Durante la última década, las marcas de hoteles de lujo han duplicado su presencia en nuestro país.
Se suma a lo anterior que, el valor de mercado de la industria de lujo a nivel mundial es de 107 mil millones de dólares y se espera que durante los siguientes cinco años crezca a una tasa anual compuesta de 7.9%, para alcanzar los 157 mil millones para 2029. Esta expectativa se da a partir de diversos factores, incluyendo el auge de la industria de los viajes y el turismo, los cambios en el nivel de vida y el aumento en el poder adquisitivo.
Dicho crecimiento representa también una oportunidad para que nuestro país fortalezca su posicionamiento en este nicho. No obstante, definir el lujo, tanto en el hospedaje como en los servicios que lo acompañan, se torna cada vez más complejo.
El nuevo significado del lujo
Tradicionalmente, la palabra lujo ha sido un distintivo que separa a los establecimientos ordinarios de los extraordinarios. No obstante, el cambio generacional ha reconfigurado las expectativas alrededor de este adjetivo. Hoy en día ya no hace alusión exclusivamente al precio o la opulencia, sino a una serie de elementos que reflejan la atención al detalle en cuestión de comodidad y disponibilidad de opciones que, en conjunto, ofrecen una experiencia más personalizada y exclusiva.
Y este cambio ha sido impulsado por las demandas de una clientela cada vez más diversa y exigente, que busca no solo confort y servicios de alta gama, sino también esa conexión, mediante la integración de elementos culturales auténticos que reflejen la esencia del destino.
Se resume que, el lujo es el factor “wow” que va más allá de las expectativas y puede resumirse en la narrativa única del establecimiento que conecta de forma profunda con el turista.
Elementos fundamentales para el éxito de las propiedades de lujo
A medida que el segmento continúa evolucionando y adaptándose a las expectativas cambiantes de los viajantes, las propiedades se ven obligadas a innovar constantemente para mantenerse relevantes y ofrecer momentos inolvidables que resuenen con los huéspedes.
Lo cierto es que no importa si se trata de un nuevo hotel o una remodelación, de un establecimiento independiente o parte de un grupo hotelero, su éxito comercial residirá en la construcción de una infraestructura capaz de ofrecer experiencias únicas, personalizadas y emocionalmente gratificantes.
Para lograrlo se requiere de cuatro elementos fundamentales:
- Definir claramente el nicho de mercado al que va dirigido el hotel. Este paso es primordial para diseñar un proyecto que se alinee con las expectativas y necesidades específicas de los futuros huéspedes. En este sentido, el arquitecto desempeña un papel crucial, ya que debe tener un profundo conocimiento del mercado objetivo, comprender a fondo los requerimientos del cliente y estar familiarizado con las particularidades del lugar donde se ejecutará la obra. Su experiencia y visión serán determinantes para asegurar que el diseño del hotel no solo sea estéticamente atractivo, sino también funcional y conforme a lo que espera el mercado.
- Involucrar al contratista general en la preconstrucción. Su participación desde esta etapa es vital para la planificación, coordinación y supervisión de todas las actividades del proyecto. Al involucrarlo tempranamente, se asegura que cada actividad se desarrolle de acuerdo con el cronograma y el presupuesto establecidos, minimizando riesgos y facilitando la toma de decisiones informadas. El contratista puede aportar su experiencia en la ejecución de obras similares, lo que contribuirá a evitar problemas durante la construcción y a optimizar el uso de recursos.
- Formar un equipo de trabajo comprometido. Es vital integrar un equipo compuesto por el arquitecto, especialistas y otros profesionales, enfocados en brindar una atención impecable y comprometidos con la promesa de la marca. Este equipo debe trabajar en sinergia para asegurar que cada aspecto del proyecto contribuya a una experiencia de usuario excepcional.
Estoy convencido de que el bagaje cultural, el clima privilegiado y la ubicación geográfica están atrayendo a un creciente mercado internacional que está volteando a ver a nuestro país. Sin embargo, para que cualquier propiedad de lujo capitalice esta oportunidad es necesario encontrar aquellos diferenciadores que logren conectar al viajero con el destino, siempre prestando atención a los detalles e instrumentando correctamente cada proyecto.
* Director de la Unidad del Negocio de Hotelería en GAYA.