En este número:
Editorial
La inversión en infraestructura ha cobrado un sentido estratégico para la economía mexicana, no en balde para este año y de cara a la recesión que se avecinaba, fue el pilar del programa anticíclico del presidente Calderón.
Sin embargo, independientemente de la coyuntura, de que se resuelvan los problemas de acceso a financiamiento por la crisis internacional, lo importante es ver a largo plazo.
Una vez que se ha hecho un gran trabajo en implementar un programa sexenal, sería muy bueno que luego del ejemplo que siguió el Presidente Calderón en no cambiar la política de vivienda, sino continuarla y fortalecerla, será muy positivo que en materia de infraestructura también se vuelva una política transexenal, sin importar quién vaya a ser el próximo Presidente ni de qué partido.
Asimismo, al igual que se creó un organismo rector de la política de vivienda, la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi), sería muy adecuado que se cree una Comisión Nacional de Infraestructura, porque ahora varias dependencias intervienen en ello pero ninguna es rectora de la política a instrumentar, lo mismo participa la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), seguramente la Secretaría de Energía (Sener), el Fonadin que a su vez depende de Banobras, etc. Asimismo, debemos trabajar para eliminar los cuellos de botella que se presentan, tanto en trámites como en permisos, como en la burocracia que se ejerce. De igual manera, esto debe permear no sólo a nivel federal, sino en el ámbito estatal y municipal.
Hay un gran consenso de que el Programa Nacional de Infraestructura (PNI) fue un gran acierto de la actual administración y se realizó un gran avance, porque participaron diversos organismos, pero hay que perfeccionarlo, hay que escuchar a los empresarios para hacerlo más ágil y enriquecerlo con sus experiencias.
Si bien la inversión extranjera en México siempre ha sido bienvenida, debemos establecer una política para fortalecer a nuestras empresas e instituciones financieras. Debemos apoyar a las empresas mexicanas que le han apostado a la infraestructura, chicas, medianas y grandes, para que se fortalezcan y tenga un mejor soporte el crecimiento, para que sean cada vez más competitivas.
La inversión en infraestructura es prioritaria y ya no puede esperar más, es urgente que como país México invierta cada vez más en ello porque solamente así irá recuperando terreno en cuanto a su competitividad mundial.
Por otra parte, en la presente edición también no ocupan los Centros Comerciales, ese segmento del mercado inmobiliario que venía de un crecimiento muy acelerado pero la crisis lo hizo moderar su camino. No se ha dejado de invertir, pero se está haciendo a un ritmo más moderado e incluso hubo un reacomodo de inversiones con el retiro de algunos fondos de inversión y el ajuste de desarrolladores locales.
Los Centros Comerciales en México se han transformado y ahora no sólo ofrecen autoservicios y departamentales, ya son sin duda un lugar de esparcimiento que buscan las familias mexicanas cada vez más.
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