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El sector bancario mexicano resistirá el difícil entorno financiero que prevalece en todo el mundo y evitará dificultades importantes, destacó la calificadora de riesgo crediticio Standard & Poor"s (S&P)
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Por Notimex CIUDAD DE MEXICO.- El sector bancario mexicano resistirá el difícil entorno financiero que prevalece en todo el mundo y evitará dificultades importantes, destacó la calificadora de riesgo crediticio Standard & Poor"s (S&P). En un comunicado, informó que mantiene su evaluación de riesgo país de la industria bancaria (BICRA) de México en el Grupo 4, ya que el perfil financiero de los bancos mexicanos proporciona capacidad de maniobra ante el actual entorno económico adverso. El BICRA refleja las fortalezas y debilidades del sistema bancario de un país en comparación con las de otros países. Las BICRAs clasifican a los países en 10 grupos que van desde el más fuerte (Grupo 1) hasta el más débil (Grupo 10) desde la perspectiva de riesgo país. Otros países que se encuentran en el Grupo 4 son Corea, Malasia, Grecia, República Checa e Israel. S&P explicó la evaluación de México en el Grupo 4 refleja el desempeño adecuado del sistema bancario, el bajo nivel de endeudamiento de las empresas y hogares mexicanos comparado con otros sistemas financieros a nivel global, el entorno monetario relativamente estable y la expansión progresiva de los mercados de deuda internos del país. "En nuestra opinión, estos factores contribuirán a que el sector bancario del país resista el difícil entorno financiero que prevalece en todo el mundo y a que evite dificultades importantes", añadió. La agencia internacional consideró que el sector bancario mexicano ha demostrado que ha sido relativamente resistente durante la desaceleración global de la industria financiera. La liquidez del sistema se ha mantenido adecuada incluso en las turbulencias generadas por los eventos de 2008, y el gobierno no ha intervenido para recapitalizar a ningún banco como ha ocurrido en otros sistemas financieros a nivel global, expuso. Además, mencionó, los bancos mexicanos en general no invirtieron en los instrumentos respaldados con créditos hipotecarios de Estados Unidos. No obstante, precisó, el riesgo país de la industria bancaria de México se mantiene ligeramente más alto que el de las economías con mercados maduros. Los puntos de riesgo incluyen el lento crecimiento económico del país, una transparencia que no es la ideal aún y la lentitud en el sistema judicial en cuanto a recuperación de colaterales, agregó. Apuntó que el alto crecimiento que presentaron los créditos al consumo a mediados de la década se desaceleró desde principios de 2008. Estimó que la cartera de crédito al consumo -área de riesgo para los créditos en México- puede contraerse en 2009 y 2010. Aunque los créditos a las empresas pueden verse afectados negativamente por la recesión, consideró que el nivel de créditos emproblemados y la cartera vencida en esta línea de negocios será manejable en 2009 y 2010. Señaló que el riesgo de crédito, una vulnerabilidad mayor del sector bancario mexicano en la década de 1990, ha se reducido desde entonces en gran medida por una menor inflación, tasas de interés relativamente estables, tipos de cambio más flexibles y una menor proporción de créditos en moneda extranjera al total de créditos en todo el sistema. S&P consideró que la vulnerabilidad de la economía mexicana a los flujos de capitales es relativamente baja, dados los niveles manejables de deuda externa de las empresas y el limitado otorgamiento de préstamos en moneda extranjera de los bancos. Asimismo, los márgenes de interés antes de provisiones en México son relativamente amplios y proporcionan a los bancos la capacidad de absorber el aumento de la cartera vencida que prevé para los próximos dos años. La calificadora estimó probable que el crecimiento de la cartera de crédito se mantenga positivo durante la recesión, debido a que el sector privado mexicano presenta un nivel bajo de apalancamiento en comparación con otros países. Las deudas de empresas y de los hogares totalizan un bajo 25% del Producto Interno Bruto (PIB), en comparación con índices de dos a seis veces más altos en mercados emergentes que se encuentran en una etapa de desarrollo similar en todo el mundo, anotó. Opinó que la propiedad de los bancos más grandes en México por parte de grupos financieros extranjeros ha fortalecido la administración de riesgos crediticios en el país. Los mercados de deuda denominados en pesos seguirán desarrollándose, impulsados por los flujos de los fondos de pensiones. Estos han proporcionado financiamiento en pesos a plazos más largos a los bancos, lo que les ha dado un mejor balance entre los vencimientos de los pasivos y los activos en el sector, expuso.