En Estados Unidos, más de una de cada 4 personas (29%) cree que realmente ha vivido en una casa embrujada este año, frente al 24% en 2022. De aquellos que han vivido en un sitio como este, el 73% no eran conscientes de la reputación paranormal de la vivienda antes de mudarse.
A pesar del ahorro de costos, el 36% de los propietarios de viviendas embrujadas se arrepienten de vivir en una casa así y el 55% no compraría otra casa que supieran que estaba embrujada.
Un 68% de los estadunidenses cree que el gobierno debería exigir a los vendedores que revelen si una casa está embrujada. Paradójicamente, solo el 31% de los vendedores proporcionarían dicha información de buena gana por temor a que la vivienda fuera más difícil de vender.
Pero a pesar de que las casas embrujadas inquietan a los estadunidenses, más de la mitad (52%) siguen abiertos a la idea, y el 71% la consideraría si pudieran ahorrar dinero.
La mayoría de los estadunidenses (62%) solo ofrecerían un valor inferior al de mercado por una casa embrujada, y uno de cada 3 (31%) ofrecería unos 50 mil dólares menos. En particular, el 48% dice que nada podría convencerlos de comprar una casa embrujada.
Sin embargo, solo el 7% dice que los fantasmas son el aspecto más aterrador de ser propietario de una vivienda: el 93% expresa un mayor temor a los problemas de reparación de la vivienda, como el moho (60%), las termitas (57%) y un techo con goteras (54%), que a la presencia de fantasmas en sus hogares.