Por Michael Negrete Cruz CIUDAD DE MÉXICO.- Luego del anuncio del Gobierno federal dado ayer, en el sentido de un recorte presupuestario en materia de infraestructura de casi 12% -equivalente a no menos de 7 mil 500 millones de pesos-, los empresarios mexicanos mostrarían con mayor fuerza su descontento, con respecto a sus similares internacionales. Lo anterior podría sustentarse gracias a un estudio internacional publicado esta tarde por KPMG, en el que indica que 45% de sus encuestados reprueban la manera en que se otorgan los recursos en la materia, enmedio de un ambiente de crisis económica. Al respecto, la firma de consultoría empresarial de origen holandés, explicó en voz de Hugo García, director de Asesoría de la Práctica de Infraestructura de KPMG en México: "Probablemente, será difícil que el proceso de desarrollo de la infraestructura en el mundo se despolitice por completo, ya que es un asunto que puede implicar sumas importantes del dinero de los contribuyentes". Sin embargo, los proveedores del sector privado tienen muy clara la forma en que, desde su punto de vista, algunos aspectos del proceso político dificultan la realización de mejoras en infraestructura que tanto se requieren. El estudio intitulado The Changing Face of Infrastructure, llevado a cabo por KPMG, en conjunto con The Economist Intelligence Unit, destacó asimismo que más de 35% de los entrevistados considera que una de las alternativas más viables para mitigar la situación actual de disponibilidad de financiamiento, es que el gobierno proporcione préstamos, subvenciones o garantías de crédito. Todos los puntos mencionados en la encuesta son vistos como factores que podrían inhibir la propia capacidad de los proveedores para contribuir a hacer frente al reto de la infraestructura, o que podrían impedir el que se hagan mayores inversiones en infraestructura. El 69% de los encuestados señaló que su principal inquietud tiene que ver con la efectividad del gobierno del país correspondiente y si ésta inhibiría su propia habilidad para brindar nuevos activos de infraestructura que apoyarían el crecimiento de sus propias economías nacionales. El grado de escepticismo respecto a la efectividad del gobierno correspondiente es tal que las condiciones económicas (63%) ocuparon el segundo lugar de la lista de inquietudes.