La degradación de la agencia calificadora se sustentó en las adversas finanzas de Pemex y las tensiones comerciales con Estados Unidos. Por su parte, Moody´s Investors Service (Moody´s) informó que cambió la perspectiva de las calificaciones del gobierno de México de estable a negativa, pero reafirmó sus calificaciones.

Por una parte, Fitch toma la acción de degradar la calificación ante la combinación de un creciente riesgo para las finanzas públicas del país, por el deterioro del perfil crediticio de Pemex, al mismo tiempo que la perspectiva económica débil se ve deteriorada por tres elementos fundamentales: amenazas externas de las tensiones comerciales, incertidumbre de la política interna y continua restricciones fiscales.

La calificación BBB aún se encuentra dos escalones arriba dentro del denominado grado de inversión. En el caso de Moody´s, el bajar la perspectiva de estable a negativa pone a la deuda soberana del país a un paso de recortarle también la calificación. La calificación de México en Moody's es “A3 con perspectiva negativa, lo que la ubica con tres escalones arriba del grado de inversión.

La justificación de Moody´s fue similar a Fitch, destacando dos elementos: En primer lugar, la formulación de políticas impredecibles está socavando la confianza de los inversores y las perspectivas económicas a medio plazo. En segundo lugar, un menor crecimiento, junto con los cambios en la política energética y el papel de PEMEX, introducen riesgos para las perspectivas fiscales a mediano plazo de México, a pesar del compromiso a corto plazo del gobierno con una política fiscal prudente.