El Concurso Arquitectónico para el Hospital Tatamá tiene la intención de mejorar la calidad de los servicios de atención hospitalaria en Pereira, Colombia, que sean de alta calidad y se focalicen en los pacientes y sus familias, también en la educación, gestión del conocimiento y el trabajo en salud poblacional.
El proyecto del hospital considera la construcción de un complejo de servicios de salud en un área que comprende alrededor de 36 mil 751 metros cuadrados (m2), ubicada sobre una zona en expansión del municipio ubicado en el departamento de Risaralda, en el oeste del país.
Según una publicación de Archdaily, el Hospital Tatamá atenderá a unas 60 mil personas al año, pero la cantidad sería mayor pues también se dedicará un espacio a las familias y comunidades a partir de la implementación de diversos programas de educación y salud poblacional.
De las propuestas recibidas, el jurado otorgó el primer puesto al equipo conformado por Opus Estudio, Arquitectura en Estudio (aRE) y Abalark Arquitectura, que indicó que la salud se ha transformado en el tiempo, de allí que en el ámbito de la arquitectura hospitalaria esta evolución conceptual también es evidente.
“…Del modelo del control panóptico del XVIII, a una visión contemporánea del hospital que promueve la prevención de las afecciones por medio de espacios que generen calidad de vida. El hospital deja de ser sólo aquel sitio de reparación del cuerpo, para convertirse en un lugar donde se valora la vida y se propende por ofrecer las condiciones necesarias para brindar bienestar tanto físico como psicológico”.
Se propone el uso de paneles solares sobre la cubierta del Hospital Tatamá.
Así, su propuesta aprovecha el relieve a favor de la experiencia del visitante, liberando el primer piso con un parque a nivel de la Vía Galicia como soporte de la actividad urbana y fachada principal del hospital: el primer nivel se concibe como un balcón sobre el paisaje, un espacio destinado a la contemplación por medio de jardines sanadores para todos.
Otra estrategia de emplazamiento parte de reconocer las condicionantes naturales del lugar, generando acciones paisajísticas que conectan el parque del primer nivel con los cuerpos de agua y la vegetación existentes por medio de una grieta de agua que recoge y conduce las aguas de lluvias del proyecto hasta entregarlas a la quebrada.
El hospital gozará de las bondades de la última tecnología y será acogedor y apacible al mismo tiempo, para ello, el edificio enlazará la relación entre el edificio y el paisaje bajo el concepto de bienestar, la imagen tecnológica que el edificio debe referenciar y la noción de casa o hacienda cafetera como referente cultural de la zona.
Como este sistema estructural se plantea una relación desde el sótano hasta el piso superior por medio de una estructura aporticada en concreto, de luces medias de 8 por 8 metros que provee además de una resistencia sísmica, la capacidad de transformación del hospital a futuro basado en una estructura altamente flexible.
También cuenta con cuatro núcleos de circulación rigidizados con pantallas en concreto, la cubierta se plantea en estructura metálica que permita albergar actividades. Se propone el uso de paneles solares sobre la cubierta estimando que, por lo menos, las zonas de circulación provengan de sistemas renovables.