Este segmento valuado en más de 25,000 millones de dólares anuales, contribuyó con 1.5% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2015. Hoy representa 17% de la industria turística. “Esta industria está blindada en la forma de trabajar. La organización de foros o congresos se hace con mucho tiempo de anticipación y tener un dólar caro a nosotros nos beneficia a la hora de cerrar tratos o recibir visitantes”, resaltó el directivo.
Mientras que un turista convencional genera un gasto por noche de entre 200 y 300 dólares; uno de convenciones genera un gasto de entre 700 y 800 dólares por noche, con la posibilidad de aumentar a 1,500 o 1,800 dólares, esto debido a que cuando se trata de reuniones de incentivos (cuando las empresas premian a sus empleados), el presupuesto es más flexible para ampliarse, de acuerdo con El Economista.
En cuanto a la transición gubernamental, Hernández comentó que esta no representa riesgo para el segmento, puesto que la mayoría de los centros de convenciones en México están en manos de particulares. “Hoy se tienen inversiones sólidas. México sigue siendo un lugar atractivo para las inversiones y los visitantes y es difícil que haya un cambio radical en esto”.
Además puntualizó que las áreas en las que se debe invertir son: infraestructura para la conectividad, el cuidado de las playas, las zonas arqueológicas, culturales y gastronomía.