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Los capitales chinos habían apostado, desde 2013, a la inversión en ladrillos en Inglaterra, ante los cada vez más elevados costos del Real Estate en su país. Pero ante lo que está sucediendo en la economía londinense, se presenta una nueva diversificación del capital asiático.

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A seis meses que Reino Unido oficializara su intención de dejar la Unión Europea por vía del Brexit, la incertidumbre ya ha empezado a afectar las arcas londinenses. El propio Banco de Inglaterra alertó de un freno en la inversión y en el crecimiento, ya que mientras que las cifras oficiales muestran ralentización de venta en bienes raíces, analistas lo toman como señal que tanto empresas como familias británicas ya paralizan sus decisiones de compra a pequeña y gran escala.

Ante ello, el dinero chino ha puesto en cuarentena al mercado inmobiliario londinense, ya que se está realizando una retirada de los inversores hacia nuevos destinos, principalmente a la gran manzana, Nueva York y Oceanía.

A pesar de que durante 2016 el capital procedente de la segunda economía del mundo llegó a representar una de cada cuatro operaciones en Real Estate de Londres, previsiones de expertos apuntan a un desplome de la inversión directa china en propiedades inmobiliarias. Tan solo durante 2017, según Morgan Stanley, podría reducirse en más de 80%, hasta colocarse en 1,700 millones de dólares.

Mientras tanto, la inversión en Estados Unidos sube con fuerza. En 24 meses, el dinero asiático ha apostado 17,000 millones de dólares en el Real Estate norteamericano y hay varios nombres chinos entre los principales inversores del país: China Life, Anbang y HNA Group.

Además del Brexit, el capital chino responde también a la fortaleza que está mostrando el yuan sobre el dólar: en 2017, la divisa china se revalorizó 3% frente al dólar, de ahí que estén visualizando oportunidades.

El dinero chino apuesta también por mercados como Australia, donde ha protagonizado 25% de las transacciones en el segmento de oficinas durante el último trienio. En Hong Kong, en cambio, se han centrado en los suelos de uso residencial (los inversores chinos han adquirido 80% de los terrenos vendidos durante 2017), aunque también han comprado oficinas, según información de Bloomberg.

Aunque el mercado británico pierde brillo, también se siguen produciendo operaciones de compraventa, como la de 1,300 millones de libras de un rascacielos de Londres conocido como Walkie-Talkie, nombrado en 2015 el edificio más feo, cuyos nuevos dueños son LKK Health Products y Sunac China Holdings.