“Nuestra preocupación principal —manifestó Lisker— es el ver que se decida una solución a muy corto plazo que acabe por desembocar en un regreso al plan Texcoco y desocupar Santa Lucía. También nos preocupa el problema de dejar permanentemente el ruido fuera de toda la escala del AICM y crear nuevo ruido aeroportuario en las tranquilas áreas habitadas cercanas a Santa Lucía”, señaló el directivo a El Sol de México.
Mediante análisis y estudio del plan de la próxima administración, la corporación concluyó la ampliación de la base de Santa Lucía y su operación simultánea con el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) generaría riesgos para el tráfico aéreo y retrasos en ambas instalaciones por la interferencia de rutas
De acuerdo, con la Comisión Especial de Seguimiento a la Construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, para justificar el tamaño físico, estructural y financiero del NAICM (especialmente de la terminal de pasajeros), el gobierno federal calcula 125 millones de pasajeros para finales de 2065, es decir, 233% más de los 41.7 atendidos en 2016 en la actual terminal.
Además, señala que la nueva terminal que está en construcción “no se saturaría por gran parte del siglo actual y, además, se construiría por etapas, para no construir un aeropuerto excesivamente grande desde un principio”.