El Grand Palais, joya arquitectónica del Beaux-Arts construida para la Exposición Universal de 1900, ha concluido una transformación sin precedentes. Bajo la dirección del estudio francés Chatillon Architectes.
La rehabilitación marca la primera intervención integral en más de un siglo de historia del edificio. Completada en 2025, su fase final ha permitido reabrir completamente el Grand Palais al público, incrementando su accesibilidad en un 140%, según datos del propio estudio.
Su objetivo: Reconectar los espacios interiores, integrar nuevos servicios, recuperar vistas perdidas desde 1937 y crear una experiencia fluida y moderna para visitantes.
Del pasado al presente sin perder identidad
La restauración incluye también la actualización técnica y estética de las galerías, con iluminación adaptable y estructuras modulares pensadas para acoger exposiciones cambiantes. En este contexto, el Centro Pompidou ocupa ahora varias de ellas de manera temporal, mientras su propio edificio se somete a renovación.
Entre las instalaciones más destacadas se encuentra Fun Palace, una estructura textil rosada concebida como “laboratorio viviente” por el Studio Ossidiana de Róterdam, que ejemplifica la convivencia entre lo histórico y lo contemporáneo dentro del renovado recinto.
Para Chatillon Architectes, esta restauración demuestra que trabajar con edificios históricos no implica congelarlos en el tiempo. “Los edificios deben evolucionar con el tiempo, conservando lo mejor de lo que aún existe”, declaró François Chatillon.