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Aun si la economía se recupera, durante este año los estados y municipios mexicanos enfrentarán importantes retos relacionados con sus presupuestos, su posición de liquidez y el financiamiento, previó Standard & Poor´s

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Por Notimex CIUDAD DE MEXICO.- Aun si la economía se recupera, durante este año los estados y municipios mexicanos enfrentarán importantes retos relacionados con sus presupuestos, su posición de liquidez y el financiamiento, previó Standard & Poor´s (S&P). Además, las elecciones de este año en varios estados podrían afectar algunas decisiones para el manejo de sus finanzas, aunque inicialmente no se espera que tengan un impacto directo sobre sus calificaciones. En el artículo "Desafíos para los gobiernos estatales de México durante 2010", la firma internacional señala que las próximas elecciones podrían influir en algunas decisiones relacionadas con la administración financiera de los estados, lo que impactaría el gasto operativo comparado con años anteriores. "No obstante, en tanto no se deterioren los indicadores financieros, como los superávits operativos, balances después de gastos de inversión y repagos de deuda, no prevemos bajas en las calificaciones de los estados". Sin embargo, advierte la agencia evaluadora, un deterioro significativo en el desempeño presupuestario o decisiones políticas que conduzcan a cambios drásticos en las políticas financieras, podrían presionar a las calificaciones y/o detonar cambios de perspectivas. Entre las entidades calificadas que tienen elecciones programadas para este año, Aguascalientes, Oaxaca, Puebla, Tamaulipas, Hidalgo y Sinaloa tienen en la actualidad perspectivas estables. "Nuestras perspectivas de las calificaciones de los demás estados que tienen elecciones, Tlaxcala, Zacatecas, Chihuahua y Veracruz, son negativas". S&P refiere que en 2009 bajó las calificaciones y revisó perspectivas de notas de varios gobiernos locales y regionales mexicanos después de que experimentaron dificultades que, en la mayoría de los casos, no se derivaron sólo de la crisis económica que inició en 2008. Para la gran mayoría de los estados, las bajas de calificación en 2009 reflejaron la opinión de S&P sobre los crecientes gastos operativos de los gobiernos, su limitada liquidez, mayor nivel de deuda de corto plazo y una decreciente flexibilidad financiera.