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Hacia el 2060 el crecimiento potencial del Producto Interno Bruto per cápita del país es de 1.5%, pero hacia el 2030 será de 1.1%.

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Hacia el 2060 el crecimiento potencial del Producto Interno Bruto (PIB) per cápita de México es de 1.5%, pero hacia el 2030 será de 1.1%, estimó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en un nuevo reporte.

El organismo observa que el crecimiento potencial del PIB de México para el periodo 2020-2030 es de 1.1%, el mismo que el de 2007 a 2020, pero es inferior al de otras economías emergentes como Turquía, estimado en 3.1%, Costa Rica (2%), Colombia (1.6%) o Chile (1.4%).

La OCDE refirió anteriormente que la pandemia de Covid-19 tiene un impacto grave en las posiciones fiscales del gobierno, y que ahora se proyecta que la deuda pública bruta en los países miembros sea de 20 a 25 puntos porcentuales del PIB más alto en el 2022, de lo que hubiera sido sin la pandemia.

En el ‘El juego a largo plazo: Las perspectivas fiscales hasta 2060 subrayan la necesidad de reformas estructurales’, el organismo estima que en la región el gasto en salud pública y atención a largo plazo aumente en 2.2% del PIB entre el 2021 y el 2060, y el de pensiones en 2.8% del PIB.

Se suman las presiones por el servicio de la deuda pública, que aumentó debido al covid, por lo que los miembros de la OCDE necesitarán una consolidación fiscal, que supone que las autoridades estabilicen los índices de deuda en los niveles estimados a 2022 con ajuste en ingresos primarios estructurales de 2023 en adelante.

De acuerdo con el reporte, a largo plazo, el impacto fiscal directo de la pandemia palidece comparado con las presiones fiscales adicionales derivadas de tendencias seculares, como el envejecimiento de la población y el aumento del precio relativo de los servicios.

Además, mencionó que una desaceleración en las grandes economías emergentes, el cambio demográfico y las menores ganancias de productividad arrastrarán el crecimiento económico tendencial entre los 38 miembros de la OCDE y las naciones del G20 al 1.5% en 2060, desde el 3% actual.

Al mismo tiempo, los países enfrentarán costos crecientes, en particular de pensiones y atención médica, y para mantener los servicios públicos y los beneficios mientras se estabiliza la deuda en ese escenario, los gobiernos tendrían que aumentar los ingresos en casi un 8% del PIB.

En algunos países, incluidos Francia y Japón, la magnitud del desafío ascendería a más del 10% de la producción, y los economistas ni siquiera tomaron en cuenta nuevos gastos, como la adaptación al cambio climático.

/Con información de Bloomberg y Milenio/