipio de Pinal de Amoles, donde se oculta entre un paisaje boscoso el Puente de Dios y el Cañón de la Angostura.
Mochomos.
Vida nocturna.
Así como las burbujas suben al recorrer en lancha la Presa de Jalpan de Serra o Laguna de Servín de Amealco, el cielo queretano invita a despegar los pies del suelo a bordo de un globo aerostático sobre el pueblo Tequisquiapan: lugar que ofrece paisajes boscosos que se rompen como espuma en las faldas montañosas.
Ya sea por cielo o tierra, las características geoclimáticas de Querétaro, no solo ofrecen atracciones naturales o históricas, pues este entorno ha permitido desarrollar dos fincas vitivinícolas donde se pueden degustar excelentes vinos mexicanos: Cavas Freixenet y Viñedos La Redonda son solo dos ejemplos. Ambos sitios ofrecen recorridos interactivos que incluye la visita a otros lugares emblemáticos de la región.
El Roble.
Open Kitchen.
Movilidad
Debido a su cercanía con la Ciudad de México y el corredor comercial del Bajío, Querétaro ofrece una inversión equilibrada en tiempo y dinero. De igual manera, la movilidad no es factor de estrés, pues sus carreteras ofrecen un traslado eficiente. Tan solo de la Ciudad de México, el tiempo de traslado es de entre dos horas y media a tres horas aproximadamente, mismas que se pueden recorrer en auto, autobús o a través de la aplicación de transporte compartido ‘Bla-Bla Car’.
De igual manera, su terminal de autobuses y el Aeropuerto Intercontinental de Querétaro (AIQ) ofrecen conexiones con sus municipios en diferentes rangos de precio, dependiendo del nivel de comodidad que se desee. El transporte local es de gran apoyo o, si se prefiere, se puede hacer uso del servicio de Cabify o Uber que, además de ofrecer movilidad por todo el estado, cuentan con presencia en Aguascalientes, Celaya, Guanajuato, Irapuato, León, Salamanca, San Miguel de Allende, San Luis Potosí y Zacatecas, demarcaciones colindantes desde donde se puede iniciar o terminar un viaje. En cuestiones de alojamiento, se pueden encontrar los hoteles de cadenas reconocidas, hasta cabañas u hostales, cálidos y hogareños, que pueden localizarse a través de plataformas digitales como Airbnb, Trivago, Booking u Hoteles.com.
Ya sea por placer o negocio, Querétaro es un destino obligado a recorrerse: desde su Zócalo hasta Juriquilla, este tesoro del Bajío cuenta con lo necesario para cautivar a propios y extraños. Por si fuera poco, la innovación del lugar y su potencial económico, hacen de esta región una tierra fértil para la inversión. Resumido entre las líneas de su historia y bajo el canto se su himno, Querétaro es: “prosodia de blasones y verbo que se conjuga con poesía”.
El Aeropuerto Intercontinental de Querétaro (AIQ) ofrece conexiones a diferentes destinos.
Texto Axel Bárcenas
Foto: haciendaa viborilas / hacienda los laureles / mochomos / radio y pasion / el roble / 52.60 OPEN KITCHEN / dtn