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Entre sus obras destacan: la Biblioteca Luis Ángel Arango, el Museo de Oro y el Centro de Convenciones de Cartagena.

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A casi un mes de haber cumplido 95 años, se dio a conocer el deceso del arquitecto Germán Samper Gnecco, uno de los más reconocidos exponentes de la Arquitectura moderna en Colombia.

Tras concluir sus estudios en la Universidad Nacional de Colombia en 1948, comenzó a trabajar con Le Corbusier —a quien conoció en sus años de estudiante— en su taller en París, hasta 1954. Durante esos años de colaboración mantuvo presente un consejo que el propio Le Corbusier le dio: “Cómprese un block y lápices, y cuando se encuentre alguna edificación que le llame la atención, la dibuja".

Ese fue el consejo —que consideró como el mejor de los legados de Le Corbusier y la mejor de las acciones en el oficio de arquitecto— que lo incentivó al dibujo, logrando en su vida tener una colección de más de 4 mil croquis.

“La mejor manera de aprender arquitectura es con la presencia de las obras, porque no es lo mismo ver un monumento arquitectónico en un libro, por más bella que sea la edición; jamás reemplazarán el llegar uno a ese sitio que está fotografiado y sentirlo”.

Entre sus obras destacan la Biblioteca Luis Ángel Arango (1957), el Edificio Avianca (1968), el Museo de Oro (1963), el Centro Coltejer (1972), el Centro de Convenciones de Cartagena (1982), y la sede actual del Diario El Tiempo, entre los cuales le valieron el Premio Nacional de Arquitectura en 1970 y la Bienal de Arquitectura de 1973, por su apuesta estética y por el manejo del concreto, el aluminio y el vidrio en las fachadas y columnas de sus proyectos.