|  

La iluminación pública inteligente crecerá hasta superar los 100 millones de arbotantes en 2030, impulsando eficiencia, conectividad y sostenibilidad en las ciudades.

1 No me gusta0

La iluminación pública vive una transformación sin precedentes. Según un reciente informe de la firma de análisis Berg Insight, la base instalada de arbotantes inteligentes alcanzará los 85 millones de unidades para finales de 2029 y superará los 100 millones en 2030, impulsada por una tasa de crecimiento anual compuesta cercana al 21 por ciento.

Dicho avance refleja no solo la revolución tecnológica en las ciudades, sino también la urgencia por atender los retos energéticos y ambientales.

 

Europa encabeza actualmente la adopción de estas soluciones, concentrando el 35% de la base mundial instalada en 2024, con 32.9 millones de arbotantes inteligentes activas a finales de ese año. Sin embargo, América del Norte avanza con paso firme, aportando ya un tercio de los envíos globales. Por su parte, China concentra casi la mitad de las instalaciones fuera de Europa y Norteamérica, consolidando su peso estratégico en este sector.

 

Con lo que respecta a los líderes del mercado, Signify (antes Philips Lighting) ocupa la primera posición mundial con 5.8 millones de unidades de control de iluminación (LCU) instaladas, reforzada tras la adquisición de Telensa en 2021. Le siguen Itron (EE.UU.), referente también en soluciones de red, y la china Fonda Technology, que domina en su mercado doméstico. En conjunto, estas tres compañías concentran casi un tercio de la base instalada global de arbotantes con control individual.

 

 

Pero el ecosistema competitivo es amplio: Ubicquia, Dimonoff y LED Roadway Lighting en Norteamérica; Schréder en Bélgica; Revetec y Umpi en Italia; Flashnet (Lucy Group) en Rumanía; Rongwen Energy Technology Group en China, y ST Engineering Telematics Wireless en Singapur/Israel, entre otros actores destacados. “El hecho de que varios proveedores hayan superado ya el millón de unidades implementadas es un claro indicador del impulso acelerado de la industria”, explica William Ankréus, analista de IoT en Berg Insight.

Responde el crecimiento a una ecuación clara: Eficiencia energética, sostenibilidad y gestión inteligente. Los municipios y gobiernos locales han encontrado en estas tecnologías un aliado para reducir costos operativos y emisiones de CO, mientras que las compañías de servicios públicos valoran la capacidad de monitoreo, control remoto y mantenimiento predictivo.

 

En el terreno de la conectividad, las redes de radiofrecuencia propietarias han sido la norma, pero la tendencia apunta hacia un mayor protagonismo de las comunicaciones celulares. “La simplicidad y la naturaleza plug-and-play de la conectividad celular la han convertido en una alternativa cada vez más popular y se espera que sea la tecnología de conectividad de más rápido crecimiento”, añade Ankréus.

 

La expansión del alumbrado público inteligente refleja el papel del Internet de las Cosas (IoT) en el urbanismo contemporáneo. No se trata solo de iluminar calles, sino de crear ciudades más seguras, eficientes y sostenibles, donde cada farola se convierte en un nodo estratégico de la infraestructura digital urbana.