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El estudio de arquitectura fundado por Bjarke Ingels diseñó un edificio de investigación y desarrollo llamado O-Tower en Hangzhou, China.

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Descrito por BIG como con forma de bucle infinito, el rascacielos que se convertirá en la nueva sede del fabricante chino de teléfonos inteligentes, OPPO, se alinea con los objetivos de diseño y con la finalidad de “conectar el suelo al cielo”.

El socio de Bjarke Ingels Group, Brian Yang, opinó que la tecnología debería ser “una extensión perfecta de la vida. La nueva sede encarna esta noción, sentándose cómodamente en los pintorescos humedales de Hangzhou y converge entre el denso tejido urbano por un lado” y el paisaje natural del lago y un parque de 10 mil metros cuadrados.

De acuerdo con su visión, el proyecto será una manifestación arquitectónica: “Elegante sin esfuerzo mientras eleva la calidad de vida humana en la ciudad”. El rascacielos circular rodeará un patio abierto y se construirá dentro de ‘Hangzhou’s Future Sci-Tech City’ y actuará como un “hito icónico y una puerta de entrada” a este distrito comercial.

Según el Plan Maestros, la forma del edificio está destinada a proporcionar una variedad de diferentes tamaños de placa de piso y aumentar la cantidad de luz natural que ingresa a las oficinas. La planta baja contendrá un espacio público que conectará al patio central de acceso público.

“Hemos intentado imaginar que el entorno laboral futuro de OPPO sea sostenible en un triple resultado: Económico, ecológico y social”, sostuvo Bjarke Ingels.

En cuanto a los pisos inferiores del edificio, éstos contendrán espacios de exhibición, áreas de conferencias y un comedor, mientras que los pisos de oficinas superiores se unirán con una serie de espacios de triple altura debajo de la fachada inclinada a nivel del techo.

Se integrará un sistema de persianas adaptables que omitan el deslumbramiento solar entrante, que a la vez trabajarán para guardar el calor térmico, mejorando el rendimiento pasivo del edificio.